Glory: El eterno retorno de Britney Spears
Gabriela Sáenz Laverde
Britney Spears
Glory
¿Cuántas veces celebraremos, en nuestras vidas, el regreso “triunfal” de Britney Spears?
Circus, por ejemplo, su disco de 2008, apareció después del famoso desplome de la estrella después de su divorcio de Kevin Federline y dos episodios psicóticos que terminaron con la cantante internada en el hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles.
Desde entonces hemos visto otros dos discos de estudio, una colección de grandes éxitos, una participación en la versión estadounidense del Factor X y una residencia extendida en el casino Planet Hollywood de Las Vegas.
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¿Por qué, entonces, los críticos están llamando a Glory el “regreso” de Britney?
Quizás porque lo presentó en los premios MTV Video Music Awards, el escenario que en 2007 dio inicio al año más infame de su carrera, con una presentación en la que parecía estar bajo la influencia de poderosos sedantes. Quizás porque Spears no deja de sorprender con su capacidad para producir canciones de pop bailable que cada vez alcanza niveles más altos de sofisticación.
Cualquiera que sea la razón, siempre le daremos la bienvenida a Britney.
