Para el pueblo mapuche, un grupo indígena que habita principalmente en el sur de Chile y el suroeste de Argentina, Millahue significa «Tierra de oro». El nombre dado a la zona vitivinícola del Valle de Colchagua es rica naturalmente: suelos fértiles, abundancia de agua y luminosidad. Estos elementos precisamente han hecho que allí se ubique el mejor viñedo del mundo en 2025: Vik.
Fundado en 2006 por el matrimonio formado por Alexander y Carrie Vik, la bodega pionera y el hotel de lujo del Valle de Millahue en Chile, logró superar el segundo puesto que había obtenido en la premiación de 2024 y situarse en el top de los productores de vino del mundo.
El año pasado el ganador había sido Bodegas de los Herederos del Marqués de Riscal en La Rioja, España, que ahora ocupa un lugar destacado en el Hall of Fame.
Este año, la clasificación de The World’s 50 Best Vineyards 2025 reúne viñedos de 15 destinos distribuidos en seis continentes. Mientras el viñedo chileno encabeza tanto el ranking mundial como el de América del Sur, Schloss Johannisberg (No. 2), en Alemania, se consolida como el mejor de Europa. En América del Norte, el primer lugar lo ocupa Jordan Vineyard & Winery (No. 13), de EE.UU.
Por su parte, el reconocimiento en Asia fue para 98Wines (No. 20), de Japón; en África, lidera Klein Constantia Wine Estate (No. 6), de Sudáfrica; y en Australasia, la distinción recayó en Cloudy Bay Vineyards (No. 26), en Nueva Zelanda.
Según la clasificación, España es el país con mayor presencia, con ocho bodegas en el ranking —desde Rioja y Ribera del Duero hasta Jerez y el Penedès—, seguida muy de cerca por Argentina, que suma siete representantes y consolida a Mendoza como una potencia mundial. Chile, Francia y Estados Unidos comparten un sólido tercer lugar, cada uno con seis viñedos destacados.
Luego aparecen países con dos entradas, como Sudáfrica, Alemania, Japón, Nueva Zelanda y el Reino Unido, mientras que Uruguay, Italia, Australia, Canadá y Líbano completan la diversidad global con una bodega cada uno. Estos resultados reflejan un mapa vitivinícola cada vez más amplio, donde las potencias tradicionales conviven con regiones emergentes.
¿Cómo se eligen los mejores viñedos?
La lista The World’s 50 Best Vineyards se elabora a partir de los votos de más de 700 expertos en viajes y enoturismo, distribuidos en 20 regiones geográficas en el mundo, quienes nominan las experiencias en viñedos abiertos al público que consideren deben estar entre las mejores.
Si desea conocer la lista completa de los 50 mejores viñedos la puede ver aquí.
Estos son los diez viñedos que encabezan la lista.
1. VIK
Millahue, Chile
Situada en la cima de una colina con la cordillera de los Andes al fondo, la finca abarca una reserva natural de 4.450 hectáreas, con 327 hectáreas dedicadas a viñedos plantados en 12 microclimas distintos. La bodega combina una viticultura innovadora y sostenible con impresionantes elementos arquitectónicos. Al ofrecer experiencias vinícolas inmersivas y alta gastronomía, los huéspedes pueden cenar en Milla Milla, su restaurante insignia con paredes de cristal, una majestuosa cava y vistas al valle. Los visitantes pueden alojarse en una de las 22 habitaciones temáticas o en uno de los sietebungalows privados y disfrutar de actividades como senderismo y paseos a caballo.
2. Schloss Johannisberg
Rheingau, Alemania
Coronado por un palacio neoclásico que domina el valle del Rin, Schloss Johannisberg es uno de los sitios vitivinícolas más emblemáticos de Europa y un referente histórico con más de 1.200 años de tradición documentada. En esta colina del Rheingau —plantada exclusivamente con Riesling desde 1720— conviven patrimonio, música y gastronomía: los visitantes recorren el castillo del siglo XVIII, disfrutan de vistas panorámicas en el restaurante Schlossschänke y descienden a las antiguas bodegas, donde se custodia el legendario archivo de botellas que se remonta a 1748.
3. Bodegas Ysios
Rioja, España
Enclavada en Rioja Alavesa, al pie de la imponente Sierra de Cantabria, esta bodega combina tradición y vanguardia bajo una arquitectura icónica firmada por Santiago Calatrava, cuyo edificio ondulante —inaugurado en 2001— se ha convertido en un símbolo contemporáneo del paisaje riojano. La visita propone un recorrido sereno por los viñedos en buggy eléctrico, una inmersión en la sala de barricas y una experiencia panorámica en el Laguardia Lounge, donde la vista de la sierra rodea por completo al visitante. Su colección incluye vinos de parcelas históricas como Las Naves, con viñas en vaso prefiloxéricas, y El Nogal, procedente de suelos arcillo-calcáreos con fósiles marinos.
4. Bodega Garzón
Maldonado, Uruguay
Inaugurada en 2016 sobre suelos graníticos de 2.500 millones de años, Bodega Garzón abarca 2.200 hectáreas de biodiversidad protegida —bosques nativos, palmares y formaciones rocosas que incluso atraviesan la arquitectura subterránea. La experiencia incluye senderismo, clases culinarias, paseos a caballo, picnics, vuelos en globo y un campo de golf intervenido por el campeón Ángel Cabrera. Con 240 hectáreas de viñedos divididas en más de mil microparcelas, la bodega se enfoca en expresar la diversidad del lugar bajo la guía del enólogo italiano Alberto Antonini, con especial atención a la influencia atlántica que define la identidad agrícola de la región.
5. Château Smith Haut Lafitte
Burdeos, Francia
Aunque sus orígenes se remontan al siglo XIV, fue la llegada en 1990 de Daniel y Florence Cathiard —él, exesquiador olímpico francés— lo que transformó Château Smith Haut Lafitte en uno de los destinos más singulares de Burdeos. Bajo un enfoque biodinámico y una visión integral del paisaje, el viñedo convive hoy con bosques, huertos, colmenas y caballos de tiro que trabajan la tierra para favorecer la biodiversidad y reducir el impacto ambiental. La familia amplió el proyecto con iniciativas propias como la marca de cosmética Caudalie, a partir de semillas y sarmientos del viñedo, y los hoteles del grupo, incluido Les Sources de Caudalie, un refugio de cinco estrellas en medio de las vides.
6. Klein Constantia Wine Estate
Western Cape Province, Sudáfrica
Fundada en 1685 en las colinas frondosas de Constantia, a pocos minutos de Ciudad del Cabo, Klein Constantia es considerada una joya patrimonial del Cabo. Su fama proviene del renacimiento del histórico Vin de Constance, un vino dulce que en los siglos XVIII y XIX fascinó a personajes como Napoleón, la reina Victoria y escritores como Austen, Dickens y Baudelaire. Con 69 hectáreas de viñedo, la finca cultiva variedades blancas y tintas, aunque su sello está en la elaboración del Muscat de Frontignan, cuyos racimos se dejan pasificar lentamente bajo el sol para lograr su carácter aromático.
7. Creation
Sudáfrica
Desde su primera vendimia en 2006, el proyecto se convirtió en un referente moderno gracias a su enfoque en variedades de clima frío como Chardonnay y Pinot Noir, su viticultura de precisión y una fuerte vocación por integrar arte, paisaje y sostenibilidad. El viñedo combina prácticas ecológicas con experiencias inmersivas: rutas de senderismo y ciclismo entre la vegetación autóctona del fynbos, exhibiciones de artistas locales, una cabaña autosuficiente alimentada por energía solar y gastronomía de temporada que ofrece desde menús a la carta hasta maridajes lúdicos como su célebre experiencia de chocolate.
8. Maison Ruinart
Champagne, Francia
Fundada en 1729 y reconocida como la primera maison de Champagne del mundo, Ruinart sigue rindiendo homenaje a sus orígenes a través de sus icónicas botellas del siglo XVIII y sus espectaculares crayères medievales: cuevas de tiza a 40 metros de profundidad, hoy Patrimonio de la Unesco, donde envejecen sus vinos y que simbolizan el alma de la casa. La tiza también define el carácter de sus Blanc de Blancs —su sello distintivo— elaborados con Chardonnay de suelos Premier Cru ricos en este mineral, mientras que su compromiso ambiental se refleja en innovaciones como el estuche “Second Skin”, hecho en un 99% de papel y totalmente reciclable.
9. Château d’Yquem
Sauternes, Francia
Considerado por muchos como la máxima expresión del vino dulce, Château d’Yquem domina desde lo alto de Sauternes el valle del río Garona, un entorno privilegiado donde la historia vitivinícola se remonta al siglo XVIII. Este Premier Cru Supérieur debe su grandeza a un fenómeno único: la botrytis cinerea, o “podredumbre noble”, que deshidrata las uvas y concentra sus azúcares, creando un néctar de complejidad infinita y capaz de evolucionar durante décadas, incluso más de un siglo. No es casual que Thomas Jefferson lo calificara como el mejor vino blanco de Francia, ni que botellas históricas como la cosecha del “cometa” de 1811 hayan alcanzado precios récord.
10. Montes
Montes, Chile
Enclavada en el valle de Colchagua, Viña Montes encarna el sueño que cuatro amigos concibieron a finales de los años ochenta: demostrar que Chile podía producir vinos de clase mundial. Convertida hoy en una de las bodegas más influyentes del país y pionera en vinos premium —en especial Syrah—, su arquitectura integra tecnología gravitacional y principios de feng shui para reforzar la armonía entre paisaje y creación, desde el acceso sobre una laguna hasta sus bodegas semicirculares donde reposan 800 barricas al ritmo de cantos gregorianos.
