¿Pitillo, popote o pajilla? Historia y nombres del sorbete en Iberoamérica

Descubra la historia del pitillo, también conocido como popote, pajilla, sorbete o cañita. Le contamos sus usos y cómo varía su nombre en los países de habla hispana.
 
¿Pitillo, popote o pajilla? Historia y nombres del sorbete en Iberoamérica
Foto: El pitillo tiene distintas formas de decirse en toda Iberoamérica. Foto. lma_ss/ Shutterstock / Pitillos de colores
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Revista Diners

La historia del pitillo: un invento milenario con múltiples usos

Aunque hoy parezca un objeto cotidiano, el pitillo —también conocido como pajilla, popote, sorbete o cañita según el país— tiene una historia que se remonta a más de 5.000 años. Su uso más antiguo documentado aparece en la antigua Mesopotamia, alrededor del 3100 a. C., donde los sumerios empleaban tubos largos de oro y metales preciosos para beber cerveza, filtrando los sedimentos de la cebada.

Este tubo primitivo fue, sin duda, el antecesor de lo que hoy conocemos como sorbete o pajilla. La idea era simple y funcional: llevar el líquido de forma directa a la boca, evitando impurezas y derrames.

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El pitillo moderno: de la menta al hospital

El pitillo tal como lo conocemos nació en el siglo XIX. En 1888, el estadounidense Marvin C. Stone, fabricante de cilindros de papel para cigarrillos, patentó el primer pitillo enrollado de papel. ¿Su inspiración? Quería disfrutar tranquilamente de su Mint Julep (una bebida con menta), sin que los pitillos de centeno le dejaran un sabor desagradable.

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Años después, el invento evolucionó con la llegada del pitillo flexible, también conocido como “pajilla acordeón”. Esta innovación se diseñó inicialmente para facilitar que pacientes en hospitales pudieran beber sin necesidad de inclinarse, y rápidamente se popularizó en hogares, restaurantes y cafeterías del mundo entero.

Mucho más que una herramienta para beber

A lo largo del tiempo, el pitillo ha tenido múltiples funciones más allá de lo obvio. Es utilizado por razones higiénicas, especialmente al tomar bebidas enlatadas o cuando se comparte vaso. Los niños lo asocian con el juego, algunos lo han usado como proyectil improvisado, y los creativos los unen para formar estructuras o pitillos gigantes.

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En coctelería, el pitillo se ha vuelto parte del ritual visual de la bebida. En los últimos años, también ha sido protagonista en el debate ambiental, con el auge de los pitillos reutilizables de acero, vidrio, silicona, bambú o papel biodegradable.

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¿Cómo se dice “pitillo” en cada país? El mapa lingüístico del sorbete

Una de las curiosidades más fascinantes del pitillo es su diversidad de nombres en el mundo hispanohablante. Esta variedad refleja la riqueza cultural y lingüística de Iberoamérica:

Colombia: pitillo

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México: popote (del náhuatl popotl, que significa “paja” o “tubo”)

Argentina y Uruguay: sorbete (aunque también puede referirse a un postre helado)

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Puerto Rico: sorbeto

Perú y Chile: cañita

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Ecuador y Bolivia: sorbete o cañita

Costa Rica, Guatemala y Honduras: pajilla

España: pajita

Venezuela: pitillo o cañita

Panamá: carrizo

Cuba: absorbente

República Dominicana: calimente

Esta variedad puede generar confusión entre viajeros o consumidores, por lo que conocer los nombres locales puede ser tan útil como entretenido. Pide un “popote” en México y te entenderán, pero pide una “pajita” en España o una “pitillo” en Colombia, y la experiencia será distinta.

¿Un objeto en extinción? El debate ambiental sobre los pitillos

Historia del pitillo: Desde las tumbas sumerias hasta los bares contemporáneos, el pitillo ha atravesado siglos y culturas.
Desde las tumbas sumerias hasta los bares contemporáneos, el pitillo ha atravesado siglos y culturas. Foto. lma_ss/ Shutterstock.

El uso masivo de pitillos plásticos ha sido objeto de críticas por su impacto ambiental. Algunos países, como Chile, Colombia y España, han prohibido o regulado su uso en comercios. Al mismo tiempo, han surgido alternativas ecológicas que buscan mantener la funcionalidad sin dañar el planeta.

Hoy, reutilizar pitillos o elegir materiales biodegradables se ha convertido en una tendencia global, alineada con hábitos más sostenibles y responsables.

Desde las tumbas sumerias hasta los bares contemporáneos, el pitillo ha atravesado siglos y culturas. Ha cambiado de forma, de material y de nombre, pero sigue siendo un objeto cercano, práctico y, para muchos, indispensable.

Ya sea que lo llames pitillo, popote, pajilla, cañita, sorbete o absorbente, este pequeño tubo nos recuerda que incluso los objetos más simples pueden tener historias fascinantes detrás… y muchas formas de decirse.

         

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julio
21 / 2025