¿Cómo planear un viaje al Chocó para ver ballenas, disfrutar de sus playas y gastronomía?

Un lugar de naturaleza fértil y sin exceso de turistas se levanta en este departamento colombiano, con planes para aventureros y turistas en busca de descanso y creatividad.
 
¿Cómo planear un viaje al Chocó para ver ballenas, disfrutar de sus playas y gastronomía?
Foto: Unsplash/ C.C. BY 0.0
POR: 
Óscar Mena

De julio a octubre, Chocó se envuelve en mil colores de flores exóticas, aguas verde esmeralda y lanchas multicolores para mostrar su belleza ante el mundo en la temporada de ballenas jorobadas del Pacífico. Llamada desde sus albores como la selva de dos mares, el departamento hace honor a este apelativo con la conservación de su fauna y el carisma de su gente, que rinde homenaje a este espectáculo de la naturaleza.

Chocó
Foto: Unsplash.

Sin embargo, la experiencia no está completa si no mencionamos el sinnúmero de actividades que se pueden hacer alrededor de este fenómeno al que miles de turistas de diversos rincones del mundo vienen a disfrutar.

Y es que el clima fresco y tropical de sus playas en Bahía Solano, Guachalito y Punta Huina le dan la bienvenida junto a flores de colores que adornan los dinteles de los hostales y cabañas. Inevitablemente los turistas dejan sus teléfonos a un lado para asegurarse que lo que está frente a sus ojos es de verdad. 

Esta joya de destino se complementa con sus morros, islotes y montañas – circundantes a las ciudades costeras de El Valle, Utría y Nuquí -, que contribuyen a la conservación de insectos, aves, animales, así como de flores, plantas silvestres y árboles que solo existen en esta región de Colombia.

Chocó, una puerta al paraíso megadiverso del mundo

Sendero en el Parque Nacional Natural de Utría.

Este territorio, con costas en los océanos Pacífico y Atlántico, es reconocido a nivel mundial por su riqueza natural. Aquí es normal estar entre la frondosidad de la selva y la serenidad de sus mares en la ensenada del Parque Nacional Natural de Utría, rico en manglares, robles, cascadas que puede detallar en una caminata, en la que -con un poco de suerte- escuchará los cantos del trogón, la reinita, el autillo y el carpintero, entre otras aves endémicas del Chocó.

Entre tanto, en sus playas, adornadas de palmeras, árboles y rocas, se respira alegría y paz. En la Playa de los Deseos (Punta Huina) y Playa Blanca (Bahía Solano) puede disfrutar de aguas cristalinas y templadas en las que puede practicar snorkel o simplemente quedarse quieto, contemplar los arrecifes coralinos y apreciar a los diminutos peces que llegan a su alrededor.

En lancha o vuelo chárter

La falta de vías y la poca conexión territorial del país con las costas del Chocó hacen que la aventura empiece desde un avión pequeño o una lancha. Algunos lugareños consideran que este es el secreto de la conservación natural de sus tierras ricas en cultivos de plátano, cacao, coco y maíz, sin mencionar la tradición pesquera que provee a la población de atún, pez aguja, bocachico, doncella y bagre.

Lo mejor de todo es que pocos son los mortales que han tenido el privilegio de admirar cómo las manos laboriosas trabajan para hacer del Chocó un departamento que crece entorno al turismo ecológico y el respeto de los cetáceos a los que se les puede avistar por un máximo de 30 minutos, con distancias mínimas de 100 metros y en embarcaciones que no superen los 10 km/h.

A esto se le suman los eco-hostales que conforman el mosaico completo, en donde se puede vivir la enorme variedad cultural del Chocó: aprender las recetas secretas de empanadas de camarón, escuchar la música con tamboras e incluso oír de los mayores las maravillas de la medicina natural amparada por saberes ancestrales. 

Un viaje de largo aliento

Adentrado en el corazón del Chocó encontrará un abanico de muestras artísticas y gastronómicas, así como fiestas con fogatas en la playa, donde el baile y la alegría son los grandes protagonistas. Es así como la temporada de ballenas se convierte en la excusa perfecta para descubrir que se necesita más de una semana para encontrar los secretos mejor guardados del departamento.

Aquí puede pasar de darse un reconfortante baño en las termales de Playa Guachalito con lodo azufrado y alternar la experiencia con baños en la quebrada de agua helada que corre al lado. Así como practicar esquí, buceo, pesca, deportes en vela; o simplemente tener unas vacaciones sin complicaciones, excesos de turistas y sobre todo un ambiente para el descanso, el sueño y la creatividad.

Cuando planee un viaje al Chocó…

Tenga en cuenta que a través de Satena salen vuelos cinco veces a la semana desde Bogotá, hasta el aeropuerto José Celestino Mutis de Bahía Solano o en su caso al aeropuerto Reyes Murillo de la ciudad de Nuquí. La mayoría de los vuelos suelen tener conexión en Medellín (aeropuerto Olaya Herrera) y si compra sus tiquetes con 15 días de anticipación encontrará precios desde $340.000 pesos colombianos.

También es recomendable que viaje en un grupo de mínimo 6 personas para que los costos de transporte marítimo se reduzcan considerablemente. Las tarifas de la lancha para avistar a las ballenas pueden variar según el número de personas con las que viaje. Para más información puede contactar a Santiago Cardona (318 664 2266), uno de los capitanes de confianza de la región.

Entre tanto, si llega a Nuquí puede quedarse en el eco-hotel Acualí (313 685 7616/ reservasccmde@hotmail.com), o en Bahía Solano en el Hotel Playa de Oro (43220716/ Booking).

Por último, no olvide empacar en su maleta ropa de secado rápido, ya que el departamento es reconocido a nivel mundial por sus frecuentes lluvias duras y esporádicas. También unas botas de goma o unos zapatos todo terreno para practicar senderismo y sobre todo una curiosidad innata por aprender y descubrir este paraíso nacional.

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septiembre
6 / 2022