Las historias secretas de Superlitio

En Diners conversamos con Alejandro Lozano, baterista de Superlitio, sobre las anécdotas que han marcado a la banda a lo largo de sus 28 años de trayectoria. Esta charla revela los momentos ocultos detrás del camino musical de Superlitio.
 
Las historias secretas de Superlitio
Foto: Álex Cortés
POR: 
Óscar Mena

Alejandro Lozano modula su acento, pero cada palabra que pronuncia deja entrever ese inconfundible dejo caleño, tan característico como el sonido de su banda. Superlitio sobrevivió a un contrato injusto en sus inicios en los años noventa, a la fama temprana en la radio nacional y hoy celebra casi tres décadas de historia junto a Pedro Rovetto en el bajo, Pipe Bravo en la guitarra, Armando González en la batería y Dino Leandro en el ukelele.

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“El no tener género nos ha permitido viajar por muchas texturas musicales, y eso se nos hace superdivertido. Eso es lo que prevalece en todos estos años. Igual quedamos menos, pero somos los mismos”, comenta Lozano, quien recientemente celebró con Superlitio los 20 años de Tripping Tropicana, el álbum que los consagró con canciones como Babylon, Circus, Lo Fi y Perdóname, y que los llevó a Rock al Parque apenas dos años después de fundar la banda.

“Creo que ahí estuvo el secreto de Superlitio. Presentarnos en Bogotá, una ciudad que amamos, nos volvió locales, y así empezamos a crecer como agrupación. Bogotá nos conectó con productores y todo el mundo de la música, y desde ahí hasta hoy sigue siendo igual de importante para nosotros”, cuenta Lozano, quien añade que la energía de esa primera vez en la capital se mantiene viva. “Es una posición de aprendizaje constante, y eso nos encanta”.

Teloneros de lujo

Muy pronto, Superlitio se convirtió en una agrupación de lujo para abrir conciertos de bandas internacionales. Compartieron tarima con Molotov, Babasónicos, Jaguares y Café Tacvba. Pero hay un encuentro que Lozano guarda con especial cariño: The Cure, en 2013.

“No soy una persona de pedir fotos, sino consejos, ¿sí me entiende? Un consejo de una estrella de ese nivel lo marca a uno. Por ejemplo, Robert Smith me dijo que tenía que purificar mi alma para que mi música saliera limpia y pudiera llegar a más gente. Y eso se convirtió en toda una misión hasta hoy”.

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Superlitio
Foto: Álex Cortés.

En una gira por Estados Unidos junto a Aterciopelados, Superlitio debía tocar en Nueva York justo el día en que ocurrió el atentado a las Torres Gemelas. Estuvieron en uno de los últimos vuelos que logró aterrizar en la ciudad antes del cierre total del espacio aéreo.

“Fue una sensación bien particular, porque íbamos a cerrar una gira fuerte por Estados Unidos y sentimos que se había armado la Tercera Guerra Mundial”, recuerda Lozano. La banda quedó varada 20 días en Nueva York, esperando que las cosas se normalizaran para poder regresar a Colombia. Esto sucedió justo después de haber firmado un contrato discográfico con una compañía estadounidense para hacer un sencillo tropical.

Mezclando en la casa musical de Michael Jackson

La aventura de Superlitio dio un salto internacional con Tripping Tropicana, uno de sus primeros álbumes producidos en Los Ángeles, específicamente en el legendario Westlake Recording Studio, donde se mezcló Thriller, de Michael Jackson.

“Imagínese: nosotros, todos pelados, disfrutando del catering del estudio, las cervezas, las fieras de instrumentos… Todo un sueño. Además, los técnicos del lugar eran increíbles. Fue un espaldarazo para nuestro proyecto y nuestra forma de vivir la música”, recuerda Lozano, quien asumió esa experiencia como una señal de que los sueños, a veces, sí se cumplen.

El grupo aprovechó ese impulso para expandir su universo sonoro. En su discografía se mezclan el rock, el funk, la electrónica, la salsa y el reggae, sin perder el sabor de su tierra. Desde Tripping Tropicana (2002), el disco que los catapultó en la escena nacional, hasta Sultana: baila o muere (2017), han mantenido una línea de experimentación constante. “La clave ha sido nunca dejar de jugar con la música”, afirma Lozano.

Pero no todo es inspiración. Detrás del sonido de Superlitio hay también una comprensión cada vez más afinada de la industria y sus dinámicas. “Hace mucho tiempo quedó mandada a recoger esa idea de que el músico es un man tirado en la cama componiendo con la guitarra. Eso era una ilusión de los años 70. Hoy enfrentamos un mercadeo digital insaciable, donde tu música se regala. Entonces, hemos tenido que aprender muchas cosas para mantener una vida equilibrada. Porque igual, hacer música cuesta”, comenta.

Superlitio para siempre

Actualmente, la banda trabaja en un nuevo álbum. Lozano confiesa que hay canciones de su repertorio que podría tocar en bucle, por la conexión emocional que generan. “Viernes otra vez tiene algo energético. Esas notas y la conexión con la gente trascienden la música; se convierte en una vibración significativa. Es algo que te emociona como no te imaginás”, dice con entusiasmo.

Al mismo tiempo, el grupo ha asumido el reto de mantenerse vigente en el cambiante panorama digital. “No somos tiktokers, pero investigamos sobre TikTok. No somos expertos en redes, pero nos juntamos con los duros en el tema para seguir desarrollando música, a medida que el sistema cambia”, explica Lozano.

Superlitio ha sido testigo, y sobreviviente, del auge y la caída del CD, de Napster, del MP3, de las plataformas de streaming. “Hemos sido camaleónicos en medio de las circunstancias. Y aquí estamos, todavía dando lora”, concluye con una sonrisa.

         

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mayo
14 / 2025