Foto: Revista Diners
agosto 12, 2025
Cine y TV Cultura

Hija del Volcán: la niña colombiana que terminó adoptada por una familia española

Jenifer de la Rosa Martín, adoptada por una familia española luego de la avalancha de Armero, decide regresar a Colombia para buscar a su madre biológica. En su primera película, Hija del volcán, documenta su travesía y expone una herida colectiva que sigue abierta cuarenta años después de la tragedia.
POR:
Andrea Vega

El 6 de noviembre de 1985, mientras los bogotanos presenciaban la toma del Palacio de Justicia por parte del M-19, Jenifer nacía en Manizales… o en Chinchiná, Villamaría (Caldas) o incluso en Armero (Tolima). No hay certeza sobre el lugar exacto de su nacimiento, porque la tragedia natural que sacudió al país siete días después le marcó la vida con el peso de la incertidumbre. La erupción del volcán nevado del Ruiz, el 13 de noviembre a las once de la noche, sepultó Armero y provocó una avalancha de lodo, tierra y escombros que ocasionó la muerte de más de 25.000 personas. En los municipios de Chinchiná y Villamaría, también se registraron más de 3.000 fallecidos. A los sobrevivientes al peor desastre natural registrado en la historia de Colombia los trasladaron a hospitales en todo el país o a albergues improvisados, como al que llevaron a Jenifer y a su madre: Dorian Tapazco. De su padre, no hay información clara; según algunos documentos, murió en la avalancha de Chinchiná, mientras que en el registro civil de la niña, ubicado en una registraduría de Manizales, ni siquiera aparece mencionado. La niña permaneció bajo el cuidado de una voluntaria de la Cruz Roja, hasta que en 1987 la dieron en adopción a una pareja española.

Jenifer de la Rosa y el volcán Foto: Cortesía Jenifer de la Rosa Martín / Fotograma del documental Hija del Volcán .

Jenifer tiene rasgos achinados —como ella misma lo dice—, un acento español muy marcado y un desparpajo que bien podría ser una combinación de sus genes y de su crianza. Pasó su infancia en la ciudad de Valladolid, ubicada en el noroeste de España, a 7.986 kilómetros de Armero. Desde pequeña, sus padres adoptivos fueron sinceros sobre su origen y le decían que, como el café, ella venía de Colombia. A pesar de estar tan lejos, José María de la Rosa y Juli Martín siempre cultivaron en su hija adoptiva el deseo de conocer más de su país de procedencia. Creció con la pasión por la literatura de Gabriel García Márquez y la selección Colombia, pero también con las noticias negativas relacionadas con el narcotráfico y la guerrilla.

Año tras año, la conmemoración de la tragedia de Armero en los medios de comunicación le recordaba en silencio su propia historia e iba sembrando en ella la necesidad de buscar las respuestas sobre su identidad y el paradero de su familia biológica. “¿A quién me parezco? ¿Por qué tengo esta nariz? ¿Por qué tengo estos ojos? ¿Cómo puedo encontrar una explicación sin herir a la familia que me está cuidando aquí? Todos estos valores, todas las cosas que escuchas las tienes dentro de la cabeza, es complicado organizar y dar respuesta”, reflexiona. La joven creció sintiendo una desconexión entre cómo se sentía, cómo se veía y cómo se oía. Se veía colombiana y se oía española. A pesar de haber llegado de año y medio de nacida a la península ibérica, siente que siempre creció extranjerizada: no era colombiana, pero tampoco era española. Y, al mismo tiempo, era ambas cosas. La gente, que la juzgaba por sus rasgos, pensaba que era china.

La búsqueda de Jenifer Foto: Cortesía Jenifer de la Rosa Martín / Fotograma del documental Hija del Volcán .

Al cumplir treinta años, la joven supo que ya no podía seguir postergando su deseo de visitar su país natal y establecer sus orígenes. Comenzó su búsqueda por internet y con los documentos de su adopción que guardaban sus padres. En 2016, sin que ellos lo supieran, emprendió su primer viaje a Colombia para armar las piezas del rompecabezas de su propia identidad. “Ahora, al mirar hacia atrás, pienso que no es bueno ir en solitario, por mucho que pienses que va a ser mejor para ti. Siempre vas a necesitar una persona que te abrace y que esté ahí porque son momentos muy complicados”, recomienda. En esa primera experiencia, Jenifer no estaba del todo sola; además de su cámara, la acompañaba Francisco González, director de la Fundación Armando Armero , una organización que desde 2012 trabaja por el reencuentro de los entonces niños desaparecidos en la avalancha. Él se convirtió en un gran aliado en su búsqueda… y también en su amigo.

Una peregrinación eterna Foto: Cortesía Jenifer de la Rosa Martín / Fotograma del documental Hija del Volcán .

“Tenía algunas imágenes que me daban vueltas en la cabeza, pero llegar a Armero fue bastante impactante. Conocer a familias, a papás y mamás que se acercaban y me decían ‘Qué pena que tú eres una niña, porque yo perdí un niño y siempre espero que venga’, fue algo muy duro”, recuerda. “Después de Armero fui a Manizales, donde estaba registrada. Allí me dijeron que mi madre biológica, Dorián, no estaba viva y que no aparecía en ningún registro, ni viva ni muerta, o sea, que no existía. Eso también fue bastante impresionante”, afirma. (Lea también: 10 rutas en moto para explorar Colombia con diversión y aventura ) Ese primer contacto sería el inicio de una peregrinación infructuosa durante ocho años por diversas instituciones del país, como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), registradurías y hasta cárceles. Gracias a estas pesquisas, la joven se enteraría de que su historia forma parte de un drama colectivo que, cuarenta años después de la avalancha, todavía no se resuelve. “Hemos hecho todo en forma legal para que no ocurriera esto, para que no nos pudieras reprochar nada cuando fueras adulta y quisieras hacer esto (buscar a su madre). Para mí, es muy doloroso que estés encontrando esto”, recuerda que le dijo su padre cuando recién iniciaba su búsqueda.

Los niños perdidos de Armero Foto: Cortesía Jenifer de la Rosa Martín / Fotograma del documental Hija del Volcán .

“En nuestra base de datos tenemos ya cerca de 570 menores registrados y hay más de 50 adoptados que están buscando a sus familiares, lo que significa que hace falta que lleguen más adoptados y más familiares. Hay madres que perdieron cinco o seis hijos, por lo que podemos hablar de cerca de 300 familias que están buscando a estos menores”, comenta Francisco González, director de la Fundación. Según González, no se puede establecer cuántos menores salieron de Armero, ya que a muchos los trasladaron a hospitales de ciudades como Manizales, Cúcuta, Barranquilla o Medellín. Las denuncias señalan que a muchos los vieron con vida en los medios de comunicación de la época o aparecían en la lista de sobrevivientes, pero aun así, nunca se reunieron de nuevo con sus familias.

La Fundación Armando Armero ha logrado vencer el paso del tiempo y reunir a familias separadas por la emergencia, gracias a sus propios recursos y a la ayuda del Instituto de Genética Yunis Turbay. “Esto ha debido hacerlo el gobierno desde 1986, al año siguiente de la tragedia”, se queja González. “Ya hemos tenido cinco reencuentros por ADN. Cualquiera diría que es muy poquito, pero la verdad es hartísimo. Con solo un reencuentro de este tipo que hayamos logrado, estamos demostrando que hubo irregularidades en esa época por parte del ICBF y las demás instituciones del Estado, las cuales no colaboraron para hacer posible el reencuentro con estas familias”, señala. Y es que más allá de la cuestión biológica, la gente siempre quiere conocer sus orígenes porque es una parte fundamental en la construcción de la identidad y del territorio. “Este es un país donde existen las víctimas del conflicto armado, pero no existen las víctimas de desastres de origen natural. ¿Qué esperan los familiares? Un abrazo de esa persona. Ya han pasado muchos años, pero cuando una madre o un padre pierde un hijo, y sabe que salió vivo, jamás dejará de buscarlo”, recalca González.

Una ópera prima Foto: Cortesía Jenifer de la Rosa Martín / Portada del documental Hija del Volcán .

Con el sueño de narrar historias, Jenifer decidió estudiar la carrera de Periodismo y luego hizo una maestría en Cine Documental, en Madrid. Curiosamente, al principio no estaba segura de si su historia tendría suficiente fuerza para contarla o si sería preferible mantenerla en privado; sin embargo, creía que la adopción no se había narrado de la mejor forma en los medios de comunicación. Inspirada en la mirada de grandes documentalistas, como la belga Agnès Varda y la salvadoreña radicada en México Tatiana Huezo, la joven se atrevió a proponer su propia historia como parte de su proyecto de grado; así nació Hija del volcán , un largometraje documental que desarrolló en paralelo a la búsqueda de su madre, y que además dirige y coproduce. (Siga leyendo: Noviembre, la película colombiana en el festival más importante de Canadá ) En la película, Jenifer toca timbres y golpea puertas, lee y subraya decenas de documentos, sube y baja las montañas de Caldas como metáfora de los obstáculos que enfrenta durante su investigación. Cada conversación le brinda nuevas piezas en el rompecabezas de su historia; algunas encajan, otras no. Y como la realidad supera a la ficción, el espectador es testigo de un giro narrativo que cambia la vida de la colomboespañola para siempre (no spoilers).

La hija del Volcán Foto: Cortesía Jenifer de la Rosa Martín / Fotograma del documental Hija del Volcán .

La cinta se filmó entre 2016 y 2022, gracias al financiamiento que recibió del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales del Gobierno de España, del programa Ibermedia y de la Junta de Castilla y León, entre otras instituciones. Esta obra se estrenó el pasado 23 de mayo en España. En Colombia, su distribución está por definirse, aunque se espera una proyección especial durante la conmemoración de los 40 años de la catástrofe de Armero, el próximo mes de noviembre. En su recorrido por diferentes festivales, Hija del volcán ha ganado varios reconocimientos, como el premio joven de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) 2024 y el premio del público en la 39.ª Muestra Internacional de Cine y Mujeres de Pamplona, el festival de cine de temática femenina más antiguo de España.

Más que una historia Foto: Cortesía Jenifer de la Rosa Martín / Fotograma del documental Hija del Volcán .

Jenifer piensa que el cine es vital para lograr que su historia y la de los niños adoptados después de la tragedia de Armero no caiga en el olvido. “Vivimos en una diáspora, por lo que no se nos reconoce por lo que hemos pasado. Así que es intentar mostrar una parte pequeña de una historia que ha sido muy dura”, comenta la cineasta. “Todas las personas tenemos derecho a conocer nuestros orígenes. Es un derecho que en 1989, con la Convención sobre los Derechos del Niño, se dejó marcado y que en las personas adoptadas se ve vulnerado una y otra vez por la ineficiencia de las instituciones, que cuando vas a pedir tus documentos te dicen ‘No, es que ya ha pasado mucho tiempo, muchos años’, y tú piensas que eso ya tenían que haberlo previsto”, señala. Jenifer asegura que los gobiernos de los niños adoptados, tanto de origen como de destino, están en la obligación de preservar esos documentos y contrastarlos. Si en su caso, alguna entidad hubiera corroborado tan solo el nombre de su madre biológica, su historia habría sido otra.

La “herida de abandono” en los niños adoptados, como lo señala la joven en el documental, hace que algunas personas sientan la necesidad de buscar respuestas en algún momento de su vida. Para ella, el tema de la adopción ha traspasado su historia personal y su quehacer cinematográfico para convertirse en una causa. Jenifer quiere impulsar una petición gubernamental para conseguir que las personas adoptadas tengan mejor acceso a la información de su caso, así como apoyo económico y psicológico si desean conocer su procedencia. Por otro lado, ya prepara su próximo documental, La herida primaria , en el que pretende abordar el tema en una forma más coral, mostrando que la historia de la adopción internacional se extiende por todo el mundo. Los padres que no lograron reencontrarse con sus hijos después de la avalancha se van haciendo mayores, pero aun así muchos siguen yendo a la conmemoración de la tragedia. Para Jenifer, ellos son las verdaderas víctimas: han pasado casi cuatro décadas esperando. Vea también: Documentales para entender la actividad del Volcán Nevado del Ruiz en Colombia

Encabezado de la diapositiva 1
Haz clic aquí
Encabezado de la diapositiva 2
Haz clic aquí
Encabezado de la diapositiva 3
Haz clic aquí
Encabezado de la diapositiva 4
Haz clic aquí
Encabezado de la diapositiva 5
Haz clic aquí

LO MÁS LEÍDO DE LA SEMANA

Fenty Beauty
Estilo de vida

Dos segundos en el Super Bowl bastaron para que la marca de maquillaje de Rihanna revolucionara la industria

¿Vio a Rihanna aplicarse maquillaje en medio de su presentación del Super Bowl? Es Fenty Beauty, la marca de la artista, y se convirtió en el cuarto tema más buscado. Aquí le contamos todo sobre su marca.
Cultura

Vipassana, un ejercicio de resistencia

En pleno siglo XXI privarse durante varios días de la sensualidad del mundo e irse a meditar no suena mucho a un gran plan. Sin embargo, hacerlo puede ser la puerta a experiencias sensoriales complejas y enriquecedoras.
TUDOR vuelve a la Fórmula 1
Estilo de vida

TUDOR regresa al rugido de la Fórmula Uno

En una asociación audaz con Visa Cash App RB, la marca de relojes suiza, TUDOR, vuelve con un equipo que busca llegar a la grandeza en las carreras de la Fórmula Uno.