Además de la sazón peruana, que atrae a miles de turistas, el anhelo por descubrir la ciudad inca de Machu Picchu sigue siendo la primera razón para visitar este país suramericano. Este emocionante recorrido comienza en Cusco. Desde el avión ya se siente la altura porque pareciera que las montañas lo rozaran con sus picos. Una vez en tierra firme, los 3.400 metros tendrán efecto en la respiración. Un té de hojas de coca ayudará a lidiar el mal de alturas que, afortunadamente, no afecta a todas las personas.


Este viaje de lujo no puede estar completo sin una estadía en nhow de Lima, una marca fresca y alternativa en el mundo hotelero. Luego, para ir a descansar y hospedarse no dude en escoger el hotel histórico Belmond Monasterio, construido originalmente en 1592. En ese entonces, en el mismo lugar estaba Amaru Qhala, un palacio inca que con la llegada de los españoles se convirtió en un seminario. Sorprende su bello claustro que tiene una fuente en la mitad y un roble enorme de más de 300 años. Sus cómodas y lujosas habitaciones revelan sentido de pertenencia porque están decoradas con obras de arte colonial, mobiliario de madera y elementos arquitectónicos originales.


Si el aire falta por la altura, este hotel tiene habitaciones con aire acondicionado enriquecido con oxígeno para tales efectos. Ese primer día no dude en pedir el servicio del bath butler, quien se encargará de preparar un baño de aromaterapia en su habitación o relájese en el spa con alguno de los tratamientos .


El hotel está situado en la plaza de Cusco, un punto ideal para caminar hacia todos los sitios de interés como la Plaza de Armas, la catedral, el Museo de Arte Popular o las ruinas incas de Qurikancha, base del convento de Santo Domingo, aunque también puede dejarse llevar por sus intrincadas y empedradas calles. Al día siguiente puede partir hacia el Valle Sagrado, esa región dominada por impresionantes montañas que hacen memorable el paisaje y que se encuentra a medio camino entre Cusco y [TRUNCADO]



