Derribe los mitos de la anticoncepción y la vasectomía con estos consejos

Una minúscula operación quirúrgica de 10 minutos, los anticonceptivos y la irrupción segura del embarazo, aún sigue siendo un escándalo en nuestra sociedad. Aquí le damos algunos consejos.
 
Derribe los mitos de la anticoncepción y la vasectomía con estos consejos
Foto: engin akyurt en Unsplash
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Revista Diners

Estos son los tiempos en los que hablar de anticoncepción, interrupción voluntaria del embarazo y la vasectomía sigue siendo todo un escándalo. Tan solo en Latinoamérica afecta principalmente a las mujeres, quienes el 44% entre los 18 y 49 años no tiene acceso a estos beneficios de planificación natal, según revela el Fondo de Población de las Naciones Unidas. A esto se le suma que entre el 4,7% y 13,2% de las muertes maternas son producto de abortos inseguros, como informa la OMS. ¿Hasta cuándo vamos a permitir eso?

“En la actualidad, países como Colombia cuentan con un acceso amplio a métodos como el preservativo o el dispositivo intrauterino que previenen el embarazo, entre otros, así como una política pública que protege el derecho de las mujeres que deciden interrumpir un embarazo no deseado. Sin embargo, hemos encontrado campañas de desinformación que, en lugar de ayudar a mejorar la salud sexual y reproductiva de los ciudadanos, generan barreras al acceso a información real, científica y segura”, dice el doctor Julio Camelo de DKT South America, una organización no gubernamental comprometida con la educación en planificación familiar y salud sexual.

Los mitos de la anticoncepción

En Diners, junto a DKT South America, le presentamos los cinco mitos más comunes en el mundo de la anticoncepción y la irrupción de los embarazos no voluntarios:

1. “Las mujeres que no han tenido hijos no pueden utilizar un DIU”.

La realidad es que cualquier mujer puede usar un dispositivo intrauterino (DIU), incluso si no ha tenido hijos. El DIU no afecta la fertilidad a largo plazo ni la ovulación. Cuando una mujer decide tener hijos, simplemente se retira el dispositivo sin consecuencias para su capacidad reproductiva.

2. “Cualquier método anticonceptivo funciona para cualquier mujer”

Cada método anticonceptivo tiene un perfil distinto de beneficios y posibles efectos, es fundamental que la elección sea personalizada, teniendo en cuenta los antecedentes médicos de la usuaria, sus necesidades y preferencias.

Un método indicado para una persona puede no ser el adecuado para otra, por eso es importante la asesoría profesional.

3. “Los anticonceptivos reducen la fertilidad posterior”

Otra creencia errónea que persiste es la idea de que los anticonceptivos pueden disminuir la fertilidad de forma permanente. Sin embargo, no existe evidencia científica que confirme que los anticonceptivos, ya sean hormonales o de barrera, tengan efectos duraderos sobre la fertilidad.

Cuando una mujer deja de usar métodos anticonceptivos, su fertilidad se restablece en el corto plazo.

4. “Solo se puede interrumpir el embarazo de manera quirúrgica”

El tratamiento con mifepristona y misoprostol es una opción segura para interrumpir un embarazo en sus primeras semanas.

Este procedimiento se realiza de forma ambulatoria, sin necesidad de hospitalización ni cirugía ni anestesia, lo que lo hace más accesible y con menos riesgos que otros métodos más invasivos. Con una efectividad superior al 95% en embarazos de hasta 70 días.

La asesoría y acompañamiento de un profesional de salud aumenta la seguridad y la percepción de respaldo durante el proceso, además de confirmar con mayor certeza el éxito del tratamiento.

5. “No hay que hacer nada después de la interrupción del embarazo”

Pese a ser un procedimiento sencillo y seguro, requiere unos días de recuperación y cuidados, el profesional médico proporcionará la información respectiva. Es importante recibir orientación sobre la identificación de signos de alarma para evitar complicaciones de salud como el sangrado abundante o signos de infección, que se presentan de forma poco frecuente pero indican solicitar ayuda médica urgente.

¿Y qué hay sobre la vasectomía?

“Quiero la vasectomía porque creo que los hijos ya son suficientes y podría asistirlos mejor en el plano educativo. Y porque creo que las píldoras anticonceptivas están haciendo mucho mal a mi esposa”.

¿Razones económicas? Sí y no. Es muy relativo. Muchos dicen que ‘donde comen cuatro, comen cinco o seis, pero a la postre se acaba en diez o doce. Sin embargo, a la vez entiendo que a medida que crece el número de hijos, es mayor la limitación económica para cada uno y es mayor la serie de tensiones. Todo es muy relativo, dicen algunos.

La misma indefinición con que contesté a la enfermera, parece acompañar a la mayoría de las personas que se hacen la vasectomía. Por supuesto, existen motivos de carácter económico, aunque ellos pocas veces son confesados, por razones obvias. Y, además, porque las estadísticas muestran que en los Estados Unidos, Brasil, México y Argentina, el mayor número de vasectomizados es el de profesionales liberales, en general situados en la llamada clase media alta.

Y, desde luego, hay razones de carácter psicológico: el taxista Miguel, padre de cuatro hijos a los 28 años, luego de saber que me había hecho vasectomizar, sonrió y comentó: “Yo también me la quise hacer, pero me dijeron que no tenía edad. Creo que usted estará ahora más tranquilo para todo, ¿no es cierto?

La vasectomía el mejor control familiar

Desde que el reverendo británico Malthus propuso su famosa teoría sobre control del crecimiento poblacional, el tema viene siendo discutido. Inicialmente a nivel filosófico y teológico: los liberales manchesterianos que comenzaron a proclamar las bondades de las tesis malthusianas fueron estigmatizados desde un principio por la iglesia católica.

Desde la Segunda Guerra Mundial el asunto adquirió contornos nítidamente políticos: de un lado los llamados países desarrollados, alarmados con las altas tasas de crecimiento demográfico: del otro los países subdesarrollados, argumentando que si bien era necesario controlar las tasas de crecimiento poblacional, tampoco se les podía impedir colonizar vastas áreas despobladas.

La creación de la píldora anticonceptiva, hace exactamente 60 años, pareció solucionar el problema. Al comienzo costosa, la producción a escala industrial permitió que su precio descendiera y un número cada vez mayor de mujeres tuviera acceso a ella. Pero, aún así era poco. Y como también era bajo el incremento de la educación sexual, se utilizaron métodos más drásticos. Fue así como se vieron en India galpones en donde, por centenares, los hombres eran vasectomizados y recibían como premio, de consolación quizás, un radio transistor.

La polémica que surgió con la vasectomía

Y surgieron denuncias, como la película Sangre de Cóndor, del boliviano Sanjinez, donde se mostraba que las mujeres indígenas de su país, luego del parto, tenían las trompas amarradas, para que no fecundaran más. Ya de nada servían las oraciones a los dioses del altiplano.

Pero, fuera del caso de la India, en ninguna otra parte se ha comprobado que la vasectomía haya servido para rebajar significativamente las tasas de crecimiento demográfico, al menos eso decían hace 25 años. Ahora las cosas son muy diferentes.

Fertilidad responsable

Y así como es difícil dibujar el perfil del vasectomizado, es difícil encontrar una relación entre responsabilidad masculina y el control demográfico. Desde la antigüedad la simbología de la fertilidad estuvo relacionada con la Tierra y la mujer. Y conscientes o no, ellas siempre asumieron el papel responsable. De allí las distintas especies de hierbas que buscaron permanentemente las campesinas; o las píldoras, las amas de casa y, últimamente, la tubectomía o intervención quirúrgica de las trompas.

Por ello mismo, un sacerdote aclara que siempre que se trata del tema de la familia numerosa en las conversaciones femeninas, una de las señoras inmediatamente sugiere “mándese a arreglar”; o ”mándese operar”.

Las cifras en Bogotá demuestran que mientras 60 señoras se hacen la cirugía de las trompas, un máximo de 10 hombres se vasectomizan. Tales índices son más significativos cuando se sabe que la operación en los varones es mucho más sencilla que en las damas. Así, más que la llamada “paternidad responsable”, como lo sugiere una cuña publicitaria, habría una “fertilidad-maternidad responsable”. ¿Sinónimo de patriarcado?

En palabras científicas

La vasectomía es una intervención quirúrgica extremadamente sencilla, hecha con anestesia local (xylocaína). El paciente es dado de alta luego de la operación (unos 10 minutos) y el dolor es insignificante. La cirugía se resume a dos incisiones de medio centímetro, una en cada parte de la bolsa del escroto. Por medio de esas dos pequeñas incisiones se llega a los canales que conducen los espermatozoides de los testículos a la uretra. Esos canales son interrumpidos con una cauterización y las incisiones cerradas con un único punto en la piel.

La esterilización no es inmediata. Ocurre luego de diez relaciones sexuales, pues algunos espermatozoides se “esconden” más allá de los puntos en que los dos canales fueron interrumpidos. El vasectomizado podrá mantener relaciones sexuales normales luego de una semana, pero empleando métodos anticonceptivos.

Luego, un examen de espermatozoides confirmará la completa esterilización. Los expertos en microcirugía afirman que la vasectomía puede ser considerada prácticamente como una cirugía de ”consultorio”. Es muy común actualmente más de lo que se imagina. Y muchos de los que consideraban que ”su potencia sexual sería afectada”, tuvieron que callarse ante la evidencia de los vasectomizados.

Todos los médicos son unánimes en afirmar que la potencia sexual realmente no es afectada. La eyaculación del hombre hace que la vasectomía siga inalterable. Fisiológicamente no hay ninguna modificación en el acto sexual.

La cabeza del hombre y la vasectomía

Lo que suele ocurrir es una reacción sicológica -consecuencia del hecho de que el vasectomizado pasa a sentirse liberado de preocupaciones- lo que lo puede llevar a un aparente aumento de potencia

Los cirujanos como el doctor Jorge Vega Ospina, prefieren insistir en que la vasectomía es irreversible. En otros países se ha intentado con algún éxito la reversión. La técnica al respecto también es simple: consiste en la restauración de los canales por medio de una microcirugía.

La primera etapa de esta operación es la localización de las dos extremidades que se crearon con la vasectomía en los dos canales de conducción de los espermatozoides. Luego se hace la sutura microquirúrgica con media docena puntos, empleando un hilo de nylon de una vigésima parte de milímetro de diámetro. La restitución de la permeabilidad de los canales debe ser perfecta.

¿Entonces se puede revertir la vasectomía?

Nadie puede garantizar en forma tajante que el operado pueda recuperar su anterior fertilidad. Ella no depende sólo de la reversión, pues con el paso de los años puede ocurrir, por ejemplo -aunque esto aún no se pueda precisar científicamente-, una inhibición delinitiva en la produccuón de espermatozoides.

Finalmente, cabe señalar, como informaba la promotora Cecilia Cadavid, del Centro de Planeación Familiar, que los vasectomizados adquieren, en general, la tendencia a proclamar esta condición particular e inducen a sus amigos a que se hagan la misma cirugía.

Entre las mujeres que se hacen la tubectomía, la tendencia es opuesta. En Colombia, como en la mayoría de los paises latinoamericanos, hay un alto índice de personas de los estratos medio y alto que se mandan vasectomizar, en clínicas particulares. Los sectores medios bajos y bajos optan por Profamilia o la EPS, donde los gastos son mínimos.

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junio
4 / 2025