Los cinco libros que marcaron a Margarita Borrero

Revista Diners
La escritora Margarita Borrero presentó su libro de relatos Rituales de apareamiento, en el que a través de diecisiete cuentos se asiste a la muerte y el nacimiento del amor, a los vaivenes de la amistad, al dolor de la separación y a la alegría de los reencuentros.
Los siguientes son cinco libros que marcaron la vida de la autora.
1. Mujercitas – Louisa May Alcott

Mi madre me regaló el primer libro que recuerdo haber leído, Mujercitas. ¡Cómo no amar a las cuatro hermanas March! A pesar de su corta edad, afrontaban con increíble entereza la incertidumbre ante el futuro y la ausencia del padre, un capellán que acompañaba al ejército de la Unión en la guerra de Secesión. En circunstancias tan adversas, Jo soñaba con ser escritora y yo, de su mano, también. Le tomé cariño enseguida porque se llamaba igual que mi madre, Josephine, era rebelde y le gustaba escribir.
2. De profundis – Oscar Wilde

Si hay un texto que siento que me ha salvado la vida o, al menos, me ha evitado caer en abismos más profundos, es esta carta desgarradora que Wilde escribió desde la cárcel, en 1897. El destinatario era su amante, Alfred Douglas, quien no solo fue el causante de que se desatara un escándalo por la homosexualidad del escritor irlandés, sino también de que acabara preso. Luego le dio la espalda y lo abandonó. La carta, lejos de ser una misiva llena de recriminaciones, es un viaje de transformación espiritual que contiene preciosas reflexiones sobre el amor, el arte y la vida.
3. El ferrocarril subterráneo – Colson Whitehead

La narración ágil y cautivadora de Whitehead no solo le ha merecido dos premios Pulitzer, sino la veneración de millones de lectores en todo el mundo. Trata sobre las atrocidades que se cometieron contra las personas esclavizadas, un tema que se ha contado innumerables veces en la literatura estadounidense y que cada vez resulta estremecedor. Lo diferente de esta novela es que Whitehead se ha inspirado en el realismo mágico.
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4- El llano en llamas – Juan Rulfo

Soy gran amante del relato en general y muy en particular de esta antología de Juan Rulfo, la única que publicó en vida. Conmueve por la crudeza con la que retrata la pobreza y la injusticia del México rural que le tocó vivir. Su infancia quedó marcada por los brutales enfrentamientos entre los terratenientes y los revolucionarios, y por la violencia que acabó con varios miembros de su propia familia.
5. Cien años de soledad – Gabriel García Márquez

Mi familia por parte de madre es de Santa Marta, así que cuando leí esta novela por primera vez, a los trece años, me pareció que Gabriel García Márquez debía ser un pariente lejano. No me resultó extraño que hubiera alfombras voladoras y alquimistas en los primeros capítulos porque ya conocía Las mil y una noches, pero cuando llegué a la escena en la que Remedios, la bella, se elevaba entre sábanas hasta el cielo, pensé que el autor estaba muy grande para ser tan embustero y que cómo era posible que en el colegio me pusieran a leer semejante carreta. Con esa novela comencé a intuir que la literatura era una especie de mentira maravillosa y embrujadora.
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