El primer mordisco sorprende. El pan artesanal, ligeramente tostado, abre paso a una carne de res jugosa y bien sazonada, que de inmediato se mezcla con la textura crujiente de chips de papas nativas. El sabor se eleva con un encurtido de cubitos de chuguas, ese tubérculo tan propio de las huertas andinas, y un delicado hilo de queso Paipa que perfuma el paladar. Así es la hamburguesa de cocido boyacense de Chimbarepa, que ganó el premio mayor de la 5ta edición del Zipa Burger Fest, un festival gastronómico que acoge propuestas de todo Cundinamarca. Vea también: Zipaquirá en 10 restaurantes para una escapada de fin de semana Esta apuesta desestructuró la tradición al presentar, entre dos panes, la esencia de un cocido. Los jurados coincidieron en que, al morderla, se producía una sensación inmediata de reconocimiento.
Era como viajar a Tunja sin moverse de la silla, como condensar en un bocado la memoria de las abuelas que cocinan sobre leña. El festival que se convirtió en vitrina nacional Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Crítico , Felipe Barmarx (@chefalamesa) El Zipa Burger Fest nació en Zipaquirá como un experimento gastronómico y hoy es un festival en todo Cundinamarca que moviliza miles de comensales y proyecta a la región como un polo culinario. Fue así como del 11 al 18 de agosto, la ciudad salinera y varios municipios de Sabana Centro se transformaron en un circuito de sabor y creatividad. Veintisiete restaurantes participaron en esta edición bautizada El sabor de Colombia , cada uno con la misión de representar a una ciudad del país mediante una hamburguesa inspirada en su cultura, tradición y productos locales. Los ingredientes frescos, preferiblemente de pequeños productores, y un precio unificado de veinte mil pesos para que el público hicieron parte de las reglas básicas para hacer este festival apto para todos los comensales.
Entre tanto, la votación tuvo un componente democrático, pues los fanáticos de las hamburguesas aportaron su voz a través de formularios en línea, pero la decisión final la tomaron jurados especializados. Entre ellos, chefs de trayectoria y promotores gastronómicos que dividieron el proceso en dos filtros para garantizar transparencia. En la primera ronda, Juan Reyes, co-creador de Chamán y Mirris, Jonathan Plazas de Pedro Simón y El Chino Cocina, y Leonardo Olivella, del Viceministerio de Turismo, escogieron a cinco semifinalistas. En la segunda etapa, Gio Sosa, creador de La Gloriosa en Bucaramanga, Michael Blanco de El Cebollero en Bogotá y Jaime Vanegas de Jimmy Burger Pizza en la capital, definieron al ganador absoluto.
La lista final incluyó nombres que hoy resuenan más allá de sus ciudades: El Viejo Santana de Pereira, La Oveja y El Lobo de Armenia, Bendito de Yopal, Sandwicheros de Neiva, Vulgar de Barichara y El Puerco y El Pollo Bandido de Ibagué. Cada uno presentó propuestas arriesgadas, pero fue Chimbarepa, representando a Tunja, la que se quedó con la corona. Dónde probar la ganadora y lo que viene Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de Burger Magazine Colombia (@burgermag.col) Quienes deseen comprobar por sí mismos el encanto de esta creación pueden visitar el local de Chimbarepa, donde la hamburguesa ganadora se mantendrá en carta como homenaje al triunfo. El lugar se ha convertido en punto de peregrinación gastronómica para quienes buscan probar cómo una receta tradicional puede reinventarse sin perder su esencia. El festival, además, sirvió como escenario para anunciar su futuro.
A partir de 2026 dejará de llamarse Zipa Burger Fest y adoptará el nombre de Burger Mag Col, un movimiento nacional que pretende integrar a municipios como Nemocón, Tabio, Cota, Chía, Cajicá y Chiquinquirá. Su propósito es consolidarse como una plataforma que exalte la creatividad de las hamburguesas colombianas y, al mismo tiempo, dinamice la economía local con el impulso de pequeños productores y empresarios. El impacto es tangible. En 2024 se vendieron más de 27.000 hamburguesas y se generó un movimiento económico estimado en quinientos millones de pesos. Para esta edición la meta superó las 30.000 unidades, confirmando que el apetito por este tipo de propuestas está lejos de saciarse. La victoria de Chimbarepa demuestra que un cocido boyacense pueda transformarse en hamburguesa con tradición y sin renunciar a la innovación. Y al final, cuando el queso Paipa se funde con el pan y las chuguas estallan en la boca, lo que queda es la certeza de que la memoria también se puede comer.
