¿Funcionan los libros de autoayuda?

Diners hace una reflexión sobre los orígenes de los libros de autoayuda y el por qué se han mantenido a lo largo de los años.
 
¿Funcionan los libros de autoayuda?
Foto: Shiromani Kant on Unsplash
POR: 
Natalia García

Seguramente usted ha oído hablar de los libros de autoayuda. Sin embargo es probable que desconozca que el término apareció por primera vez en la historia como título del best seller de Samuel Smiles a finales del siglo XIX. Así le dio inicio a todo un nuevo género literario que se ha mantenido como uno de los más populares y lucrativos hasta hoy.

Los libros de autoayuda, en términos generales, son escritos con el propósito de instruir a los lectores sobre cómo resolver una gran variedad de problemas personales. Pueden ir desde temas relacionados con la crianza de los hijos, pasando por las dietas, hasta libros con profundo contenido espiritual.

Sin embargo, a pesar de la gran diversidad, todos comparten un mismo mensaje: que cada persona tiene el poder de cambiarse a sí misma.

Y, de acuerdo con las opiniones recogidas para este artículo, esta es la misma y obvia razón por la que la gente lee autoayuda.

La ciencia de los libros de autoayuda

 

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Porque busca respuestas ante un problema específico, porque quiere profundizar más en un tema que le obsesiona o porque quiere darle sentido a una emoción o comportamiento. En palabras de una lectora, “para encontrar balance interior y paz mental”.

Algunos encuentran lo que estaban buscando, otros no, y pasan al siguiente libro o simplemente acuden a un profesional.

Estefanía, por ejemplo, decidió leer El Secreto en un momento de depresión y desesperación a causa de una separación sentimental y, por al menos un par de meses, encontró consuelo en dicha lectura, pero en todo caso necesitó terapia y medicación para superar ese episodio.

Hay casos como el de Angélica que ha encontrado en las lecturas de este género una forma de “autocura” que le resulta más efectiva que acudir a la terapia tradicional para buscar una salida al sufrimiento y a la repetición de patrones dañinos que vienen de su infancia.

Pero también hay quienes buscan información práctica para, por ejemplo, prepararse para la llegada de una mascota a la casa con los libros de César Millán, o sobre cómo escribir una tesis, pues no debemos olvidar que no todos los libros de autoayuda son necesariamente para tratar asuntos emocionales.

Problemas que tiene la gente

 

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Una de las cosas que los hace tan populares es que, en ellos, los lectores encuentran la posibilidad de ver que no están solos con sus problemas, que lo que les pasa no es del todo extraño y que hay alguien, tan humano como ellos, dispuesto a ayudarles a lidiar con sus asuntos.

Sin duda, los libros de autoayuda más exitosos son aquellos que permiten que los lectores se relacionen con los autores a un nivel personal a través de sus anécdotas, que procuran que los lectores se sientan identificados con cada página del libro para saber que no son los únicos en busca de respuestas.

Pero, una de las críticas más comunes a los libros de autoayuda es que si sirvieran para algo bastaría con leer uno solo, pero como con tantos otros productos, los estudios demuestran que quien ha comprado un libro de autoayuda, probablemente comprará otro.

¿Es esto algo negativo en sí mismo? ¿No queremos todos que la gente lea más y compre más libros? Lo del tema es lo de menos, cada quién es libre de escoger lo que prefiere.

El negocio de los libros de autoayuda

Detrás de la autoayuda, en general, hay un gran negocio. El tamaño de este mercado en los Estados Unidos tiene un valor estimado de once mil millones de dólares anuales, entre seminarios, libros, suplementos nutricionales y todo tipo de productos, de acuerdo con un estudio de Marketdata Enterprises Inc.

Este valor se ha mantenido estable desde hace varios años, incluso mostrando crecimiento en los momentos más duros de la crisis económica estadounidense. Sin embargo, esta industria, como tantas otras, está cambiando rápidamente gracias a los avances tecnológicos que permiten hoy en día, con mayor facilidad que antes, que cualquiera pueda ofrecer servicios relacionados con el crecimiento personal como coaching, seminarios en la red o venta de productos en línea.

Tal vez en este aspecto cobra mayor importancia el papel de las editoriales como fuentes confiables para poder distinguir a los mejores autores entre un mar de opciones. No todo lo masivo es de mala calidad y en los libros de autoayuda, como en tantos otros géneros, hay autores muy buenos, o más confiables, y otros que sería mejor evitar, pero con tanta información puede convertirse en un problema poder diferenciar los unos de los otros, los serios de los charlatanes.

Poco realistas, para ser sinceros…

Por esto, se ve como algo negativo que el marketing alrededor de estos libros, la mayor parte de las veces, propone expectativas poco realistas a los lectores (perder peso de por vida, tener hijos más inteligentes, conseguir todo lo que desee), pero ¿no es eso parte del marketing en general?

¿No tenemos problema con que nos digan que un jabón para la ropa blanquea más que los demás, pero sí nos parece una estafa que nos digan que podemos ser mejores personas, mejores padres, mejores profesionales?

Estudios recientes de científicos de la Universidad de Glasgow han demostrado que la consulta psiquiátrica acompañada de la lectura de libros de autoayuda con la guía de un profesional da mejores resultados en los tratamientos de casos de depresión. Que en los que sólo se asiste a la consulta normal. De esta forma, gracias a estas lecturas se podría mejorar la atención de los pacientes. Reduciendo los tiempos de tratamiento y los costos de los mismos.

Algunos libros de autoayuda traen buenos consejos

 

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Lo cierto es que este género ya está más que establecido, tiene un universo reconocido de lectores (o lectoras, pues los estudios constatan que la mayoría de consumidoras de autoayuda son mujeres de mediana edad). Y no es probable que desaparezca en el mediano plazo, pero no solo porque sea un buen negocio. Sino porque cubre una demanda de información, de buenos consejos que han rondado a la humanidad por siglos y que la gente quiere seguir obteniendo.

Es más, muchos han encontrado ayuda en libros que no están clasificados en la sección de crecimiento personal. Lo que tantos ven como el fracaso de la autoayuda –que no ayude realmente– es lo mismo que la hace seguir subsistiendo.

El problema en ese caso tal vez es más de implementación que de información y, en esto, los libros, sin importar el género, tienen poca o ninguna responsabilidad. Eso ya depende de cada lector. Como diría uno de los autores estrella del género, Anthony Robbins, “muchas personas saben qué hacer, pero pocas personas realmente hacen lo que saben”.

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abril
27 / 2021