Paul McCartney, Beethoven y Niño de Elche: tres discos para disfrutar este nuevo año y extender su repertorio musical.
E stos son los discos que no se puede perder en este año. Escuche el nuevo álbum experimental de Niño de Elche, lo más reciente del artista británico Paul McCartney y una compilación de las obras más destacadas de Beethoven.
McCartney III
Capitol Records
“Solo quiero decir feliz Navidad, feliz Año Nuevo y gracias enormes a todos los que ayudaron a llevar mi disco a los primeros lugares de las listas”, dijo Paul McCartney cuando su decimoctavo álbum de estudio, McCartney III, llegó al puesto número uno en Gran Bretaña.
Esta es la continuación de una serie solista que el compositor comenzó en 1970 con McCartney y continuó en 1980 con McCartney II. Se trata de once canciones escritas y producidas por él mismo que nacieron en el Rockdown, nombre que el músico dio a la cuarentena.
“Vivía en mi casa de campo e iba al estudio cada día. Comenzaba a grabar con el instrumento en el que había compuesto la melodía y luego iba agregando los demás –cuenta–. Fue muy divertido, era hacer música para mí en lugar de hacerla como trabajo. Nunca pensé que terminaría en un álbum”.
Foto: Wikimedia Commons
Greatest hits
Naxos
El 7 de mayo de 1824 Beethoven estrenó su Sinfonía n. 9 en el Kärntnertortheater de Viena. La orquesta fue dirigida oficialmente por el austriaco Michael Umlauf, pero Beethoven también estuvo en el escenario, de espaldas al público.
Para entonces se había quedado completamente sordo e imaginaba la música siguiendo la partitura. En mitad del cuarto movimiento el público comenzó a aplaudir tan fuerte que la orquesta dejó de tocar. Beethoven, que no podía escuchar, no entendía nada hasta que uno de los solistas le hizo darse la vuelta.
Esta es una de sus obras más famosas y forma parte del disco Greatest Hits, estrenado por Naxos a propósito de los 250 años de su natalicio. La compilación incluye sus obras más reconocidas, en interpretaciones de la Capella Istropolitana, la Nashville Symphony Orchestra, la Nicolaus Esterházy Sinfonia y la Slovak Philarmonic Orchestra.
La distancia entre el barro y la electrónica. Siete diferencias valdelomarianas
Independiente
Foto: Creative Commons
Según la tradición flamenca, si un niño está destinado a ser cantaor, la primera vez que le corten las uñas deben hacerlo detrás de una puerta y mientras cantan un aire. El padre de Francisco Contreras, conocido como Niño de Elche, cumplió el requisito y su hijo salió cantaor.
Sin embargo, se alejó del cante jondo estricto y se dedicó a experimentar con sonidos folclóricos y electrónicos.
La distancia entre el barro y la electrónica. Siete diferencias valdelomarianas es un álbum que resultó de su trabajo en el Centro Residencias Artísticas de Matadero Madrid.
A partir de la investigación del archivo del cineasta español Val del Omar, el artista creó una instalación sonora llamada Auto Sacramental Invisible, que se expuso en el Museo Reina Sofía, y siete cortes musicales que conforman el disco.
“En el fondo, hay un discurso político y social cuya traducción es sonora, lumínica y conceptual. Una dramaturgia no narrativa que se puede entender o no”, dice Niño.
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