Hacía mucho no veía su obra. Seis años. Y aquella vez fue sorprendente, en el segundo piso de La Sagrada Familia, un escenario increíble que albergó el 41 Salón Nacional de Artistas. La obra de Elías Heim estaba en un rinconcito, y, si se estaba en el momento indicado, estremecía.
Por supuesto, todos esperábamos el instante del estallido. Una copa caía de una estantería metálica y explotaba en el piso. Luego otra. Y otra. Los cristales colmaron el espacio luego de las horas, los días. Su delicadeza era dolorosamente trágica, sin embargo había un elemento que transformaba el aura del lugar. Un video; unas manos reconstruían con infinita paciencia una copa destruida en decenas de fragmentos. Y uno podía quedarse hipnotizado mirando a esa testaruda de la vida. Algo similar pasó hace un par de sábados en NC-Arte. Nos recibían un grupo de frutales que con los días se irán cargando de naranjas al estar bañados por el sol en la terraza de la galería.
Atrás, unos catres de madera que Heim bautizó como Premonitorias… sabiendo bien que una cama, de cuando en cuando, se mueve. Vive. Y es difícil no pensar en las Histéricas de Feliza Bursztyn, si bien sus camas eran, definitivamente, histéricas. Las de Heim son más pausadas, y pacientes. Y le dan buen paso al resto de las piezas, al Juego cruzado, un juego que producía el extraño efecto de sentirse en medio de una balacera, con los rayos rojos que señalan la presencia del francotirador sobre los cuerpos de unos espectadores que les huían sigilosamente.
Pero era eso, un juego en medio de esas camas juguetonas y de una de esas máquinas que tanto le vimos a Heim hace años, máquinas imposibles, poéticas, “extractoras de atmósferas acumuladas” (que curiosamente puso en el Museo de Arte Moderno de Bogotá) , y que, en esta ocasión, mostraba la radiografía del muro de la galería, sus entrañas, su interior, lo que está detrás del pañete. Y allí, se completa su pequeño mundo propuesto, una vida iluminada, placentera, interior. Linda curaduría de Miguel González, como proyecto colaborativo con Jenny Vilá.