El nuevo ciclo expositivo del MAMBO que narra las cicatrices, las tecnologías y los fetiches

Simón Granja Matias
¿Qué es una cicatriz? ¿Es una herida o el rezago que lleva al olvido de una? ¿Es una historia? ¿Las cicatrices están solo en la piel, entendida esta como esa frontera entre el interior y el exterior, ambos mundos al parecer desconocidos e inciertos que dejan sus huellas por ambos lados del cuero? Estas son algunas de las preguntas que flotan en el aire que se respira en la muestra “ReparaRenacer”, la parte más impactante del nuevo ciclo expositivo del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO).
El responsable de ese aire pesado de preguntas es el artista francoargelino Kader Attia, quien entiende la cicatriz como un símbolo de la reparación porque no permite olvidar, pero ya dejó de sangrar y de doler. A través de su obra, surgen estas preguntas frente a los significados que dejan los traumas tanto físicos como mentales, e incluso espirituales. En su obra, Attia saca a relucir la cicatriz y la convierte en el eje principal de sus exposiciones, porque la entiende como una parte inherente al proceso de reparación.
“Un pensamiento que se renueva, como el arte, también proviene de heridas, cuya violencia de ruptura con el orden establecido es a veces inevitable. Como también encarnan reparaciones, estas rupturas son necesarias para generar nuevas orientaciones y seguir con el continuum del desarrollo del arte”, señala Attia en su declaración, titulada Escarificaciones, la arquitectura de la propia piel.
(Manuela Reyes: la artista que interconecta el arte)
La muestra más evidente de esta declaración puede ser la instalación On silence (2021), porque en la sala parece que flotaran brazos y piernas que en realidad son prótesis. No se necesita más. No se requiere teatralidad: fueron usadas, en su gran mayoría, por niños.
“Es una obra elegida especialmente para el contexto colombiano. Attia procuró usar prótesis de colombianos. Y es que tiene un contexto específico acá porque en el momento de los acuerdos de paz, Colombia era el segundo país en el mundo, después de Afganistán, con el mayor número de víctimas por minas quiebrapatas. La cosa más terrible es que muchas de las víctimas son niños. Es simplemente lo que es”, explica el Director artístico del MAMBO, el italiano Eugenio Viola.
Toda esta narrativa que presenta el MAMBO en la exposición “ReparaRenacer” es de algunas de las obras más emblemáticas de los últimos 20 años de carrera de Attia y logra reflejar la visión del artista: mostrar cómo el pasado, aún herido, puede dar origen a nuevas formas de significado y existencia.
UN PISO AZUL
En el penúltimo escalón para llegar al último piso del MAMBO hay unas botas de trabajo con pintura azul. El mismo color azul que inunda todo el piso, como una especie de pecera. ¿Forma parte de la instalación o son solo unas botas de alguno de los trabajadores que está terminando de instalar la otra parte del nuevo ciclo expositivo, titulado “Tecnologías del cuidado”, de Elisa Giardina Papa? Parece que fueran solamente unas botas de un trabajador. Y aunque su relación es una simple casualidad, no está lejano de los temas que abarca la artista italiana (aunque la bota trabajadora se podría remplazar por un teclado).

En el invierno de 2019, Giardina Papa trabajó en forma remota para varias empresas norteamericanas que ofrecen conjuntos de datos “limpios” para entrenar algoritmos de inteligencia artificial (IA) que sirven para detectar emociones. Una de las tareas que realizó la artista italiana, radicada en Nueva York, fue la de taxonomía de emociones, es decir, la anotación de expresiones faciales y la grabación de su propia imagen para animar personajes tridimensionales. Es así como en su obra Cleaning Emotional Data, la artista recoge estas microtareas, y al tiempo, narra una historia de emociones que cuestiona los métodos y las teorías psicológicas que sustentan el mapeo de expresiones faciales.
Y es que, por medio de su obra, Giardina Papa busca justamente desarrollar las tensiones entre las nuevas formas de trabajo propuestas por las economías digitales en el sur global. Entonces, no solo presenta el trabajo que hizo con la limpieza de datos, sino también con otro de sus trabajos más interesantes, que le da el título a toda la exposición: Technologies of care (2016). Esta obra consiste en una serie de entrevistas que documentan maneras de labor afectiva tercerizada a través de plataformas digitales.
Entre las entrevistas, Giardina Papa incluye a un artista de ASMR (dedicadas a hacer sonidos que generen satisfacción), un entrenador de citas en línea, un intérprete de videos fetichistas y autor de cuentos de hadas, un fanático de las redes sociales a sueldo, un diseñador de envolturas de uñas y un operador de servicio al cliente.
“Su obra refleja una aproximación metacinematográfica que examina críticamente las estructuras de poder, trabajo, género e identidad dentro de espacios físicos y digitales. La artista generalmente mezcla técnicas videográficas y estéticas relacionadas con internet, creando así una forma híbrida que explora cómo la tecnología da forma a la interacción, labor e intimidad humana en la sociedad contemporánea”, señala el texto curatorial de su obra.

La última exposición, “Colección en escena #5. Fetiche: conversaciones materiales”, es una selección de obras propias de la Colección del Museo de Arte Moderno de Bogotá, las cuales no solo representan parte importante del patrimonio artístico y cultural de la nación, sino que también se reúnen para construir una red de significados frente al “fetiche”.
La muestra, curada por Juaniko Moreno, contextualiza más de 35 obras de artistas modernos y contemporáneos en cinco categorías: “Mirar al vacío”, “Astralidad-Ancestralidad”, “Alquimia”, “Animismo/Espiritismo” y “Pasión/Pulsión”.