¿Cuántos kilómetros cree usted que alcanzaría si no dejara de caminar durante 24 horas? Según la organización de los Guinness Records , Jesse Castenda recorrió en un día 228,930 km (un poco más de la distancia de Bogotá a Ibagué) en el estado de Nuevo México (EE. UU.) en septiembre de 1976. Y hasta ahora nadie lo ha superado. Caminar es, siempre que el cuerpo lo permita, un gran placer.

Mientras se camina se toman decisiones, se ejercita la memoria, se reflexiona sobre la vida y hasta se practican conversaciones incómodas. Vea también: ¿De verdad es necesario tomar electrolitos? Si bien, salir a caminar siempre ha sido una de las actividades físicas más recomendadas, recientes investigaciones han señalado que caminar con un ritmo acelerado podría ser de gran beneficio para la salud y específicamente para la longevidad. Según el estudio Daily Walking and Mortality in Racially and Socioeconomically Diverse U.S. Adults publicado recientemente en el American Journal of Preventative Medicine , caminar rápido durante al menos 15 minutos al día podría reducir en 20% las probabilidades de una muerte prematura, en comparación con quienes caminaban lentamente durante tres horas al día.

Despacito o rapidito: ¿Qué diferencia hay? Foto FamVeld / Shutterstock.
Mauricio Ladino, entrenador de la Selección Colombia de Atletismo de semi fondo y fondo, habló con Diners sobre los beneficios que trae caminar a un ritmo acelerado y ofreció algunas recomendaciones para quienes quieran incorporar esta práctica a su rutina diaria. “Al igual que cualquier otra actividad física como correr o montar bicicleta, caminar a un paso rápido tiene muchos beneficios, por ejemplo, desde el punto de vista cardiovascular, porque ayuda a mejorar la función cardíaca y a evitar todas las enfermedades coronarias que pueden existir. Ayuda a mantener una buena presión arterial y, sin duda, el perfil lipídico también puede mejorar si uno camina a un paso vigoroso”, señala Ladino. “Al hacerlo más rápido se genera una intención más detallada de actividad física.

Cuando uno camina despacio, como cuando uno va a la tienda o a tomar el transporte, lo hace por lo general uno a un ritmo más suave. Mientras que cuando uno lo hace a un ritmo más acelerado, normalmente lo está haciendo porque efectivamente quiere hacer actividad física y es algo más intencional. Eso inmediatamente genera que haya más activación de la frecuencia cardíaca y más gasto calórico porque tienes que ir caminando mucho más rápido”, agrega.

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Caminar aceleradamente, agrega el experto, ayuda a que la insulina tenga una mejor sensibilidad y a prevenir y controlar la diabetes. Además, ayuda a fortalecer los músculos de las piernas, la espalda y el abdomen. La recompensa de caminar con intención va más allá del estado físico. “Caminar nos ayuda a disminuir síntomas de ansiedad, de estrés, de depresión, nos ayuda a mejorar el ánimo, nos ayuda también a estimular todas las funciones cognitivas y nos ayuda a que nosotros podamos tener más claridad cuando se piensa”, agrega.

¿Caminar rápido o correr? Foto roxanawilliams1920 / Pixabay
El entrenador señala que al caminar rápido no se genera en el cuerpo el impacto que se da al correr, ya que no se alcanza la fase de vuelo. “Si alguna persona está empezando en el mundo de la actividad física o quiere hacer actividad física sin impactar, caminar es la mejor alternativa que hay, pero por supuesto que hay que hacerlo a un paso vigoroso para que se puedan generar todos los beneficios cardiovasculares y metabólicos”.

¿Cómo empezar? Foto Krakenimages.com / Shutterstock
Si desea iniciar en el mundo de las caminatas rápidas, tenga en cuenta las siguientes recomendaciones del entrenador Ladino para un práctica segura: Camine con intención: Salga a hacer la caminata con intención de hacer actividad física, porque de esa manera su mente y cuerpo se están preparando para el esfuerzo que viene y no para hacer una caminata rutinaria como desplazarse a comprar algo en el supermercado. “La intencionalidad genera una predisposición mental muy positiva hacia la actividad física de la persona”, comenta Ladino. Use la ropa apropiada: Tenga unos tenis o calzado adecuado que le permita disfrutar la caminata: busque unos zapatos con buena amortiguación y adecuada ventilación.

Recuerde activar el resto del cuerpo: Foto fast-stock / Shutterstock.
Es importante acompañar las rutinas de caminata rápida con algo de fortalecimiento para varios grupos musculares, no solamente los miembros inferiores: ejercite los brazos y el core (los músculos abdominales, lumbares, de la pelvis, los glúteos y extensores de la columna). Hágalo sin importar el tiempo ni la hora: Ladino considera que aproximadamente unos 3 a 4 días a la semana de caminata durante unos 30 a 50 minutos es una buena frecuencia para aportar a la condición física de una persona. “No hay que escoger una hora determinada, a veces nos favorece más las mañanas o las tardes, noches, pero creo que cualquier momento del día estará perfecto siempre y cuando se haga con la intención de hacer ejercicio”, señala. Bájele el ritmo si tiene una restricción médica: Consulte con su médico si la caminata rápida es para usted, ya que si presenta algún inconveniente de salud, o algún dolor en algún hueso, articulación, tendón o ligamento podría ser contraproducente. También le puede interesar: ¿Por qué hemos desterrado el acto de caminar de nuestras vidas?
