Amalfitana, la pizza mediterránea que no sabía que necesitaba

Óscar Mena
Eduardo Manzanera Obregón dejó su trabajo como corredor y analista de bolsa para cumplir su sueño de abrir su propia pizzería. Vendió todo lo que tenía, pese a los consejos de su padre, para levantar un lugar que combina los placeres de una buena masa madurada, horneada en un horno de piedra, con ingredientes traídos de Italia para sorprender a ese comensal exigente con sabores internacionales.
Sin embargo, se dio cuenta de que quería salirse del molde de las pizzerías clásicas napolitanas. Por eso, pasó de largo por las certificaciones internacionales y decidió emprender un camino de creatividad en la cocina, que nace desde su gusto personal y la retroalimentación por parte de los comensales fieles de Amalfitana.
De ahí que las combinaciones picantes, dulces y saladas sean la piedra angular de este lugar, que se presenta como una pizzería, pero que, al entrar, se convierte en toda una experiencia para los sentidos. Basta con cruzar su puerta para ver la barra que se convierte en la protagonista del lugar, la terraza para disfrutar los días soleados de Bogotá y toda una línea de mesas que conducen a una sala donde los comensales tienen el privilegio de ver el enorme horno de cubierta dorada, traído de Italia, trabajando de sol a sol.
Es allí donde, justamente, el padre de Manzanera Obregón asiente con su cabeza en señal de aprobación y le da toda la razón a su hijo, quien ve los frutos de sus esfuerzos.
El amor por la pizza traído de Europa
Nada de esto hubiera sido posible si Manzanera no se hubiera mudado a España para realizar una especialización en su campo. Fue exactamente en Madrid donde conoció a un maestro pizzaiolo, quien le enseñó el secreto de una buena masa y la combinación ideal de ingredientes para crear sabores sorprendentes e infinitos.
Fue en ese instante que este colombiano convirtió la pizza en una obsesión, que hoy traduce en Amalfitana, un restaurante que constantemente ofrece nuevas pizzas e incluso accede a preparar las combinaciones que los comensales deseen.
Si visita el restaurante, encontrará a Eduardo cuidando de que cada detalle sea el mejor, desde el sabor de sus combinaciones que salen del horno hasta la atención en la mesa, porque su objetivo es enamorar y hacer que los comensales vuelvan para probar cada una de sus creaciones.
Inspirado en el paisaje del Mediterráneo
Manzanera se inspiró en la costa Amalfitana para darle nombre a este restaurante, que, desde la entrada, lo hará sentir que el Mediterráneo está a la vuelta de la esquina. A su vez, su menú tiene los sabores que se pueden encontrar en este camino costero, desde la ciudad de Salerno hasta Sorrento, donde abundan las grandes villas, viñedos y limonares, y donde se asoman las nonas con sabores autóctonos que resultan imposibles de ignorar.
Para la muestra está la pizza Amatriciana, que viene con una base de tomate San Marzano, cebolla roja fresca, guanciale (carne de cerdo madurada) al horno, alioli mediterráneo, queso pecorino romano rallado y brotes que le dan un toque fresco a esta combinación de sabor intenso, fragante y duradero en el paladar.
Pruebe también la clásica Margherita, con mozzarella fior di latte, albahaca fresca y aceite de oliva extra virgen, así como la Antonia Tartufona, que viene con rúcula, hongos, crema de trufa negra, burrata, aceite de oliva y pimienta negra molida.
Ahora, si va en pareja, le recomendamos empezar con una entrada de burrata con tomates cherry marinados en orégano, germinados de albahaca y una reducción de uchuva para balancear los sabores salados y dulces. Opte también por el queso provolone al horno, que mezcla la crocancia con lo suave, acompañado de una reducción de pimentón rojo, pistachos y brotes de hierbas de azotea.
La Amalfitana y los aperol spritz
La experiencia gastronómica no puede estar completa sin unos buenos cócteles. En este caso, Amalfitana ofrece una carta de clásicos, bebidas contemporáneas y una variedad de aperol spritz diseñados para cada ocasión. Y es que esta bebida refrescante está pensada para maridar con las pizzas del menú e incluso con sus platos más elaborados, como el salmón de 200 gramos marinado en naranja con eneldo y panela, servido con espárragos y tomate picado.
Encuentre los aperol de limoncello, digestivo y refrescante; el de feijoa, para exaltar las raíces colombianas; así como el de aguardiente, entre otras referencias más italianas como el caprese, barney, amaretto y bellini.
Fines de semana con brunch
Si quiere hacer un recorrido gastronómico por todo el menú de Amalfitana, no se puede perder los brunch de fin de semana, donde podrá disfrutar de esta variedad de aperol spritz, así como de la diversidad de sabores que resaltan la cocina italiana.
Encuentre la bruschetta de chorizo y tzatziki -la salsa clásica del Mediterráneo con pepino, yogur y menta-; la granola orgánica; el provolone en salsa de pimentón y una de las mejores tartas de queso que puede encontrar en la capital.
Dirección: Calle 72 # 5-22
Instagram: @amalfitanapizzayspritz.