Nicolás Mejía nació en el mundo del tenis. Desde los 7 años el ejemplo de su hermana Gabriela Mejía lo impactó y conocer a Cabal y Farah lo impulsó por completo al deporte blanco, algo que lo llevó a encabezar a una nueva generación de tenistas en Colombia, presente ahora en el el ASICS Tour que se celebra en las canchas de polvo de ladrillo del Carmel Club en el norte de Bogotá, escenario donde su historia encuentra un nuevo capítulo de oro para cerrar el año.
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De esta forma el jugador nacido en Bogotá y criado en Cali deja atrás los años intensos de trabajo en la Academia IMG en Bradenton, en Estados Unidos, y asume una nueva base de operaciones junto al equipo de Colsanitas, decidido a convertir la ciudad en el centro de gravedad de su temporada de 2026. Nicolás Mejía
“Le agradezco mucho a mi hermana los años de entrenamiento porque fueron mi base. Ahora empiezo una nueva etapa con Carlos Salamanca y Ricardo Sánchez, director de Colsanitas”, comenta Mejía, quien viene de salir campeón en el ATP Challenger de Bogotá, una victoria que le permitió sentir que el cambio de rumbo empieza a tomar forma.
Bogotá es fanática del tenis
Con la llegada de Mejía y la creación del ASICS Tour en Bogotá, la capital se consolida como base del deporte blanco en el país. La marca japonesa apostó por un proyecto que convoca a cientos de deportistas aficionados decididos a vivir una experiencia en la que la competencia se convierte en una celebración.
Con los cupos ya definidos, el torneo se disputará en categorías segunda, tercera, cuarta y quinta mixtas, además de quinta femenina. “El torneo de ASICS marca el inicio de una nueva tradición pensada para jugadores que buscan crecer en la disciplina y proyectarse dentro del circuito amateur. Nuestra proyección es seguir creciendo y llevar en 2026 esta iniciativa a Medellín, Cali y Barranquilla. Así que, si no pudieron estar en esta edición, estaremos en próximas ciudades”, comenta Johanna Zambrano, gerente de ventas de ASICS. Nicolás Mejía
En medio del ambiente competitivo, Mejía será uno de los invitados especiales y representará un estímulo evidente para los participantes que se acercan al torneo con expectativas de aprendizaje. Para él, esta presencia confirma su regreso a una ciudad que lo recibe con afecto profundo. “Más allá de que se celebren copas Davis o Challengers, creo que Bogotá es la ciudad más tenística de Colombia. Jugar acá siempre es muy bonito”. Nicolás Mejía
Eso sí, Mejía no oculta que su corazón habita en dos territorios. Bogotá se mantiene como un punto de origen mientras Cali conserva la presencia de su familia y el paisaje emocional de sus primeros recuerdos. “A Cali la llevo en el corazón, digo que soy caleño porque me encanta la ciudad, el clima, su gente, entonces estas dos ciudades son muy importantes para mí”.
El secreto de Mejía
Su mirada sobre el juego revela a un deportista consciente de sus herramientas. Se describe como un jugador firme en el fondo de la cancha y decidido en cada intercambio, aunque reconoce que dedica muchas horas a fortalecer la transición hacia la red. “Aquí es donde tengo que trabajar yo, donde pueda buscar puntos con más determinación en la red y hacer esos tiros ganadores”, comenta Mejía. Nicolás Mejía
Al mismo tiempo el bogotano comprende que la mente sostiene una parte esencial del desempeño y entiende que cada ritual previo a los encuentros lo ayuda a entrar en ese estado que favorece la concentración. Le confía a Diners que escucha reguetón antes de competir. “Eso me motiva y me prende un poco. Con el tiempo he aprendido a estar desconectado de lo que pasa en el mundo, para desarrollar mi juego”. Nicolás Mejía
Y aunque es imposible escapar de las redes sociales y los comentarios de la afición, Mejía utiliza esto a su favor. “Entiendo que la gente critique y tenga altas expectativas de uno. Eso me gusta porque eso me impulsa a hacer las cosas mejor. Las redes sociales las manejo de la mejor manera y trato de no mirarlas mucho, solo las utilizo para ver mi vida social con mis amigos y la gente cercana”.
El sueño de Nicolás Mejía
Antes de despedirse abre la pantalla de su celular y deja ver la imagen del trofeo de Wimbledon, un objeto que lo acompaña desde niño como una brújula íntima. Nicolás Mejía
“Si no pasa, todo bien, pero lo tengo fijado porque es mi sueño. Quiero que todo el país me apoye y juntar al mundo entero en la cancha y detrás de una pantalla, siguiendo todos los torneos y partidos importantes.
Yo lo viví con Robert y Sebas, quienes llegaron a la final de Wimbledon y fue algo increíble, así que trabajo para que así sea conmigo”, concluye el tenista que actualmente figura en el puesto doscientos veintiocho del ranking ATP en individuales y carga con la experiencia de la medalla de plata obtenida en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires junto a María Camila Osorio Serrano, un logro que todavía ilumina los días difíciles y reafirma la fuerza de su propósito.