Entre manglares, un viaje a la Cartagena macondiana

Diners le presenta un recorrido por los manglares de la Boquilla, corregimiento de Cartagena, un rincón de La Heróica que fue escenario de la adaptación cinematográfica de El amor en los tiempos del cólera.
 
Entre manglares, un viaje a la Cartagena macondiana
Foto: Adrián Osorio
POR: 
Adrián David Osorio Ramírez

En el norte de Cartagena se esconde un pequeño corregimiento que por décadas ha sido el hogar de pescadores y sus familias. La Boquilla, a menos de 30 minutos de la ciudad, ofrece una travesía por sus místicos manglares, que se aleja del imaginario usual de La Heróica.

Allí, cientos de años atrás, se fundó el primer palenque de Cartagena, aquellos asentamientos creados por los cimarrones, conocidos como los esclavos rebeldes que habían logrado escapar de su vida miserable. Hoy, La Boquilla es una muestra de la cultura caribeña y por medio del turismo basado en la comunidad, y el ecoturismo, sus pobladores han encontrado nuevas formas de generar recursos.

Ciénaga de juan Polo

En su próxima visita a Cartagena, permítase bailar al ritmo de la cumbia y el mapalé, disfrute de un atardecer en el Caribe, saboree preparaciones típicas como jaiba al ajillo -que podrá pescar usted- y déjese llevar por los túneles de los manglares de La Boquilla.

La Ciénaga y los manglares

Después de pasar por la vía al mar y llegar hasta este corregimiento, le dará la bienvenida un letrero que avisa: “La Boquilla no es como la pintan”. El sonido de las garzas, el sol incesante y la calma que se respira en este lugar, lo acompañan en el caminar hasta el final de la playa, en donde se divisan las canoas a la espera de turistas.

Cada una de estas coloridas embarcaciones está comandada por un boquillero experto en el ecosistema del lugar que lo llevará por la Ciénaga de Juan Polo, que recibe el nombre en honor a un pescador que falleció ahogado en este sector.

La Boquilla Cartagena

La ciénaga es el hogar de tres especies distintas de manglares: rojo, negro y blanco. En total, Colombia tiene una extensión de aproximadamente 300.000 hectáreas de manglar, y más de 93.000 se encuentran en la región Caribe. Los de La Boquilla albergan una decena de especies de aves tanto endémicas como migratorias. Si cuenta con suerte, podrá ser testigo del espectáculo de ver volar a estas aves.

Al navegar en medio de estos tipos de arbustos se respira un aire diferente. Los rayos de sol, que se filtran entre las ramas superiores, se reflejan en el agua pacífica y pintan el lugar con una luz que pareciera de otra época. 

Pescador La Boquilla

En el recorrido es posible observar a los pescadores de La Boquilla, quienes se preparan para extender con fuerza su red sobre las aguas verdes de la ciénaga. Impulsada por los remos del guía, la canoa atraviesa los túneles de La Felicidad, El Chacho y El amor, que se encuentran entre los manglares.

La cartagena de Gabo

Precisamente el túnel de El amor fue testigo de la adaptación cinematográfica de El amor en los tiempos del cólera. Por allí, cuentan sus habitantes, cruzaron el español Javier Bardem y la italiana Giovanna Mezzogiorno, caracterizados como los famosos Florentino Ariza y Fermina Daza.

Con el reto de plasmar las palabras del nobel Gabriel García Márquez, el director Mike Newell seleccionó 63 locaciones entre Cartagena, Santa Marta y Mompox. Una de ellas fue La Boquilla, cuyas casas, playas y manglares quedaron inmortalizadas en la pantalla grande.

La Boquilla manglares

Este suceso histórico permitió a los habitantes del sector entender el potencial del corregimiento. Por eso, aunque muchas de las familias de La Boquilla continúan dedicadas a la pesca, otras han orientado sus tradiciones al turismo.

También han logrado crear y promocionar planes turísticos sostenibles que aporten a la economía de la comunidad. Esta preparación se evidencia en el conocimiento natural de los manglares, así como los talleres de danzas tradicionales, la pesca de cangrejos y la inmersión de tambores.

La playa de La Boquilla

Al terminar cualquiera de las actividades autóctonas que ofrecen los nativos, disfrute de una helada agua de coco, que podrá ser la antesala para un almuerzo con pescado y arroz con coco como protagonistas. 

Playa La Boquilla

De esta manera podrá destinar la tarde para relajarse en la playa de La Boquilla, que no suele albergar tantos turistas como el centro histórico de Cartagena. Además, esta costa de 200 metros de largo obtuvo en 2019 la certificación de Bandera Azul, otorgada por la Fundación para la Educación Ambiental (FEE) desde 1985.

Con esto, La Boquilla certifica que además de ofrecer experiencias únicas en la región, cuenta con aguas de baño puras, equipos de seguridad y protocolos de sostenibilidad transversales al ecosistema, la comunidad y la calidad de los servicios.

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febrero
17 / 2022