Timothée Chalamet y una nueva masculinidad interpretando a Bob Dylan

Revista Diners
Un cuerpo más bien menudo, un bigote de adolescente y unas facciones marcadas de androginia: Timothée Chalamet, la joven promesa de la industria cinematográfica, encarna una masculinidad que hace un siglo o un par de décadas quizás no hubiera tenido el éxito que tiene hoy. El norteamericano imberbe y encantador ha logrado en poco tiempo hacerse una carrera valiosa a los ojos de Hollywood y del mundo.
Hijo de una madre estadounidense y de un padre francés, Timothée creció en una familia sensible que le permitió explorar el arte y la música para comenzar su formación actoral en la prestigiosa Fiorello H. LaGuardia High School of Music & Art and Performing Arts, en Nueva York, antes de matricularse en Columbia. Luego de asumir un papel en la película Hombres, mujeres & niños en 2014 y otro como el hijo de Joseph Cooper (Matthew McConaughey) en Interstellar, el gran sci-fi de Christopher Nolan, Chalamet estaría unos años perfeccionándose antes de que en 2017 se hiciera mundialmente conocido.
Fue su papel como Elio, en Call Me By Your Name, lo que rápidamente lo lanzó al estrellato. En la famosa cinta de Luca Guadagnino, Chalamet interpretó a un joven que se enamora de un ayudante de su padre. Ambientada en el norte de Italia, este rol demostró el talento del francoamericano y la tendencia que sigue imperando en el mercado: la de una virilidad vulnerable, abierta, alejada de estereotipos y alineada con otros valores. El interés que la industria sintió por este joven fue muy parecida al que hizo que Oliver (Armie Hammer) se enamorara de Elio.
Además de ese papel que le valió su primera nominación al Oscar, Chalamet estuvo en Hostiles y en Lady Bird, la primera película de Greta Gerwig, lo que sentó las bases para una carrera que hoy, luego de ser el protagonista de la saga Dune, dirigida por Denis Villeneuve, celebra su segunda nominación al oscar.
Prepararse para interpretar a un Bob Dylan joven fue una tarea en la que Chalamet demostró su real potencial. Para tratar de entender a fondo la psicología de un personaje tan hermético como Dylan, Chalamet se dedicó a escuchar la música del premio nobel, trabajando con profesores de canto, de guitarra, de armónica e incluso de pronunciación. En una entrevista reciente Chalamet afirmó que su casa acabó llena de hojas de papel con letras de Dylan que él fue pegando.
(Timothée Chalamet, la piedra angular de Hollywood)

En la película, que se estrena el 20 de febrero en Colombia, cuenta con secuencias enteras en las que Chalamet canta y toca la guitarra, sí, él mismo. En plena fiebre de la inteligencia artificial, el actor decidió asumir con todo el cuerpo su interpretación, pues hay cosas que no se pueden recrear en el estudio y para que una guitarra suene alguien debe tocarla.
La película narra el viaje de cuatro años que transformó la apuesta musical y artística de Dylan, mostrando el paso del folclor hacia un sonido más eléctrico e influenciado por las nuevas formas que adquirió en los sesentas el rock and roll. Además de escucharlo y estudiarlo, Chalamet visitó los mismos lugares por los que estuvo Bob Dylan, visitando incluso la escuela secundaria donde este tocó sus primeras canciones con su primera banda de rock. Él, como muchos expertos, entiende que su influencia trasciende la música popular norteamericana y que encarnarla no iba a ser tarea fácil.
Ante la presión de un público reticente y una fanaticada escéptica, Chalamet decidió asumir una tarea que duró tres meses (de rodaje) y que le costó cinco años de preparación. En la misma entrevista en Rolling Stones, afirmó: “La gente es profundamente protectora con Bob Dylan y su legado musical porque es tan puro, en cierto sentido, y no quieren ver una película biográfica que lo maneje mal”. El resultado de su arduo trabajo estará disponible en salas desde el 20 de este mes y el 2 de marzo conoceremos el veredicto de la Academia.