De Borges a García Márquez: los libros favoritos del periodista Sergio Marchi
Revista Diners
El periodista musical argentino acaba de lanzar Algún tiempo atrás, una minuciosa biografía del cantante Gustavo Cerati. Sergio Marchi compartió con Diners los cinco libros que más lo han marcado en la vida.
Sexus de Henry Miller
Descubrí a este novelista estadounidense por intermedio de mi novia de los veinte años. De sus libros, Sexus fue el que tuvo un mayor impacto en mí por ese modo desaforado de escribir, de saltar de una cosa a la otra, de ir de lo más chabacano a lo más sublime, como una conciencia que fluye cual torrente.
Ha sido mi mayor influencia a la hora de escribir. Tenía un modo rocker en su redacción, mucho antes que el rock surgiera, con esas metáforas tan ingeniosas y alambicadas. Disfruté mucho también de los Trópicos y Primavera negra.
Ficciones de Jorge Luis Borges
La antítesis de Henry Miller. Borges se me hizo cuesta arriba, pero cuando le descubrí la vuelta ya no hubo marcha atrás. Un estilista de la palabra, del ingenio, del artificio. Busco siempre imitarlo, a sabiendas de que jamás lo lograré, aunque en el intento mejoraré la pluma.
Ficciones es una serie de cuentos perfectos que a veces parecen inconclusos. Es como un buscador de oro que siempre encuentra la palabra exacta y elegante. Siempre vuelvo a él antes de ponerme a escribir, porque es una fuente inagotable de delicias, sutilezas e ingenio.
Cien años de soledad de Gabriel García Márquez
Por razones de edad llegué tarde al boom, pero me tumbaron los ecos de la explosión. Este libro lo he leído no menos de tres veces y pienso hacerlo una cuarta. Fuerza natural absoluta.
Colombia es un país mágico para mí, y la culpa la tiene Gabo con esta saga de los Buendía. ¿A quién se le ocurre un apellido así? Solamente a un creador de mundos. Me abrió varias dimensiones cerebrales que tenía obturadas. Una vez me interesé en una mujer solamente porque se llamaba Amaranta y me recordaba este libro.
Solaris de Stanislaw Lem
La ciencia ficción siempre fue uno de mis géneros favoritos. La descubrí de la mano de la colección Minotauro, que me fascinaba, sobre todo Ray Bradbury, y llegué hasta William Gibson con su Neuromante. Sin embargo, el libro que me partió al medio fue Solaris, de Stanislaw Lem.
La idea de la novela es sencillamente genial y Lem la va desarrollando muy bien, porque a medida que uno avanza en la lectura va entendiendo unas cosas y malentendiendo otras, hasta que el final te toma por sorpresa. Magistral.
El lobo estepario de Hermann Hesse
Cuando era adolescente, mis compañeros de colegio me recomendaron Demian. Lo leí y no me gustó mucho: creo que no lo entendí. Probé con Siddartha y me pareció muy lavado. Volví a Demian y le encontré sentido. Pero El lobo estepario me pareció un trabajo mayor y me sentí muy identificado.
Hesse fue un gran compañero de la adolescencia y por eso mismo nunca me tentó releerlo. Sin embargo, con este libro haría una excepción.
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