El arte de llevar el cuerpo: joyería que es escultura con Hasta el Cogote

LAURA CAMILA RAMOS CONDE
En el mundo de Hasta el Cogote la joyería es más que un accesorio; es una extensión de los cuerpos femeninos, una forma de verlos, entenderlos y celebrarlos.
La idea de este proyecto surgió en 2014, cuando Andrea Hermida y Valeria Leal estudiaban Artes Plásticas y juntas tomaron una clase de moldes. Entonces, comenzaron a experimentar con resina para crear collares. Lo que al inicio era “una cosa más juguetona, para ganar algo de dinero extra”, como describe Leal, pronto se convirtió en un proyecto cada vez más serio. “Empezamos haciendo quince collares y los vendimos; luego hicimos veinte más y así seguimos. Nunca hubo una gran inversión inicial; el crecimiento fue gradual y orgánico”, explica.
El cuerpo femenino: la joya y el arte
Uno de los aspectos más notables en la evolución de Hasta el Cogote ha sido su decisión de usar la joyería para explorar la identidad femenina de una manera íntima y honesta. Sus colecciones hablan de una relación compleja con el propio cuerpo, con sus cambios y su individualidad, y proponen una visión de la feminidad muy alejada de la objetificación.
“Queríamos hacer esculturas que celebraran el cuerpo, pero desde nuestra mirada, una mirada femenina y crítica”, asegura Andrea Hermida. Cada pieza es una pequeña escultura que rinde homenaje a la forma femenina sin caer en estereotipos o clichés; una exploración de las curvas y líneas desde una sensibilidad que honra el cuerpo como un espacio de experiencia y cambio.

Con el tiempo, Hermida y Leal sintieron la necesidad de expresar sus vivencias personales a través de sus piezas, llevándolas a un nivel más conceptual. Inspiradas por experiencias propias sobre autoestima, identidad y la transformación que atraviesan sus cuerpos, sus colecciones exploran aspectos que muchos ven como temas cotidianos, pero que para ellas reflejan procesos vitales y significativos. “La joyería ha sido nuestro refugio y nuestra manera de sacar al mundo lo que vivimos como mujeres”, resalta Hermida.
Una de sus colecciones más recientes, “Hasta el coño”, es una serie de piezas que exploran la relación entre el cuerpo y el poder, la identidad y la percepción. “Queremos que cada mujer sienta que lleva consigo un pedazo de su historia, de su propio viaje”, comenta Leal, al describir cómo estas joyas están pensadas para abrazar el cuerpo y no solo adornarlo.
La sostenibilidad como elección ética
El enfoque artesanal y sostenible ha sido una parte esencial del recorrido de Hasta el Cogote. Ambas fundadoras son conscientes del impacto ambiental de los materiales, especialmente de los metales, y han asistido a talleres sobre joyería ética que las llevaron a replantearse el uso de algunos de ellos. “Fuimos a un seminario y salimos en shock. Aprendimos que hasta el uso de la plata tiene una huella difícil de borrar”, recuerda Leal.
Con esta información, tomaron la decisión de integrar vidrio y porcelana en sus piezas, explorando alternativas más respetuosas con el medio ambiente. “Queremos que el valor de la joya esté en su historia y significado, no solo en el material”, enfatiza Leal.

En su próxima colección, por ejemplo, están creando perlas de vidrio que imitan la belleza de las perlas naturales sin necesidad de extraerlas del mar. Es su manera de honrar la naturaleza sin comprometer su compromiso con la sostenibilidad.
Para Leal y Hermida, la joyería de Hasta el Cogote es un proyecto artístico en toda su dimensión. Sus piezas no son solo para decorar; son arte que puede llevarse, tocarse y sentirse como parte del cuerpo. La marca se convierte así en un proyecto que une escultura, sostenibilidad y una visión íntima y feminista del cuerpo, logrando una propuesta distinta de la joyería en Colombia.