Claudio Foschi, de agente inmobiliario a cocinar en la Casa Blanca

Óscar Mena
Claudio Foschi rememora las tardes de infancia en su natal Barranquilla cuando su padre y su abuela de ascendencia italiana preparaban pastas y salsas para el almuerzo. Ese recuerdo lo sigue hasta hoy, quien sin esperarlo se convirtió en el primer chef colombiano que cocinó en la Casa Blanca, uno de los lugares menos inexplorados del mundo gastronómico.
El barranquillero hizo una pausa en su trabajo como chef e investigador de sabores del grupo gastronómico José Andrés Group para participar en Sabor Barranquilla, una de las ferias gastronómicas más importantes de Colombia. Con una boina y una sonrisa que evoca al actor Richard Gere, Claudio compartió su historia de vida y demostrar que a veces la pasión le gana a la razón.
Rumbo a los Estados Unidos

Foschi se mudó a Virginia, en Estados Unidos, entrado en sus 30 años para hacer una vida junto a su esposa y vivir del sueño americano. Allá lo esperaba su mamá con un trabajo estable: agente inmobiliario para los latinos que no hablaban inglés.
El negocio era redondo, vender casas y ser el intermediario para que muchos latinos realizaran su sueño de tener vivienda propia. Sin embargo, la cocina lo llamaba, casi susurrando su nombre. El recuerdo de su infancia se mantenía vivo y sabía que en algún momento iba a explotar esa pasión por la gastronomía.
“Llegó 2007 y ahí ya se avecinaba la explosión de la burbuja inmobiliaria, así que me anticipé y saqué unos ahorros para estudiar gastronomía en una escuela francesa que recibe gente mayor que quería cambiar de carrera. Mi esposa estaba preocupada pero yo sabía lo que quería hacer”, comenta Foschi.
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De esta forma se salió a tiempo del negocio inmobiliario, pero igual la burbuja estalló cerca y alcanzó a sentir el impacto económico por lo que convertirse en chef era su única opción. “En Estados Unidos me desempeñé muchas veces como mesero, lavaplatos, recoge platos y en la atención al cliente porque se me daba muy bien explicar los platos. La verdad veía la cocina como algo lejano, pero poco a poco se fue acercando hasta convertirse en mi trabajo”, explica.
Su amor por la cocina era tan grande, que se desplazaba casi dos horas para asistir a clases y obtener su diploma con el que salió graduado de honores, algo que nunca le había sucedido en su vida. Luego, decidió buscar trabajo en los restaurantes de Washington D.C., donde estaban las propuestas más extravagantes y de estrellas Michelin del país.
Es así como empezó a pasar por cada estación dentro de cocinas peruanas, chinas, españolas, mexicanas en el grupo del chef español José Andrés, donde poco a poco se hizo un espacio y empezó a convertirse en un referente dentro del grupo donde lo llamaron a ser investigador.
“Eso me cambió la vida, porque empecé a trabajar muy seguido con productos audiovisuales de Netflix, BBC y el mismo Jorge Ramos, que me invitaba para preparar cosas en su programa”, comenta Foschi.
Una arepa con queso y a seguir

Claudio Foschi se empezó a ganar un lugar importante dentro de la cocina del grupo, donde con su calidez de barranquillero aprendió a tratar a sus colegas de cocina y convertirse en un líder. “De mis cosas favoritas es cocinar para el equipo, lo que llamamos la family meal. Ahí siempre aprovecho para hacer una arepa de harina pan y queso fresco, con un huevito o un hogao encima. Porque eso es llevar a Colombia a todas partes”, comenta.
Con este encanto, Foschi ha cocinado para astronautas de la NASA, pilotos de Fórmula 1, golfistas del Master Tour y personalidades relevantes en Las Vegas. “Han sido 10 años de trabajo en los que hasta estos tiempos he visto el fruto de los esfuerzos de algo que me encanta como la cocina. Es que puedo decir con orgullo que también he colaborado en la creación de recetas para restaurantes estrella Michelin y numerosos proyectos en Washington D.C. y California”, explica el barranquillero.
Gracias a esta exposición, Claudio Foschi recibió la invitación del grupo José Andrés a liderar una cena en la Casa Blanca, que se realiza año a año para los chefs de los líderes mundiales. “Tuve la oportunidad de cocinar para la familia del presidente Biden y fue un honor. Allí me mostraron la cocina presidencial y era realmente pequeña, comparada con la zona de pastelería y los huertos orgánicos donde tienen todo tipo de vegetales, hierbas y hortalizas”, explica.
En su travesía por la Casa Blanca, Foschi le recalcaron que era el primer chef colombiano en entrar a la cocina y oficiar una cena de lujo, por lo que su historia se dio a conocer rápidamente hasta convertirse en un orgullo nacional y acaparar las ferias gastronómicas como Sabor Barranquilla, donde enseñó al público a cocinar un gazpacho y un estofado, típico de la cocina estadounidense de antaño.
La familia es un pilar fundamental en la cocina
Claudio Foschi recuerda la cara de su esposa cuando le comentó que quería ser un chef profesional. Al principio fue de escepticismo y rápidamente cambió a un rostro seguro y confiado en su pareja. “Ella fue fundamental, al igual que mis papás que me soportaron, porque en el momento de mayor crisis, yo tenía a mi hija y no podía responder por todas las obligaciones económicas que tenía. Pero sin ellos, no hubiera podido llegar hasta donde estoy”, explica.
De esta forma el chef recalca que gran parte de su trabajo está sustentado en su familia y sus hijas, quienes hoy no quieren seguir sus pasos de chef, pero sí se defienden en la cocina para cuando les toque salir de casa y puedan comer saludable y sobre todo con ingredientes colombianos.
“Tengo la fortuna de haberles enseñado a mis hijas a cocinar. De hecho, antes de salir de casa les dejo el almuerzo y la cena lista. Suelo cocinar platos típicos de mi país como la sobrebarriga, la posta negra y el ajiaco, que me queda bastante parecido porque encuentro todos los ingredientes en Estados Unidos”, explica el chef.
Claudio Foschi y lo que se lleva de Colombia
Aunque un fin de semana no es suficiente para disfrutar la diversidad de la cocina colombiana, Claudio Foschi lleva en su paladar ingredientes que en cualquier lugar del mundo estarían de primeras en un menú estrella Michelin.
“Me sorprende la evolución de la cocina colombiana y la investigación que se realiza con los ingredientes de temporada. Tanto en el mar como en el campo hay una serie de sabores que me sorprenden. Es que antes en la costa comíamos pescados traídos de Bogotá, y ahora en Barranquilla se encuentran pescados recién salidos del mar”, explica el chef, quien recuerda que los sabores internacionales como los que le dejó su padre y su abuela continúan vigentes en la cocina local.
Finalmente, Foschi se despide mirando al pasado y recordando que sí es posible cambiar de carrera sin importar la edad que tenga. “La única forma de salir adelante en esta industria es con la pasión y el compromiso que se tiene por la cocina. Después de muchos años cumplí mi sueño de estar en una cocina y compartir sabores en un país donde aún existen oportunidades para triunfar”, concluye el chef.