Un antropólogo y dos desarrolladores con experiencia en proyectos de talla internacional conforman La Selva Game Studio, un equipo que decidió unir sus conocimientos y habilidades para crear un videojuego inspirado en las historias sagradas de las comunidades indígenas del Vaupés. Su propuesta, que aún se encuentra en una fase temprana de desarrollo, invita a los jugadores a experimentar en primera persona la riqueza cultural, espiritual y ambiental de la Amazonía, a través de una narrativa que convierte la tradición oral en mecánicas interactivas únicas. Más allá de la propuesta estética y técnica, este proyecto involucra directamente a las comunidades indígenas en su desarrollo. Desde viajes al territorio hasta la revisión de guiones y personajes, La Selva entiende el videojuego como un ejercicio de coautoría, en el que cada decisión se valida con los pueblos que inspiran la historia. En Diners conversamos con Daniel Kraus, Santiago Angulo y Edward Leal, los tres integrantes del equipo, sobre la apuesta de crear un videojuego que busca ser tan divertido como disruptivo. Esto fue lo que nos contaron. ¿Cómo nació la idea de crear este videojuego?
Foto cortesía La Selva Game Studio.
Daniel: Este proyecto surge de unir intereses. Santiago y Edward venían con experiencia en desarrollo de videojuegos y querían traer esas experiencias a Colombia, en particular a la Amazonía. Yo, desde la antropología, había trabajado con comunidades indígenas y vimos una oportunidad: muchas de sus historias no se conocen bien y los formatos tradicionales no logran llegar a públicos amplios. La idea fue usar los videojuegos como un nuevo medio para transmitir esas historias, tanto hacia afuera como hacia las mismas comunidades. Santiago: Vivimos en un país que repite las mismas narrativas una y otra vez, y no siempre son las que representan a todos. Queremos ser una de las voces que cuente historias distintas, de agentes que casi nunca aparecen en el centro, como los pueblos indígenas. ¿Por qué un videojuego y no otro medio como el cine o la literatura? Foto cortesía La Selva Game Studio. Santiago: Porque es un medio que crece más rápido que cualquier otro. Por ejemplo, los videojuegos generan más ingresos que el cine, la música y los deportes juntos, y no es casualidad: un gran porcentaje de personas menores de 35 años los acepta como forma válida de contar historias. Además, tienen una fuerza única, y es que uno habita el personaje, convive con su realidad y eso genera empatía. Daniel: También porque el componente visual y de encarnar al personaje crea una relación íntima con la historia. Y algo importante: queremos que las culturas indígenas se vean no solo como objetos de interés académico o romántico, sino como protagonistas de relatos emocionantes, que sorprendan y asombren igual que una película de acción. ¿Cómo se da esa relación con las comunidades indígenas?
Foto cortesía La Selva Game Studio.
Santiago: Acabamos de regresar del Vaupés, de hecho, donde estuvimos veinte días visitando familias. No se trataba solo de extraer información, sino de pedir permiso, de construir juntos. La idea es que ellos tachen, aprueben o rechacen lo que consideren. Queremos que sientan que este proyecto es tan suyo como nuestro. Daniel: El proceso ha sido colaborativo desde el inicio. Partimos de un libro de historias sagradas que publicamos con ellos, en el que aparece el ancestro que inspira al videojuego. Les presentamos tanto el guion como el arte, y todo lo corrigen: personajes, objetos, escenarios. Así construimos un trabajo de coautoría. Edward: Incluso pensamos en beneficios concretos: usar herramientas digitales como la fotogrametría para preservar objetos que ya se han perdido, o asegurar que un porcentaje de las ganancias regrese a las comunidades. Pero son ellos quienes deciden cómo quieren beneficiarse, no nosotros. ¿Cómo se está trasladando ese conocimiento al diseño del juego?
Foto cortesía La Selva Game Studio.
Santiago: Muchas historias sagradas ya tienen elementos que se pueden gamificar fácilmente. Por ejemplo, las pinturas corporales, que funcionan como escudos, se pueden desgastar con la vida del personaje; o la visión del mundo en dos planos -espiritual y físico- que se puede traducir en mecánicas de juego de exploración y combate. Daniel: Queremos que el universo sea profundamente amazónico. Que el jugador tenga que aprender sobre plantas medicinales, sobre objetos rituales como coronas o collares, y que cada uno tenga su explicación. La idea es que mientras juegue, se divierta y al mismo tiempo aprenda sobre la vida indígena. ¿En qué etapa se encuentra el proyecto? Edward: Estamos en fase de planeación, con avances en personajes, estética y mecánicas. Ya tenemos la aprobación de los Tucanos, que son los dueños de la historia en la que nos vamos a enfocar. Ahora estamos trabajando en un demo jugable de unos 15 o 20 minutos, que servirá tanto para mostrar a las comunidades como a posibles aliados e inversionistas. ¿Qué esperan que encuentre el jugador al tener el control en las manos?
Foto cortesía La Selva Game Studio.
Santiago: Una experiencia pulida y emocionante, a la altura de producciones internacionales. Algo así como lo que hizo El abrazo de la serpiente por el cine colombiano, pero en el mundo de los videojuegos. Edward: Que sea divertido, primero que todo. Que la gente disfrute la experiencia como con cualquier juego, y que a la vez se lleve un gran aprendizaje de las historias que estamos contando. Daniel: Es una historia única. Por primera vez se cuenta en este formato una narración indígena amazónica. El jugador podrá recorrer un mundo complejo, lleno de espíritus, animales protectores, otros pueblos con los que hacer alianzas o guerras, y al mismo tiempo vivir la tensión entre lo mítico y lo real. Eso es en últimas lo que queremos transmitir. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por La Selva (@cauchoyselva) También le puede interesar: Lluvia, funk y libertad: así se vivió el segundo día del Festival Cordillera 2025
