Ara Malikian no toca el violín: lo desarma y lo vuelve a construir en escena. Nacido en Beirut y formado en Alemania, ha recorrido el mundo con un estilo que mezcla la técnica clásica con la energía del rock y la libertad del jazz. Su presencia es tan intensa como su arco: en cada concierto convierte la música en un relato personal donde caben Bach, Radiohead o la tradición armenia. Ahora regresa a Colombia con su gira Intruso , un espectáculo que celebra la vida, la imperfección y el poder de la emoción a través de las cuerdas este 25 de octubre en Medellín y el 26 en Bogotá. En Diners nos contó cuáles son sus 5 canciones favoritas. La chacona Johann Sebastian Bach Me encanta Bach, y en particular, creo que La chacona es la mejor obra compuesta para violín. Es una perfección que emociona. A los trece años la empecé a tocar, pero es una obra para tocarla la vida entera. Sigo tocándola, sigo machacándola, sigo destrozándola a mi manera, pero lo disfruto muchísimo. La toco solo en casa, porque me llena, me inspira y me hace feliz. Don Giovanni Wolfgang Amadeus Mozart Estuve siete años en una ópera, aunque era muy duro porque trabajaba en un foso; ahí no se veía nada y debía estar sentado en la oscuridad mientras en el escenario todo el mundo se divertía.
Sin embargo, esta ópera me emociona mucho porque es oscura; además, tuve la suerte de tocarla infinidad de veces. Definitivamente, Mozart era un genio. Quinteto en do mayor Franz Schubert Yo tengo una debilidad con Schubert, el compositor de los artistas. Schubert nunca escuchó su obra sinfónica tocada por alguien, pues nadie quería tocarlo. Nadie le hacía caso. Solo los artistas que sabían de arte lo invitaban a que hiciera conciertos para ellos, por eso se llama Schubertiades . Este Quinteto en do mayor es una belleza tremenda para dos violines, viola y dos chelos; es una cosa maravillosa. La quinta sinfonía Gustav Mahler No me puedo emocionar más. El “Quinto” de Mahler es una obra de arte indiscutible. Y El “Adagietto” es de una sensibilidad tal que lloro cada vez que la escucho: parezco un niño que empieza a llorar sin ninguna razón. La consagración de la primavera Igor Stravinsky Algo más contemporáneo. El día del estreno de este tema fue tan impactante que tuvo que venir la policía a calmar al público y parar el tráfico porque la gente empezó a darse golpes: los que les gustaba con los que no les gustaba, los que se sentían engañados. Indiscutiblemente, es una obra de arte muy difícil de tocar porque es muy compleja, pero una vez que consigues tocarla te llena mucho, es muy satisfactorio. También le puede interesar: “Toda mi vida me he sentido como un intruso”, dice el violinista Ara Malikian

