Cuatro tipos de entrenamiento para todos los gustos

Experimentamos diferentes entrenamientos, basados en el baile, el peso muerto y los pilates, para que usted decida cuál se acomoda a sus necesidades.
 
Cuatro tipos de entrenamiento para todos los gustos
Foto: Thor: Ragnarok, 2017
POR: 
Revista Diners

La cultura popular mantiene la creencia de que todos deben amar nuestro cuerpo tal y como es. Sin embargo, lejos de empoderar a la gente, este mensaje ha incrementado el sedentarismo a nivel mundial. Según la Organización Mundial de la Salud, un cuarto de la población mundial ( 1.400 millones de personas) no hace ningún tipo de entrenamiento.

De hecho, Colombia (44 %) está de terceras en la lista de países de Latinoamérica que no hacen ejercicio, tan solo por debajo de Brasil (47 %) y Costa Rica (46 %). Por eso en Diners lo animamos a hacer ejercicio, al menos 150 minutos a la semana, para reducir los típicos problemas de salud de estos días como: la diabetes, el cáncer de seno, la obesidad y el estrés.

Encuentre aquí entrenamientos y ejercicios para todos los gustos. Desde aquellos que se pueden hacer con peso muerto y sin maquinaría, hasta los que requiere cierta habilidad de baile, pilates y yoga.

1. Entrenamiento TRX

Este es un tipo de entrenamiento de suspensión que utiliza un par de cintas de lona para trabajar en contra de la gravedad y con el propio peso corporal.

Los ejercicios de suspensión han existido desde hace mucho tiempo (un ejemplo son los aros, deporte olímpico que se ha practicado por más de un siglo), pero la novedad del TRX es su equipo. Fue creado por el soldado estadounidense Randy Hetrick, quien para hacer más ameno su entrenamiento en el sudeste asiático utilizó un cinturón de jiu-jitsu y las correas de su paracaídas para crear un aparato que se ancla en el techo o la pared, del que cuelgan dos correas que se pueden sujetar con manos o pies.

¿Cuánto dura una sesión de TRX?

Una sesión de TRX dura un poco más de 45 minutos, en los que se intercalan intervalos de alta intensidad (HIIT, al estilo del famoso Insanity), con ejercicios en los cuales se utiliza el equipo, que ofrece formas novedosas de hacer sentadillas, elevaciones de piernas, remos, planchas y abdominales.

Es un entrenamiento divertido y bastante versátil, la suspensión permite efectuar movimientos únicos con músculos poco usuales y, además, el trabajo de fuerza con el propio peso es retador. Durante la clase, las series de ejercicios se repiten tres veces. La tercera suele ser de pura agonía.

Entrenador que motiva

Con música electrónica y motivación de la entrenadora, quien a través de un micrófono, tipo Madonna, repetía frases como “Usted puede, no se rinda, termínelo bien”.

Es una clase completa, con trabajo de fuerza y mucho cardio. Una sesión cuesta $40.000 pesos colombianos, y parece que además de ser efectivo resulta adictivo, pues la gente compra planes para hacer hasta cincuenta clases en un mes, es decir, más de dos sesiones diarias.

2. Entrenamiento Be Smart

En uno de los salones de Be Smart Fitness Labs ofrecen entrenamiento con tecnología EMS (estimulación eléctrica del músculo). Estos lugares se parecen más a un centro estético que a un gimnasio y, probablemente, deban su origen al uso de la electricidad como herramienta terapéutica.

Para empezar, una máquina futurista mide la grasa corporal y señala las áreas con exceso de grasa o deficiencia muscular. La mayoría de clientes necesitan hacer énfasis en la zona abdominal. Hasta aquí, todo normal.

Hacer ejercicio con licra

Hay que quitarse la ropa y ponerse una licra que cubre el cuerpo desde las rodillas hasta las muñecas. Lo ideal consiste en no usar ropa interior debajo, así que si usted es asquiento le conviene comprar su propia licra ($120.000 pesos colombianos).

Posteriormente se entra a un pequeño salón donde, tras mojar la licra con agua para aumentar el flujo de electricidad, los entrenadores lo ayudan a ajustar un chaleco, un cinturón para las nalgas y brazaletes en muslos y piernas. Todo este equipo está lleno de electrodos y se conecta a través de un solo cable a una máquina controlada por el entrenador.

Una sesión eléctrica

La sensación de tener electricidad en ocho grupos musculares es intensa. Al principio, el entrenador pregunta hasta dónde poner la electricidad y uno decide, buscando un lugar en el que se sienta intenso, pero no insoportable.

Luego empiezan los ejercicios: trotar en el lugar, sentadillas, abdominales, flexiones de pecho, incluso movimientos de kick boxing. Resulta sorprendentemente fácil ejercitarse con la electricidad constante, la sensación es rara, pero los músculos parecen responder con más facilidad. Tras las repeticiones de cada ejercicio, se sostiene la postura mientras se reciben olas más grandes de electricidad que se sienten casi como un golpe.

20 minutos de entrenamiento intenso

La sesión dura solo veinte minutos, pero uno sale cansado, como si hubiera hecho muchísimo ejercicio. Lo más extraño fue que jamás sentí la sensación de euforia que tradicionalmente relaciono con entrenar. Es como llegar directamente al cansancio, que aparece dos o tres horas después de una sesión de entrenamiento fuerte.

Según el entrenador, una de estas sesiones equivale a cuatro horas de ejercicio convencional y con solo dos sesiones a la semana, más un riguroso plan nutricional, se prometen excelentes resultados. Se trata de una buena opción para la gente sedentaria que quiere cambiar sus hábitos, y sobre todo para los que odian el ejercicio. Eso sí, con planes que empiezan en cuatro sesiones por $230.000, es el más caro de los cuatro.

3. Entrenamiento con Zumba

Al principio pensamos que el entrenamiento con Zumba era el más convencional de todos. Primero porque no es una gran novedad, ya que se empezó a vender a través de infomerciales a principios del milenio, pero, además, porque usualmente la asocio con personajes tipo Chayanne, que tienen demasiada sabrosura para su propio bien.

Lo primero que vimos es que no van hombres. Las clases que se dictan en el Studio Sound –el primer estudio de zumba de Bogotá–, contaba con unas treinta participantes, sin contar a Eric Cardona, el entrenador de 38 años, que se veía de 25 y que efectivamente exudaba sabrosura por los poros.

Los instructores lo dan todo en cada clase

Sin duda alguna, de todas las sesiones de entrenamiento que le proponemos, la zumba es la que más exige a sus profesores.

El instructor hace toda la rutina para que los participantes lo sigan, prácticamente no habla, y por medio de gestos, ademanes y un enorme carisma logra coordinar a todo el grupo. Sobra decir que Cardona se ganó todo nuestro respeto. Soñamos con tener un mínimo porcentaje de su talento para movernos.

Una hora de baile sabroso

El entrenamiento es una hora de baile sin más descanso que los cortos espacios entre canción y canción. Los movimientos incluyen ejercicios de cardio y algo de fuerza. Al final, se hacen estiramientos, también bailando al ritmo de la música.

Tras una clase puedo entendemos por qué la practican aproximadamente 20 millones de personas en el mundo: el trabajo de cardio es igual o más intenso que el de TRX o HIIT, pero uno ni se entera por andar bailando.

Eso sí, falta ver cuántos de esos 15 millones son hombres, porque sería difícil para mí volver a una clase. Eric lo atribuye a factores sociales, dice que somos machistas y cargados de prejuicios. Tiene razón, porque la verdad no la pasé nada mal y a $30.000 pesos colombianos por clase individual, es una verdadera ganga.

4. Entrenamiento Barre

Pilates ProWorks es un estudio con tres sedes en Bogotá y varias franquicias en Estados Unidos, que ha empezado a ofrecer clases de barre, una forma de ejercitarse que utiliza la barra de ballet y mezcla elementos de danza, pilates, yoga y entrenamiento funcional.

De todas las clases, la de barre fue la más extenuante. Las repeticiones de plies y diferentes ejercicios de extensión y fuerza en las piernas son intensas y requieren un considerable esfuerzo de control y coordinación.

Entre las rutinas, en la barra se hacen sentadillas y flexiones de pecho y tras una hora de trabajo continuo, con música similar a la del TRX, se realizan unos cuantos estiramientos, también en la barra.

Efectivo y variado

De los cuatro métodos que practiqué, este fue mi preferido. Me pareció efectivo, variado, y no creo que sea demasiado caro: una clase vale $35.000 pesos colombianos.

Como en la zumba, si usted es hombre, tendrá que deshacerse de varios prejuicios, pero para eso están las sonrisas de todas las mujeres que practican a su lado y lo harán sentir muy cómodo.

Defina su tipo de entrenamiento

Es claro que los públicos objetivos de cada uno de estos ejercicios son diferentes: el TRX lo prefieren las generaciones más jóvenes que quieren un reto fuerte y nuevos equipos de entrenamiento.

La zumba resulta perfecta para los que aman bailar y quieren sudar a cántaros sin que se sienta como ejercicio.

El barre constituye una excelente opción para fanáticos del yoga o pilates, que son elásticos y ansían cuerpos estilizados y fuertes.

Y, por último, el entrenamiento con estimulación eléctrica es una opción perfecta para los que no tienen el tiempo o no les gusta el ejercicio, pues soluciona el problema de mantenerse en forma.

También me queda claro que todos funcionan y que para estar en forma es importante encontrar una forma de ejercitarse que uno disfrute.

Prácticamente, todos los sitios de entrenamiento ofrecen sesiones de cortesía, así que vale la pena intentarlo, porque si algo tenían en común mis cuatro instructores, además de su bajísimo porcentaje de grasa corporal, era una sonrisa que no se puede fingir.

         

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febrero
4 / 2022