El folclor colombiano tiene en Nicolás Emilio Nicoyembe Rodríguez, más conocido como Nicoyembe, una de sus voces más emblemáticas y representativas. Este maestro, cuya trayectoria supera los 55 años, es el protagonista de “Entre mares y ríos, mi voz es historia”, un espectáculo multidisciplinario de entrada libre que honra su legado y que se presenta en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán el próximo 5 de noviembre, en la segunda y última función de su primera temporada. No se trata simplemente de una obra teatral, sino de un verdadero manifiesto escénico que trasciende el homenaje personal para convertirse en un acto de memoria colectiva, resistencia poética y celebración identitaria en torno a las músicas y culturas afrocolombianas. Con más de 35 artistas en escena —entre músicos, bailarines, actores y artistas circenses— esta puesta en escena propone un viaje sensorial que conecta no solo con la historia de Nicoyembe, sino con la experiencia cultural de un país atravesado por ríos, mares y la influencia ancestral africana. (Le puede interesar: “Toda mi vida me he sentido como un intruso”, dice el violinista Ara Malikian ) Reina Africana y el grupo Seniors de Colombia Amiga aportan su talento y energía al homenaje multidisciplinario que honra el legado musical del maestro. Foto cortesía Miguel Hernández C.
El proyecto está dirigido y producido escénicamente por Billy Cuisman Moreno, con idea original y dirección general de Luz Adriana Vargas. La pieza se nutre de una mezcla artística única que conjuga música en vivo, danza, teatro, narración oral y elementos circenses. El espectáculo parte de la infancia del maestro en Quibdó, bajo el influjo musical de la voz de su madre, María Nicacia, y la destreza instrumental de su padre, el clarinetista Daniel Rodríguez, para luego trazar la proyección internacional de Nicoyembe como embajador cultural de las tradiciones sonoras colombianas. Nicoyembe es una figura que no necesita mayor presentación dentro del panorama cultural nacional. Su voz y su producción artística han cruzado fronteras para compartir escenarios con grandes leyendas como Totó la Momposina, La Negra Grande de Colombia y Eddy Martínez. Además, su participación como director musical en el Ballet Nacional de Sonia Osorio ayudó a consolidar su legado dentro de la música tradicional colombiana.
Su propuesta fusiona las expresiones musicales de las dos costas colombianas —la Pacífica y la Caribe— reunidas bajo ritmos africanos que dialogan con instrumentos autóctonos como las gaitas, chirimías, marimbas y marímbulas, creando una paleta sonora que simboliza un territorio, un linaje y una identidad cultural viva y en constante renovación. (Siga leyendo: “El amor es la razón de ser de la vida”: Yuri Buenaventura sobre su álbum Ámame ) Más de 35 artistas en escena entre músicos, bailarines y actores, integrándose en una experiencia escénica que fusiona música, danza, teatro y artes circenses. Foto cortesía Miguel Hernández C. La puesta en escena involucra a una amplia y diversa gama de artistas: la Compañía Danza Libre de Bogotá, el grupo Seniors de Colombia Amiga, la actriz Reina Africana, así como coreógrafos como Gustavo Malagón, César Guerrero y el mismo Billy Cuisman, además de la banda musical que acompaña al maestro. Juntos, de manera coordinada y apasionada, trabajan para darle cuerpo y alma a una producción que va más allá de las fronteras rígidas del teatro y el folclor, para convertirse en una celebración común y colectiva. Cada escena, acorde y movimiento está pensado como un tributo a la historia y la dignidad de las comunidades afrodescendientes en Colombia. La obra pone en evidencia cómo el arte puede funcionar como instrumento de sanación, reflexión y fortalecimiento de la identidad.
Niños, jóvenes y adultos que conocen y valoran el patrimonio cultural de la nación encuentran en esta experiencia una invitación a reconectarse con sus raíces y a mirar hacia un futuro que preserva la memoria sin perder la frescura de la creación contemporánea. La voz de Nicoyembe es un puente La compañía Danza Libre de Bogotá en una coreografía que evoca las raíces y tradiciones de la costa Pacífica colombiana. Foto cortesía Miguel Hernández C. El título mismo, “Entre mares y ríos, mi voz es historia”, es una metáfora potente que refiere a la conexión profunda entre el territorio geográfico colombiano —sus costas, sus cursos de agua y sus paisajes— y la música como vehículo para narrar historias que atraviesan generaciones. La voz de Nicoyembe se convierte así en un puente que une pasado y presente, tradición y modernidad, experiencia individual y colectiva. Quienes asistan a la función del 5 de noviembre no solo serán espectadores de un espectáculo artístico de alta calidad, sino testigos de un homenaje vivo. Este homenaje a la dedicación y al talento inmenso de un hombre que ha sabido llevar y mantener viva la esencia sonora de Colombia en cada concierto, en cada grabación, en cada encuentro con su público. Foto cortesía Miguel Hernández C. Este espectáculo reafirma que el folclor no es un arte estático ni exclusivo, sino un campo creativo en constante movimiento que dialoga con las nuevas formas expresivas y que se erige como un patrimonio cultural invaluable. “Entre mares y ríos, mi voz es historia” invita a reflexionar sobre la riqueza de las historias afrocolombianas y su importancia fundamental para entender la identidad nacional.
En suma, esta experiencia sensorial y artística representa una oportunidad única para conectar con el alma profunda del país, sentirse parte de su historia, de sus ritmos y de sus narrativas orales que, como la voz de Nicoyembe, continúan resonando y cruzando fronteras, conquistando nuevos públicos y manteniendo viva la herencia de la cultura afrodescendiente. Detalles de la función Fecha: 5 de noviembre de 2025 Lugar: Teatro Jorge Eliécer Gaitán, Bogotá Participantes: Más de 35 artistas en escena Dirección General e Idea Original: Luz Adriana Vargas Dirección y Producción Escénica: Billy Cuisman Moreno Una invitación abierta para sumergirse en una celebración que reafirma la importancia de la diversidad cultural y la riqueza del folclor afrocolombiano para la construcción de la historia y la memoria nacional. (Le puede interesar: “No le quiero poner un cronómetro a mis canciones ni a lo que tengo por decir”, dice Annasofía, la única colombiana nominada a los Latin Grammy 2025 )
