Ismael Cala sabe escuchar
Gabriela Sáenz Laverde
¿Qué va a encontrar el público en “El poder de escuchar”?
C: Bueno, yo estoy feliz de poder llegar a Bogotá el 26 de junio en lo que es un evento abierto al público porque no he tenido la oportunidad de hacer en Colombia una conferencia grande. Estuve en la Feria del Libro firmando libros de “El poder de escuchar”, hubo una charla introductoria con los lectores que se acercaron al salón, que por cierto me dio mucho gusto que hubiera sido lleno total, pero no fue una conferencia, fue un conversatorio como los que se realizan en la Feria del libro. Ahora lo llevo al Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, el 26 de junio a las 8 de la noche y llevar el mensaje del poder de escuchar como filosofía de vida y el camino hacia el éxito, el bienestar y la excelencia en nuestras vidas, adaptado a un formato muy entretenido que tiene mucho de interacción y participación con el público, y que yo lo concibo como un show. Evito la rutina, no me gustan las cosas aburridas entonces trato de que sea un momento en el que la gente se siente a reflexionar, de que se sientan inspirados con alguna idea y que al mismo tiempo se diviertan mientras eso pasa.
¿En qué momento decidió hacer este tipo de conferencias?
C: Yo creo que la semilla de esta vocación viene desde cuando yo estudiaba en la universidad. A mí me gustaba mucho la pedagogía en el sentido de enseñar a otros estudiantes y recuerdo que en mi universidad, y creo que es un programa universal, existen los monitores no graduados. Yo estaba en cuarto grado de Historia del Arte cuando comencé a ser monitor y a impartir una asignatura a los estudiantes de primer grado. Cuando me gradué, seguí dos años como profesor asociado a mi universidad en Historia del Arte. Ahí disfruté mucho del proceso de enseñar y de aprender porque yo digo que por cada hora de conferencia que uno da se necesitan muchísimas horas justificadas de tiempo para leer, escuchar, estudiar y pensar lo que tú vas a compartir con los demás en una conferencia o en una clase, como lo hace un maestro. Este proceso de enseñanza y de estar como una esponja aprendiendo siempre algo nuevo me ha fascinado toda la vida, entonces yo digo que la semilla está en esa época cuando fui profesor, pero luego, más recientemente ya estando en Cala en CNN en español me invitaron a dos eventos en el 2011, uno fue en Lima para una organización que trabajaba con el tema de la inclusión social de los jóvenes y otro en Guayaquil a un evento con 1200 jóvenes. Estas experiencias despertaron en mí el interés de hacer conferencias y compartir con el público experiencias de vida, testimonios, temas de liderazgo, crecimiento personal. A partir de ahí se ha desarrollado toda una empresa que es Cala Enterprises que es todo lo que hago más allá de CNN como la publicación de libros, DVDs, un programa de radio nuevo que está por salir y adicionalmente los eventos en vivo.
Es bien interesante su relación con la radio, estaba viendo que comenzó cuando tenía 8 años y pasó de ser una personalidad de la radio en Cuba a tener su propio programa en CNN, eso es tremendo recorrido.
C: ¡Tremendo recorrido! Así es. La verdad veo ese camino recorrido con mucha humildad y orgullo porque ha costado mucho esfuerzo, perseverancia, mucha pasión y mucha paciencia que es el ingrediente del medio. Pero mira que tiene que ver con una vocación muy férrea que fue formada cuando realmente yo no tenía un propósito o un sentido, ni sabía para qué me servirían esos instrumentos maravillosos que son los micrófonos y las cámaras de televisión. Empecé en la radio a los ocho años y en la televisión a los 15 y lo hacía como un hobby, una actividad lúdica, casi que era mi juguete favorito el comunicarme con los demás, hablar en la radio, hacer efectos sonoros; luego el camino ha sido de crecimiento, de estudio de superación de eso que uno tiene que mantener, como un artesano que mejora la calidad de su obra o como los oficios que necesitan desarrollar una habilidad y comunicar es aprender a conectarnos emocionalmente con los demás. Yo creo que ha sido una historia muy labrada de más de 30 años en los medios de comunicación porque comencé a los 8, tengo 45 y de esos solamente dos años no estuve en los medios que fue cuando trabajé como mesero en Toronto, o sea que son casi 34 años de mi vida que he estado haciendo esto frente al micrófono o una cámara de televisión y CNN viene a ser una gran etapa de desarrollo en mi carrera porque es el líder mundial de noticias y porque esa marca tiene un respeto enorme que por más de 25 años se ha forjado en credibilidad, objetividad y neutralidad.
¿Qué hace una gran entrevista?
C: Yo creo que una gran entrevista la hace una gran conexión humana. Al final uno puede haber estudiado todas las técnicas periodísticas aconsejables para lograr una gran entrevista, pero si en el entrevistador solo sabe la parte técnica no se va a producir la magia que es la química, porque al final hay mucho más de psicología y de inteligencia emocional en una gran entrevista que de técnicas de periodismo. Las técnicas son el cimiento, pero la magia es que el entrevistado se sienta reflejado, sienta confianza de abrirse y bajar la guardia con esa persona que está al frente sienta confianza de abrirse y bajar la guardia con la persona que está en frente depende mucho de afectos psicológicos y de algo que es muy difícil de cuantificar que es la empatía y el carisma. Es complicado porque yo me he dado cuenta que para mantener un programa de una hora en televisión a base de pura entrevista me he dado cuenta que me ha tocado crecer mucho más como persona que como periodista para poder conectar con las personas. Al final yo digo que el gran porcentaje está en la sensibilidad humana de interesarse por los demás y de conectarse con el otro.
Estaba pensando, precisamente cuando habló de eso, una periodista del servicio latinoamericano de la BBC cuando pasó lo del 11 de septiembre me contaba que al único que pudo encontrar para que le relatara lo que sucedió ese día fue a un taxista colombiano, pero era muy difícil sacarle las cosas porque la entrevista fue por teléfono y porque el taxista no estaba preparado para ir contestando las preguntas que le hacía la periodista. ¿Ha tenido casos así?
C: Sí claro, lo bueno de esta experiencia con Cala y con mi carrera en general es que no solo he entrevistado celebridades o políticos que están entrenados para hablar en público, o a escritores, a intelectuales, estrellas del deporte, también he tenido la oportunidad de obtener el testimonio de personas que no son celebridades ni personajes públicos y ahí es cuando más debes trabajar tu inteligencia emocional porque las cámaras los intimidan o los micrófonos anulan su espontaneidad, entonces es complicado hacer desaparecer las cámaras. Larry King me dijo, en la entrevista exclusiva que tuvimos para “el poder de escuchar”, que uno de los elogios más grandes que había recibido en su vida fue cuando Frank Sinatra le dijo: “Larry, usted hace que yo sienta que las cámaras desaparecen”. Yo me identifiqué con esa frase y dije ese es mi propósito, yo tengo que hacer que esas cámaras en estudio desaparezcan para el invitado, sobre todo para el invitado que no es una celebridad porque las celebridades las aman, trabajan para las cámaras, pero un taxista, una persona que tiene una historia de vida o personas con historia de supervivencia, que han superado enfermedades o episodios dolorosos de sus vidas que nosotros queremos que los cuenten porque pueden ser de mucho aliento y mucha fe para personas que están pasando por episodios similares. A esas personas hay que convencerlas que las cámaras no existen para que la conversación se lleve de manera simple y orgánica.
¿Cuál ha sido la entrevista que más le ha gustado?
C: Wow, es injusta mi respuesta cada vez que me hacen esa pregunta porque han sido casi 4 años de entrevistas solamente en Cala, entonces hay un antes y un después del programa. Por ejemplo, hay una entrevista que fue hecha antes de Cala y solo duró cinco minutos y para mí es una entrevista entrañable porque es fue a alguien a quien yo admiro por su legado, por su energía y porque aún me emociono cuando escucho su música que fue a la gran Celia Cruz a quien yo escuchaba clandestinamente en Cuba. La entrevisté solamente cinco minutos en Toronto, aún no se sabía de su cáncer pero ya lo estaba sufriendo entonces no se sentía bien de salud, fue a cumplir un compromiso de un concierto, pero yo convencí al manager gritando prácticamente para que ella me pudiera escuchar detrás de la puerta de su camerino, que estaba entreabierta, que yo era cubano, que nací en Santiago de Cuba y logré una entrevista en el lobby del hotel. Para mí esa entrevista con Celia Cruz significa mucho más que las horas enteras que he pasado con otros personajes.
El quehacer periodístico es mucho de eso, de insistir, de contar la historia de uno para relacionarse con otro.
Claro, es que todo esto es, como digo, de conexiones. La clave del éxito en todo lo que uno haga en la vida es la pasión en todo lo que uno hace porque la pasión es el combustible que te mueve, perseverancia para no aceptar los no, porque van a venir unos cuantos y otros cuantos portazos hasta que alguna se abra, y entre la pasión y la perseverancia hay que poner la paciencia para uno esperar que los sueños germinen, todo en la vida tiene un tiempo de maduración y los sueños no son una excepción.