Después de 25 años, la película mexicana Amores Perros está más vigente que nunca con su regreso a la pantalla grande (ya en cines del país) y su estreno restaurada en la plataforma MUBI (24 de octubre). Sin duda, se trata de una cinta que ha marcado un hito en la historia del cine mexicano y latinoamericano, que lanzó a la fama a un actor de la talla de Gael García Bernal, y de la que todavía hoy se sigue hablando como un ejemplo que refleja la realidad latinoamericana. Además, la película fue el aclamado debut cinematográfico del cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, ganador de cinco premios Óscar (The Revenant, Birdman o The Unexpected Virtue of Ignorance, 21 Grams). (Le puede interesar: “La memoria no tiene verdad, sino una convicción emocional”, Alejandro González Iñárritu ) Una pausa en el set: el director Alejandro González Iñárritu observa atento una toma mientras Gael García Bernal se prepara para seguir contando su historia. Foto Federico Garcia «Es increíblemente gratificante ver cómo Amores Perros encuentra un nuevo hogar en MUBI, una plataforma que realmente valora el cine audaz. Estoy especialmente agradecido con Efe (Efe Cakarel, fundador y CEO de MUBI) por apoyar la película y darle una nueva vida. Veinticinco años después, agradezco a quienes la han mantenido vigente y me emociona que nuevas audiencias la descubran por primera vez. Me llena de entusiasmo ver cómo esta historia sigue su camino», añadió Alejandro González Iñárritu, director del filme.
Sin embargo, detrás de la celebración de este aniversario, persistía un sinsabor que desde 2007 ha estado latente: la disputa entre Iñárritu y Guillermo Arriaga, guionista de Amores Perros y reconocido escritor. Ese año, justo cuando se estrenaba Babel, película que cerraba la trilogía formada por Amores Perros, 21 gramos y Babel, Iñárritu publicó una carta en la que acusaba a Arriaga de ser una persona amargada que quería el éxito para él solo. El escritor respondió que solo buscaba dignificar la labor del guionista en la película. El escritor y guionista Guillermo Arriaga. Cortesía de Penguin Random House Los intercambios fueron recurrentes y parecía imposible reconciliarse entre estos dos talentos del cine y la literatura que llevaron sus obras al reconocimiento mundial. En múltiples entrevistas, ambos aseguraron que su relación jamás se restauraría. Sin embargo, con la celebración de los 25 años de Amores Perros y durante un gran evento en Bellas Artes, México, Iñárritu sorprendió al hablar de una “fractura, una separación muy dolorosa”, provocada por “el desencuentro de diferentes puntos de vista, pero también alentada por otras personas e intereses”.
Pidió un fuerte aplauso para “su hermano y gran escritor talentoso Guillermo Arriaga”, quien subió al escenario y se fundieron en un emotivo abrazo. La revista Diners tuvo la oportunidad de ser el único medio colombiano en conversar con Arriaga sobre la película y la reconciliación. Esto fue lo que nos dijo. ¿Cómo se siente con los 25 años de Amores Perros? Muy bien, muy contento por estos 25 años de Amores Perros. Ayer tuvimos la celebración, nada más ni nada menos que en el marco del Palacio de Bellas Artes. Estamos muy felices porque MUBI contrató la distribución de la película y porque Cinépolis, la cadena mexicana de cines, decidió restrenarla, no solo en México, sino en varios países de América Latina. Emilio Echevarría e Iñarritu en la grabación de la película. Foto. Federico García ¿Por qué cree que, 25 años después, Amores Perros sigue dando de qué hablar? Pues mira, no lo sé con certeza. Creo que, para empezar, tiene historias humanas que trascienden en el tiempo y que sigue reflejando realidades de América Latina.
Recién estuve en Colombia, en Santa Marta, Medellín y Bogotá, y me encontré con muchos jóvenes colombianos que no tenían ni siete años cuando se estrenó la película, o sea, en ese momento eran solo un proyecto de vida, y me dijeron que era su película favorita; muchos jóvenes. Luego fui a Perú y también mucha gente se me acercó para decirme que era su película favorita y me pedían que les firmara mis libros junto con la película. Es una película que ha pasado de generación en generación… Déjame contarte una anécdota. Cuando fui a presentar unos libros, coincidió con el estreno de Amores Perros en Bogotá. Vi una chiva llena de estudiantes recién graduados, me reconocieron en la calle, le pidieron al chofer que parara y se pusieron de pie a aplaudirme ahí arriba, en la chiva. Fue muy emocionante; recuerdo que la persona encargada de prensa en Bogotá no paraba de llorar de emoción. Esos jóvenes ahora tienen hijos y les han transmitido su amor por la película. Es una película que choca, que incomoda… Sí, y creo que esa es una de las razones por las que la película sobrevive: no es condescendiente, respeta a los espectadores, no oculta la crueldad que está ahí, y la crueldad existe. Sé que ahora hay una mayor sensibilidad hacia los animales. No sé si tus alumnos sepan, pero hubo cambios legales en varios países para prohibir las peleas de perros a partir de esta película. En México se cambió la legislación para prohibirlas y aumentar las penas; en varios países la película sacó a la luz esta horrible práctica. Eso sí, quiero aclarar que en el rodaje no resultó herido ningún perro. Guillermo, han pasado 25 años.
¿Cómo ha cambiado usted en ese tiempo? Mi hijo descubrió un libro que tenía perdido, de cuentos que escribí a los 23 años, y ¿sabes? creo que los habría escrito igual hoy. O sea, que prácticamente no he cambiado mucho. Me he concentrado en ser un buen hijo, buen padre, amigo, esposo, hermano y ahora abuelo. Mis amistades son prácticamente las mismas de entonces, y me hace feliz que Amores Perros siga vigente. No puedo dejar de preguntarle, ya que menciona la amistad, sobre el reencuentro con Alejandro González Iñárritu. ¿Cómo se dio ese reencuentro amistoso? Sí, nos dimos cuenta de que prevalece más el cariño que las diferencias. Por alguna razón hicimos tres películas juntos, y esas películas no se hacen sin un entendimiento profundo, ¿sabes? Ahora hay gente que me dice que es cuestión de ego o personalidades. Y yo digo que películas así solo se pueden hacer con personalidades que, además de chocar en algún momento, esa tensión fue lo que permitió crear esas películas. Ahí tienes, 25 años de Amores Perros, y la gente sigue hablando de ellas. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de SensaCine Latam (@sensacinelatam) ¿Cómo fue su primer contacto después de tanto tiempo? Tuvimos un Zoom hace un par de meses.
Los dos estábamos muy ocupados y, en lugar de los 45 minutos planeados, hablamos seis horas. Fue una conversación muy bonita. No lo había visto en 18 o 19 años físicamente. Lo invitamos a él y a su familia a casa. Fue un reencuentro precioso, sus hijos y los míos recordaban cuando iban a ciertos lugares juntos. Las familias se integraron. Estamos muy contentos y creo que dimos una muestra de concordia, perdón y reconciliación en tiempos difíciles, con tanta polarización. Eso es un ejemplo de que pueden darse encuentros profundos. Los han comparado con los hermanos Gallagher, de Oasis, que también regresaron. ¿Planean volver a trabajar juntos o aún no están en esa etapa? Si los Gallagher pudieron, pues nosotros también. ¿Tienen planes concretos de volver a colaborar en cine? Es muy pronto para hablar de eso. Hacer una película es como casarse con ella, un matrimonio de años, dedicación total. Ahora cada uno está en cosas distintas: yo promocionando mi novela El Hombre , él terminando una película con Tom Cruise. ¿Le ilusiona la idea? Lo que más me motiva ahora es que nos reencontramos, que nuestras familias lo hicieron también, y estamos en este reencuentro. Amores Perros celebrará los 50 años, ¿qué dice usted? Obviamente, vamos a celebrar, y los 75 y los 100 también estaré presente.
