¿Vale la pena viajar desde Bogotá hasta Paicol, Huila?

Este destino colonial destaca entre los municipios postulados a los premios Best Tourism Village de la ONU Turismo, por su riqueza natural y cultural con aroma a cafés especiales.
 
¿Vale la pena viajar desde Bogotá hasta Paicol, Huila?
Foto: Sebastian Delgado C/ Shutterstock
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Revista Diners

Desde Bogotá, la ruta hacia Paicol se extiende por las montañas serpenteantes al sur en un poco más de 400 kilómetros, unas siete horas y media, si nada raro ocurre en la carretera. Se cruza Melgar, se saborea el calor húmedo de Girardot, se come achiras en Neiva y se atraviesa Campoalegre, antes de adentrarse en las faldas montañosas que abrazan a Paicol, un pueblo que colinda con el río Páez, allá donde el tiempo parece moverse a un ritmo más lento.

Paicol,
Foto: loscarf20 de Shutterstock.

Paicol nació como un pasaje colonial, un punto de descanso para arrieros y peregrinos que cruzaban con sus mulas cansadas. Su iglesia de Santa Rosa de Lima, una joya de piedra labrada, se alza como guardiana del pueblo, en medio de casas blancas y frescas con patios escondidos con árboles frutales e incluso una que otra clásica fuente de piedra. 

El paicoleño, curtido por el sol, lo recibe con cariño por naturaleza. Su vocación hospitalaria es tan ancestral como su acento. Al borde de la plaza se puede disfrutar de un café servido con calma. Este marco con aires coloniales enamoró al jurado nacional que se encargó de nominarlo a los premios Best Tourism Village de ONU Turismo.

Paicol y pueblo de aventuras naturales

De los recorridos que sí o sí tiene que hacer en Paicol es a la cueva Caja de Agua, tan misteriosa y mágica que obliga al viajero a caminar en oscuridad total y afinar el oído para guiarse hasta buen puerto. Y si quiere algo con un poco más de luz, visite la quebrada Las Delicias y la quebrada La Motilona, donde se puede bañar y refrescar el calor adormilante de Paicol. 

Entre tanto, el parque natural Cerro San Jacinto promete vistas amplias, donde los guías le enseñan hasta el nombre de la más pequeña planta del lugar. Y si quedó con más ganas de agua, visite la cascada La Serpiente, a cinco kilómetros del casco urbano, con un escenario de cuevas y moyas profundas.

En el centro de Paicol puede averiguar paquetes completos para practicar deportes extremos como rapel en cascadas, espeleología, senderismo y canyoning. Y para los buscadores de historias, también está la ruta del café y del cacao, donde los campesinos narran con orgullo cómo resistieron las inclemencias del clima y el vaivén de los precios, cuidando cada grano como si fuera un hijo.

¿Dónde dormir en Paicol?

Aquí le mostramos diversas opciones para todo público. Por ejemplo, Hostal Calicanto es conocido por su ambiente familiar y ubicación estratégica; el Hotel y Restaurante Casa Medina, perfecto para los que buscan dormir y comer con todos los lujos posibles; Villa Nativa y Luz de Luna Hostal, están anclados en la naturaleza, lo que garantiza privacidad y tranquilidad. 

Si va con un grupo grande familiar o de amigos, lo mejor es Finca Ecoturística Xtremly o Finca Tierra Blanca, donde no se despierta con el ruido de la mar pero sí con el canto de los pájaros. En esta misma línea está La Perla Finca Hotel, ideal para quienes viajan con ganas de respirar calma.

Los sabores de Paicol

Son pocas las opciones gastronómicas, pero las que hay son perfectas para el viaje. En este caso está Prabha Burgers que sorprende con una hamburguesa premiada en el Burger Master, bañada en una salsa de vino y que es de las más vendidas de Paicol.

Ahora si lo que busca es tradición, no se pierda los sabores de Las Delicias de Mamá Pancha, que ofrece un menú generoso de platos calientes, donde brilla el asado y los insulsos. 

Cuéntenos si después de todo vale la pena ir a Paicol desde Bogotá. Escríbanos a nuestras redes sociales @dinersrevista

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julio
9 / 2025