Adam Driver y Marion Cotillard protagonizan Annette
Adrián David Osorio Ramírez
Annette
Léos Carax
★★★☆☆
Para definir Annette, el primer musical en inglés del director francés Léos Carax (Holy Motors), habría que recurrir a adjetivos como inextricable y fascinante. Adam Driver es Henry, un comediante con aire de rock star, y Marion Cotillard es Ann, una soprano cuyo éxito no para de crecer.
Juntos conforman una superpareja –power couple– al mejor estilo de Beyoncé y Jay Z o David y Victoria Beckham. Por esto, cada episodio en su relación tiene más espectadores de los que ellos desearían, en especial el nacimiento de su misteriosa hija Annette, quien llega a cambiar sus vidas.
En definitiva, este es un drama musical poco convencional que habla sin tapujos sobre las masculinidades sombrías, los celos y el supuesto éxito contemporáneo. Además, todas las composiciones están firmadas por los hermanos Ron y Russel Mael, integrantes de la legendaria banda de rock Sparks.
La opinión de la crítica
The Guardian
Annette es un espectáculo franco, declamatorio y loco, que se tambalea al borde del precipicio de su propio ataque de nervios, exigiendo que sintamos su dolor, sintamos su placer y lo tomamos en serio. Creo que no es tan imaginativo y complejo como la película anterior de Carax, Holy Motors, y me decepcionó un poco que Marion Cotillard tuviera relativamente poco que hacer. Pero Adam Driver tiene una magnificencia maligna, ese rostro equino pierde progresivamente su nobleza a medida que se vuelve más violento y deprimido.
The New York Time
Es una película muy cerebral y formalmente compleja sobre la emoción desenfrenada. Una obra de arte impulsada por el escepticismo sobre el origen del arte y por qué lo valoramos de la forma en que lo hacemos. Una película fantástica que ataca algunas de las fantasías más preciadas de nuestra cultura. Totalmente irreal y completamente veraz.
El País
Es Annette una obra sin apenas texto que no se parece a (casi) nada. Quizá en su concepto pueda entroncar con ciertas óperas rock, sobre todo con Tommy (The Who / Ken Russell) y The Wall(Pink Floyd / Alan Parker). Pero trasciende a ambas porque su sello también está muy anclado en las particularidades del musical clásico, con la composición gráfica de inspiración pictórica de los distintos elementos en el plano, con su unidad expresiva, y con la exteriorización del estado interno de los personajes a través de las canciones.