Desde su estreno en 2013, El Conjuro ha sido una de las franquicias más influyentes del cine de terror moderno. Lo que empezó como una historia inspirada en los archivos de Ed y Lorraine Warren terminó por expandirse en un universo cinematográfico con varias películas derivadas, millones de espectadores en todo el mundo y una estética que redefinió cómo se cuentan las historias de casas embrujadas en el siglo XXI. Con El Conjuro 4: Últimos ritos , la saga cierra ese ciclo y marca la despedida de Patrick Wilson y Vera Farmiga en los roles que los convirtieron en referentes del género. El director Michael Chaves asumió el reto de darle a los Warren un desenlace que fuera tan inquietante como emotivo.
La película, ya disponible en salas de cine colombianas, y ambientada en 1986, retoma la atmósfera de los clásicos del horror de los años setenta y ochenta para devolver a los personajes a sus raíces. Y aunque toda la cinta está cargada de momentos intensos, la curiosidad de los fanáticos se ha centrado en la escena final, un cierre que combina susto, nostalgia y una despedida definitiva. Así que si usted es de esos curiosos, en Diners le contamos todos los detalles de este emotivo cierre. El caso que cierra con broche de oro ( Alerta de spoiler) Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida de The Conjuring (@theconjuring) Uno de los primeros debates en la producción fue qué caso real usar como base para el desenlace. Michael Chaves confirmó en una entrevista que la elección recayó en el caso Smurl, una familia católica de Pensilvania que en la década de los ochenta aseguró vivir una serie de fenómenos paranormales en su casa. Se trataba de uno de los últimos expedientes investigados por los Warren y uno de los más mediáticos, pues incluso llegó a ser discutido en programas de televisión como el de Larry King.
Para el director, este caso ofrecía todo lo que necesitaban: una familia entrañable y una casa que se convertía en un escenario de terror, justo como en la primera película de la saga. El rodaje de las secuencias finales se diseñó con la idea de recuperar esa esencia de “casa embrujada”, pero con un cierre más personal. Los guionistas David Leslie Johnson-McGoldrick, Ian Goldberg y Richard Naing integraron al guion los elementos clásicos de la saga -fe, amor y miedo- y al mismo tiempo plantearon un desenlace donde la hija de los Warren, Judy, interpretada por Mia Tomlinson, adquiriera protagonismo. Chaves explicó que el corazón de esta parte estaba en mostrar a los padres aprendiendo a dejar que la siguiente generación siguiera su propio camino. El rodaje se llevó a cabo con lentes anamórficos de la serie C, los mismos que se usaron en clásicos como Poltergeist y Alien . Ahora, hablamos de una decisión con total propósito, pues le dio al material una textura propia de la época en la que está ambientada la historia y aportó un aire de familiaridad con el cine de terror de los ochenta.
En la escena final, esa decisión estética se vuelve evidente en la forma en que la cámara encierra a los personajes en un ambiente opresivo y cargado de tensión, mientras la casa se convierte en un reflejo de la despedida de los Warren. Una despedida marcada por el amor y la fe Aunque el eje central de la saga siempre fueron los casos paranormales, Michael Chaves insistió en que el cierre debía tener un componente emocional. En la escena final, la tensión no está solo en el enfrentamiento con las fuerzas oscuras, sino también en la despedida de los personajes. Patrick Wilson y Vera Farmiga filmaron sus últimas secuencias como los Warren con la intención de resaltar la humanidad de la pareja, algo que ellos mismos construyeron durante más de una década de interpretaciones. El desenlace incluye un epílogo en el que Judy Warren da el paso definitivo hacia la vida adulta, con la presencia de figuras que aparecieron en entregas anteriores de la saga.
Carolyn Perron y su hija Cindy, Peggy Hodgson y Janet, y David Glatzel aparecen en la boda de Judy, un guiño pensado para cerrar el círculo de historias y reforzar la idea de que, al final, todas estas familias estuvieron unidas por la experiencia de haber enfrentado lo inexplicable. De hecho, Chaves reconoció que fue una manera consciente de darles a los fanáticos una sensación de reencuentro y de cierre. Tras esa escena llega un detalle final: una imagen de archivo del Ed Warren real frente al llamado “espejo del Conjuro”. De alguna forma, fue la manera en que la producción decidió unir el universo cinematográfico con la historia original, recordando que detrás de la ficción hubo personajes reales. Según Chaves, no estaba planeado desde el principio que el cierre fuera con ese objeto, pero resultó una coincidencia significativa que ayudó a sellar la despedida. También le puede interesar: ¿La última batalla en Hawkins? Esto es lo que se sabe de Stranger Things temporada 5