Día Mundial de la alegría: el secreto está en las relaciones sociales

En el Día Mundial de la Alegría, filósofos, psicólogos y una lista interminable de organismos están preocupados por encontrar lo que nos hace realmente felices. ¿Hay respuestas?
 
Día Mundial de la alegría: el secreto está en las relaciones sociales
Foto: Priscilla Du Preez en Unsplash
POR: 
Sandra Martínez

Hoy se celebra el día internacional de la Alegría. Desde 2012 Naciones Unidas decretó esta fecha con el objetivo de reconocer la importancia del tema tanto para las personas como su inclusión en las políticas públicas. El asunto no es minúsculo ni se trata de una broma. Cada vez genera más atención, no solo de este tipo de organismos, sino también de universidades, científicos, psicólogos y estadísticos que intentan medir y determinar qué nos produce esta emoción.

A nivel nacional no nos quedamos atrás. Colombia ocupa los primeros lugares en el Barómetro Global de Felicidad –lo que genera siempre gran controversia–; ya se dictan cátedras de felicidad en varias universidades del país, y hay una avalancha de literatura tratando de buscar una fórmula o respuestas certeras. “La sociedad moderna tiene una obsesión por ser feliz”, asegura el escritor e historiador Juan Esteban Constaín.

Pero qué es la felicidad. Definirla resulta casi imposible, no hay una respuesta unánime. Desde los filósofos griegos se ha intentado buscar una aproximación. El científico norteamericano y experto en el tema Matthew Killingsworth, que recientemente dictó una conferencia en el Colegio de Estudios Superiores de Administración (CESA) y tiene una aplicación móvil para rastrear la felicidad y los momentos de alegría en tiempo real, asegura que es un tema muy complejo.

“Es como una gema, que tiene muchas dimensiones. Por ahora podemos medir las experiencias, momento a momento, entender que es importante vivir en el presente y no permitir que la mente divague tanto”, señala. Andrés Ramírez, el primer catedrático de la felicidad y la alegría en Colombia, considera que “la felicidad es muy simple, pero la mente es la que nos complica las cosas. Por eso hay que aprender a abrazar los pensamientos, a entender que son solo eso y a elegir con cuáles te quedas”, explica.

LA VERDADERA ALEGRÍA

Alegría

Andrés Aljure, coach y profesor de felicidad, afirma que para algunos es la ausencia del miedo que paraliza; para otros es la satisfacción con la vida en general; para él es “vivir el presente con un sentido de propósito, llevando relaciones positivas y realizando actividades que permitan poner en práctica las fortalezas de cada cual”. Hace énfasis, además, en que no es la ausencia de emociones negativas. “El que no espere tenerlas es garantía de que va a ser infinitamente infeliz”, dice, y agrega, “lo importante es cómo afrontar ese tipo de situaciones. El 10 % es lo que nos pasa en la vida, el 90 % restante es lo que hacemos con lo que nos pasa”.

Para el presidente de la Asociación Psiquiátrica de América Latina, Rodrigo Córdoba, no hay un punto de encuentro desde diferentes perspectivas y autores. “Algunos consideran que es un intangible y que lo que realmente se tiene son momentos felices. Dentro de esta perspectiva, pensar que la felicidad es un estado permanente, pletórico, es algo imposible. Sin embargo, en el intento de definirla se han tenido en cuenta aproximaciones cuantitativas y cualitativas que han generado una serie de posibilidades de bienestar que deberían ser satisfechas a lo largo de la vida”, explica.

Mujer feliz en la playa

Ramírez prefiere hablar del ADN de la felicidad. “Para mí debe tener cuatro ingredientes básicos: una coherencia armónica entre lo que pensamos, sentimos y hacemos; el servicio hacia los demás; gratitud por lo que tenemos, y compasión, que es la capacidad de sentir lo que siente el otro”, asegura.

MEDIDAS PARA LA FELICIDAD

Aunque no hay un acuerdo común sobre su definición, existen decenas de instrumentos y metodologías que intentan medir la felicidad y por ende la alegría. El reino de Bután, por ejemplo, se hizo famoso por ser el primer país en cambiar el producto interno bruto (PIB) por la felicidad interna bruta (FIB) en la década de 1970. La ONU, por su parte, desarrolló su propio reporte. En el informe de 2015, Colombia quedó ubicada en el puesto 33, entre 158 países, mientras que el primer lugar lo ocupó Suiza. En esta medición se tienen en cuenta variables como el ingreso per cápita, la esperanza de una vida saludable, el respaldo social, la confianza, la libertad personal y la generosidad.

Otra de las mediciones más reconocidas es el Barómetro Global de la Felicidad, realizado por la red WIN. En esta encuesta se mide la percepción de la gente con una sola pregunta: ¿Usted se siente personalmente muy feliz, feliz, ni feliz ni infeliz, infeliz o muy infeliz con su vida? A Colombia le suele ir muy bien. Este año ocupó el primer lugar, con un índice de felicidad del 85 %.

Carlos Lemoine, director del Centro Nacional de Consultoría, y encargado de realizar este barómetro en el país, asegura que tiene dos consideraciones. “La primera es que la felicidad es un sentimiento, no importa si tengo fiebre, si soy alto o bonito. En segundo lugar, todos tenemos una idea bastante similar de lo que es la felicidad y nadie tiene mayor autoridad para decir si es feliz o no, que uno mismo. Creo, además, que los colombianos tienen una gran cercanía con los amigos y la familia y eso nos permite tener más alegría. Me sorprende ese empecinamiento en ver lo negativo y en creer que la cifra no puede ser cierta. Deberíamos verlo como una ventaja competitiva, si somos los más felices por qué no lo comunicamos y eso nos daría una imagen atractiva ante el mundo”, afirma.

Hombre de lentes está alegre

Sin embargo, Córdoba opina que “es como tomar una foto muy lejos, terminas interpretando cosas que no son, con una visión muy subjetiva que no retrata de manera real lo que les pasa a los seres humanos. La felicidad no puede ser solo una respuesta cualitativa, sino que debe incluir una evaluación mucho más completa. Además, decir que Colombia es el país más feliz del mundo me parece algo audaz, atrevido y poco riguroso”.

EL MOTIVO DE LA ALEGRÍA

Pero la pregunta clave es qué nos hace felices. ¿El dinero, viajar, la pareja, tener hijos, un buen trabajo? Aljure es categórico en afirmar que “la felicidad es un traje a la medida, no hay un estándar y depende de cada persona, de sus circunstancias, gustos, creencias, educación, etc.”.

Robert Waldinger, doctor en psiquiatría, psicoanalista, sacerdote zen y, además, director en la Universidad de Harvard de uno de los estudios más largos que se hayan realizado en el planeta sobre felicidad y alegría, encontró algo interesante. Durante 75 años, sus predecesores y su equipo les han seguido la pista a 724 hombres. Año tras año les han preguntado sobre sus vidas familiares, su trabajo y su salud con el fin de establecer qué determina tener una vida feliz.

Waldinger, en una emotiva charla TED, asegura que no es ni el dinero ni la fama, ni trabajar fuertemente lo que hace feliz a alguien. Su conclusión se resume en esta frase: “Las buenas relaciones nos hacen más felices y saludables”. Y explica las tres lecciones aprendidas hasta el momento: por un lado, los vínculos sociales con la familia, los amigos y la comunidad son positivos, la soledad mata. La segunda lección es que no importa la cantidad, sino la calidad de las relaciones cercanas que tengamos; y la última lección es que las buenas relaciones no solo protegen la salud, sino también el cerebro.

Niños asiáticos felices

“Estoy de acuerdo con ese estudio. La felicidad y la alegría están profundamente ligadas a la forma como se relaciona con los demás. Por eso Colombia siempre está en los primeros lugares, porque somos muy cercanos, cálidos, amigables, en este país la gente te ofrece todo”, afirma el catedrático de la alegría, Andrés Ramírez.

¿APRENDER A SER FELIZ?

Aljure está convencido de que se puede aprender a ser feliz y tener alegría. “Sí se puede, así como uno aprende a tocar un instrumento o a multiplicar, porque cerca del 40 % de los factores que tienen incidencia sobre la felicidad son creencias, hábitos y comportamientos. Es una disciplina, hay que entrenarse”.

Sin embargo, otros piensan diametralmente opuesto. “En la modernidad occidental desapareció la religión y el vacío de la fe lo han llenado una cantidad de religiones subalternas como la belleza, el bienestar y, por supuesto, la felicidad, que se vuelve como un fin, una obligación que todo el mundo tiene que cumplir para sentirse parte de la sociedad.

Lo cierto es que en la historia esto nunca ha sido así. Ese afán desesperado engendra insatisfacción, amargura, frustración, es una conquista superficial e insulsa”, concluye Juan Esteban Constaín, quien también señala que últimamente aparecen personas como los coach, para decir solo obviedades, pero que en últimas reflejan la clase de mundo en el que vivimos.

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Estos son algunos consejos que, según los expertos, producen felicidad y alegría:

1. Es mejor invertir en experiencias que en bienes. “Las experiencias no caducan y nos generan bienestar”.

2. Utilizar el dinero en cosas menos intensas, pero más frecuentes. Por ejemplo, si está pensando en hacer un viaje a un destino después de ahorrar un año, puede cambiarlo por viajes más cercanos y frecuentes.

3. Tener un sentido de propósito en la vida para tener alegría.

4. Recargar baterías cuando el cuerpo lo necesite.

5. Hacerse cargo solo de las actividades que puede realizar y establecer prioridades.

6. Tener expectativas de acuerdo con sus posibilidades y circunstancias.

7. Celebre la equivocación. La gente perfeccionista tiende a ser muy infeliz.

8. Adquiera un compromiso y no se preocupe tanto por el resultado.

9. Nunca tome las cosas que tenemos por sentado. Hay que agradecer por respirar, caminar y todo lo bueno que tiene la vida y que a veces nos parece habitual.

10. Practicar un deporte de equipo, porque además de generar bienestar físico es una actividad social que genera alegría por la producción de serotonina.

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agosto
1 / 2024