Las portadas de libros eficaces deben comunicar el género de la obra a primera vista, como Harry Potter volando en escoba con un unicornio en el fondo, o los dos ojos maliciosos de Eso asomándose por la alcantarilla. Sin embargo, una portada perfecta es mucho más. En una entrevista con la BBC, Donna Payne, directora creativa de Faber & Faber, explica que, para ellos, una buena portada “es aquella que provoca algún tipo de respuesta” y, al mismo tiempo, refleja fielmente el contenido. “Si el libro es visceral, arriesgado y audaz, es importante que la portada lo demuestre”. No importa si se trata de una obra de arte reducida a una carátula; si no cumple con lo que promete el texto, solo servirá para decepcionar al lector. Para Jim Stoddart, director artístico de Penguin Random House, las mejores portadas son aquellas que “desarrollan formas alternativas y a menudo visionarias de presentar la realidad”, mientras que Jon Gray, diseñador de portadas por más de 20 años, busca que cada libro “destaque por sí mismo, para que no parezca nada más”.
En este sentido, una portada no es solo estéticamente agradable, sino también funcional para el lector, representativa del contenido y con una visión única. Con esto en mente, Diners ha recopilado diez de las portadas de libros más hermosas, basándose en las propias listas de editoriales como Penguin Random House, portales web como Buzzfeed y Goodreads , y periódicos como The Independent .

10. Orgullo y prejuicio Foto: Cortesía de George Allen y Hugh Thompson / Orgullo y prejuicio.
La segunda novela de la escritora inglesa Jane Austen se publicó inicialmente en 1813 con, como era de esperar, una cubierta blanca y el título en letras rojas. Como en cualquier libro popular, existen cientos de portadas: algunas más simples, otras con marcos florales, imágenes realistas o minimalistas. Sin embargo, en 1894, la primera edición completamente ilustrada de Orgullo y prejuicio se destacó notablemente. La ilustración, realizada por el artista irlandés Hugh Thompson para la editorial George Allen, constaba de más de 160 imágenes que rodeaban a los personajes y las escenas clave de la novela. A pesar de esto, la impresionante portada se llevó la mayoría de halagos: colores azul y dorado, con el título en el centro inferior y, como principal atractivo, un pavo real a la izquierda cuyas plumas cubren todo el espacio. En la novela, el pavo real nunca se menciona, ni siquiera como decoración de fondo, lo que convierte su inclusión en algo puramente simbólico y no narrativo. En la página web del Centro Jane Austen se menciona que Thompson pudo haber elegido el ave como “una representación visual de los temas y la atmósfera del libro”, haciendo referencia a la frase inglesa: “proud as a peacock” (“orgulloso como un pavo real”). Desde entonces, es casi imposible disociar el ave de la novela, convirtiéndose en un motivo visual que surgió décadas después de su publicación.

9. Matar un ruiseñor Foto: Cortesía de J.B. Lippincott & Co. y Shirley Smith / Matar a un ruiseñor .
Traducida a más de 40 idiomas, con más de 40 millones de copias vendidas, una adaptación cinematográfica ganadora de un Óscar y un sinnúmero de portadas, la edición original de Matar a un ruiseñor sigue siendo inigualable. Publicado en 1960 por la estadounidense Harper Lee, el diseño de la portada original estuvo a cargo de la artista Shirley Smith, dando como resultado lo que solo puede definirse como la perfección de la simplicidad. Enmarcada en un espacio negro en forma de L para el título y los créditos, la imagen central muestra un roble fragmentado con hojas verdes sobre un fondo rojo. (Lea también: ¿Qué son los libros Cozy y por qué están llenando las librerías? ) A diferencia de Orgullo y prejuicio , Smith sí bebió directamente de la historia, dando prioridad al motivo del roble, símbolo de la comunicación del personaje Boo Radley con los niños. Este árbol, con un agujero hueco, es donde Boo les dejaba regalos, demostrando su capacidad de bondad. Un agujero que, más tarde, es rellenado con cemento, marcando el aislamiento total del personaje. Futuras ediciones de la portada, inspiradas en el título, se inclinarán hacia el ruiseñor como imagen central. Aún así, el árbol sigue siendo el detalle críptico comprensible solo para quienes hayan leído sus páginas.

8. La naranja mecánica Foto: Cortesía de William Heinemann y David Pelham / La naranja mecánica .
Si de simplicidad se trata, es imposible pasar por alto la portada de La naranja mecánica de 1972, diseñada por David Pelham —quien, curiosamente, no era el artista original y se unió al proyecto en el último minuto. Comparada con la portada original de 1962, que mostraba el boceto inacabado de un hombre gritando incoherencias, la versión más famosa de la novela de Anthony Burgess se inspiró abiertamente en la adaptación cinematográfica de Stanley Kubrick, a pesar del rechazo inicial del director. La imagen destaca elementos clave del personaje Alex DeLarge: su bombín, su pestaña postiza transformada en un engranaje (haciendo un juego de palabras con el título en inglés, clockwork ), y su característico mono. Sin embargo, el uso de colores brillantes como el rojo, amarillo, verde y azul parece romper la regla básica de las portadas de libros: expresar el género. Este fue un riesgo que Pelham compensó al añadir el texto: “Una novela aterradora… Ahora es una película aterradora”.

7. Psicópata americano Foto: Cortesía de Vintage Books, Picador Collection y Marshall Arisman / American Psycho .
Al explorar múltiples medios y plataformas, no es raro encontrar el mismo libro con diferentes portadas, cada una considerada la más bella e impactante. Sin embargo, en los sitios Paper True , Literary Hub y The Independent , solo hay una portada para American Psycho , de Bret Easton Ellis. Un fondo rojo, como manchas de sangre arrastradas por la gravedad. Un hombre con traje negro al frente. Una corbata amarilla rompe con lo que podría ser una paleta monocromática y, como gancho visual, la calavera roja y la mirada sin ojos de Patrick Bateman. Muchos han intentado descifrar la intención del artista Marshall Arisman en esta portada original. Paper True especula que la ausencia de ojos representa la falta de conciencia del personaje. The Independent afirma que el rostro desfigurado representa sus múltiples facetas. Lo único certero es que el detalle dejó huella, dado que el póster de la película de los años 2000 también intentó mantener los ojos de Christian Bale ensombrecidos.

6. Fahrenheit 451 Foto: Cortesía de Ballantine Books, Joe Pernaciaro y Joseph Mugnaini / Fahrenheit 451 .
Un lienzo blanco. Un pequeño texto en la esquina superior izquierda contextualiza las obras previas del autor; su nombre, Ray Bradbury, aparece en el centro en gris y naranja translúcido. En la parte inferior, el título cambia el gris por un aguamarina oscuro. En el fondo, un hombre lamentándose, hecho de páginas que se queman lentamente sobre una pila de libros. En un libro sobre una sociedad distópica que quema libros por temor a la educación, el diseñador de la portada Joe Pernaciaro y el ilustrador Joseph Mugnaini no pudieron encontrar una mejor manera de representar el escenario de la historia y el inminente dilema moral del protagonista, Guy Montag. Otra prueba de que una portada bien hecha desde el principio puede ser tan icónica como cualquier diseño posterior con la ventaja del tiempo y de múltiples intentos.

5. Sé por qué canta el pájaro enjaulado Foto: Cortesía de Penguin Random House y Janet Halverson / I know why the caged bird sings .
Lo que Matar a un ruiseñor no se atrevió a hacer, la artista Janet Halverson lo plasmó en la portada original de 1969: la silueta de una golondrina volando lejos sobre un sol poniente de amarillos, naranjas y rojos. El ave no es casualidad. De niña, la autora Maya Angelou tenía que leer la Biblia dos veces por día, y todo ese conocimiento religioso se filtra en los cientos de simbolismos bíblicos y destellos mitológicos que empapan su autobiografía. Por ejemplo, se dice que las golondrinas construyen nidos cerca de santuarios como evidencia del amor de Dios y sirven como emblemas de libertad. Para un ave que canta en la opresión, la portada parece aludir a una posibilidad más esperanzadora.

4. El guardián entre el centeno Foto: Cortesía de Little, Brown y E. Michael Mitchell / The catcher in the rye .
Corría el año 1951. Los Caulfield —la familia del protagonista— ya habían aparecido en varios relatos publicados en revistas desde 1945, y finalmente iban a ser llevados a novela por la editorial Little, Brown and Company: la única novela publicada por el estadounidense J. D. Salinger. Se cuenta que, mientras la escribía, Salinger compartió fragmentos con su vecino y amigo cercano en Connecticut, el artista canadiense E. Michael Mitchell, quien más tarde diseñaría la sobrecubierta de la primera edición de El guardián entre el centeno . (Siga leyendo: Así es El futuro que vi, el manga que anticipa una desgracia para este 2025 ) Tras leer el manuscrito durante su gestación, no resulta extraño que Mitchell optara por un enfoque similar al de Smith en Matar un ruiseñor : una portada que recoge uno de los motivos centrales de la novela. Un boceto de un caballo de carrusel, con trazos inacabados y un rojo pastel con matices anaranjados, acompañado de la silueta de una ciudad a sus pies. Infancia y adultez conviviendo en un mismo espacio: una imagen que también se encuentra en las páginas del libro.

3. Trampa 22 Foto: Cortesía de Simon & Schuster y Paul Bacon / Trampa 22 .
Su debut novelístico y, a la vez, su obra más importante. Trampa 22 narra las vivencias del capitán John Yossarian, bombardero de la Fuerza Aérea del Ejército de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Una novela satírica que expone los aspectos absurdos y deshumanizantes del conflicto, mientras su protagonista busca evitar las misiones más peligrosas. Como explicó su autor, Joseph Heller, en un artículo de 2002 de la revista Print , al diseñador de la portada original, Paul Bacon, se le puede atribuir la invención del Big Book Look : “título grande y en negrita, nombre del autor destacado e imagen conceptual de menor tamaño”. Sin embargo, es la simplicidad del diseño lo que lo ha vuelto memorable y llamativo. La cubierta, rasgada para dar la ilusión de antigüedad, muestra un fondo azul. En la esquina inferior izquierda aparece la silueta roja de un capitán, similar a las marcas que señalan la escena de un crimen. Y, si se observa con atención, se distingue un avión sobre el nombre del autor. Una imagen abierta a múltiples interpretaciones, pero que sin duda marcó un paso decisivo hacia las portadas modernas.

2. El Padrino Foto: Cortesía de Paramount Pictures / Poster de la película de El Padrino .
Una portada tan perfecta que la icónica película de Francis Ford Coppola no tuvo más opción que imitarla para su póster. El título, en grandes y brillantes letras doradas, y la mano de un titiritero moviendo los hilos tras las cortinas, alineada de manera sugestiva con la palabra padre . Cada elemento funciona como un guiño visual a la revelación final y a la evolución del protagonista Michael Corleone. El diseño fue creado por S. Neil Fujita e ilustrado por John Kashiwabara para la primera edición de la obra de Mario Puzo en 1969, aunque alcanzó su mayor impacto con el estreno de la adaptación cinematográfica, la película más taquillera de su año. Si hoy en día busca la portada de El Padrino en internet, verá que es difícil encontrar otro diseño.

1. El Gran Gatsby Foto: Cortesía de Charles Scribner’s Son y Francis Cugat / El Gran Gatsby .
En el cielo azul nocturno de una ciudad en fiesta, como un espejismo o un fantasma, surge la figura de una mujer en lamento. Ojos dorados, enmarcados por maquillaje y cejas caídas, y unos labios rojos, inmóviles, sin emoción. Si uno quisiera expandir su imaginación, incluso la línea blanca en su mejilla izquierda parece transformarse en una lágrima. El título resalta en letras blancas, grandes y estilizadas, y la ciudad brilla con luces de colores. Pero todo lo demás sugiere una realidad más melancólica. Esta obra de arte fue realizada por el pintor español Francis Cugat para la edición original de 1925, y hoy tiene nombre propio: Ojos Celestiales . Vea también: Estos son los libros que Dua Lipa, Dakota Johnson y Natalie Portman recomiendan leer

