¿Cómo disfrutar de un buen Johnny Walker Sello Azul?

Consejos para disfrutar uno de los mejores whiskies de mezcla, elaborado por manos maestras de la tradición escocesa
 
¿Cómo disfrutar de un buen Johnny Walker Sello Azul?
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POR: 
Hugo Sabogal

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Johnnie Walker Blue saca la cabeza por encima de los demás whiskies de mezcla porque su elaboración supera lo convencional. Solo para tener una idea de su exclusividad, una entre diez mil barricas exhibe la calidad y el carácter para portar el emblemático sello de Johnnie Walker Blue. Las otras 9.999 no llegan a ese nivel.

En su elaboración se mezclan finas y antiguas maltas con varios whiskies añejos de grano, seleccionados uno a uno. El resultado es una serie de múltiples capas de aromas y sabores, entrecruzadas entre sí, para generar una sedosa y prolongada textura en el paladar y un prolongado final.

Para muchos amantes del buen scotch, el precio suele llevar a una corta reflexión antes de elegirlo. Pero una vez descubiertos sus intensos secretos, lo que cueste parecerá bien gastado. Bien sea para el disfrute personal, compartir con familia o amigos u obsequiar a un ser especial.

Como ocurre con todas las bebidas finas, no hay códigos estrictos para su consumo. Cada cual puede servirse y beberse un Blue como mejor le acomode. Pero unas pocas recomendaciones especiales harán que este complejo whisky –hecho por manos maestras según la tradición escocesa—entregue una experiencia inolvidable.

Que lo diga el actor británico Jude Law, que recorre kilómetros para llenar la mitad de su vaso con un Blue Label neat, es decir, solo. “Me gusta tal como es, sin nada que se interponga en el camino”, dice.

Para los aficionados más exigentes se trata de una bebida extraordinaria, para vivir momentos de sobriedad y elegancia. La sabiduría escocesa recomienda beber el Blue Label puro, o también con un cubo de hielo o diluido con unas pocas gotas de agua.

Galardonado de manera frecuente con los más altos puntajes en las revistas especializadas, el Blue invita a vivir instantes de disfrute y contemplación.

Por ejemplo, frente a una chimenea, observando el crepitar del fuego. O, quizás, en la terraza de una casa de campo, mirando cómo el horizonte dibuja sus delicadas líneas sobre las quietas aguas del lago. O tal vez oyendo composiciones clásicas favoritas, imaginándose la vida en tiempos pasados.

En conclusión, el Blue es un whisky de mezcla que transporta los sentidos a otros lugares. El desafío consiste en querer volver. Por estas razones, sus admiradores lo han convertido en el whisky premium de mezcla más vendido del mundo.

Un clásico

Descubra los secretos de este whisky siguiendo una sencilla receta:

-Sirva un trago de Johnnie Walker Blue en un vaso corto de paredes rectas y boca ancha.

-Mantenga al lado un vaso largo con agua bien fría.

-Tome un sorbo de agua y refresque el paladar.

-Luego beba un poco de whisky y note cómo sus aromas y sabores abarcan los sentidos.

Si quiere un acompañante, saboree un trozo de chocolate negro y nada más.

Aromas y sabores

En nariz: perfumado y de buen cuerpo. Sugiere notas a roble, especias dulces, frutos secos y algo de bizcochería fina. También aparecen frutos rojos, anís y una ligera sensación cítrica.

En boca: atractivo y equilibrado. Evoca sabores a caramelo, con un trasfondo ahumado. También surgen notas de chocolate negro y un reconocible perfume a malta.

Final: largo y prolongado, con sugerencias florales y a madera. El viaje al retrogusto lo acompaña con toques ahumados, especiados y algunos vapores de miel

         

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noviembre
25 / 2015