¿Dónde comer chicharrón carnudo en Bogotá?
Revista Diners
El chicharrón carnudo es el alimento perfecto para disfrutar en Bogotá. Está entre la cocina ancestral del país y los afanes de los citadinos que incluso se lo pueden comer en una esquina de la capital o en una barra, que se precia por darle este manjar en segundos.
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Y aunque es cierto que cada barrio tiene su propio mito sobre dónde sirven el mejor chicharrón, son pocos los lugares que logran trascender y convertirse en destino obligado, tanto para locales, como para turistas.
En Diners lo invitamos a realizar este recorrido gastronómico, donde el chicharrón respeta lo básico, su piel crocante y su carne salada. Prepare las servilletas y el apetito, porque aquí vienen sabores que le harán salivar la boca.
1. Love Chicharrón, la revolución del sabor criollo
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Este restaurante nació como un emprendimiento bogotano con el sueño de darle al chicharrón carnudo un lugar protagónico en la mesa. Hoy Love Chicharrón tiene varias sedes, entre ellas la nueva de Salitre Plaza con un formato pensado para el ritmo de la ciudad.
Entrar aquí es rendirse al olor embriagador de la panceta cocinada lentamente, marinada con la receta secreta de la casa. El sonido del cuchillo al partir la piel crujiente es la promesa de un festín. Y entonces llega la joya del menú: el Chifrijol, un bowl abundante donde fríjoles tiernos se mezclan con guacamole cremoso, pico de gallo fresco, totopos dorados y ese chicharrón carnudo que deja la mente en blanco por un segundo.
En el menú también se encuentra el Bowl Paisa, con arepa, fríjoles y guacamole, una alternativa para el almuerzo cotidiano. La carta se extiende a picadas para compartir, sándwiches con morcilla y hasta ceviches con trozos crocantes de chicharrón, pensados para comer sin formalidades, con las manos, como manda la tradición. El ambiente tiene algo de feria gastronómica urbana, con mesas largas, música relajada y la sensación de estar en un lugar donde todos son bienvenidos.
2. Carnívoros, un ritual a la brasa
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En Carnívoros, la experiencia comienza antes del primer bocado. El aire huele a leña y a carne cocinándose como en las viejas fincas. El chicharrón carnudo, preparado en horno de leña, tiene ese equilibrio donde la piel truena al morder, la carne se deshace y la grasa se saborea sin culpa.
Las picadas son bandejas generosas con papas saladas, arepa boyacense, guacamole casero y trozos de chicharrón que se comparten al centro de la mesa. Es un plan para ir en grupo, pedir varias rondas y acompañarlo con una cerveza fría mientras las historias se alargan.
Lo que distingue a Carnívoros es el respeto por el tiempo y el producto. Cada trozo de carne pasa horas al fuego, absorbiendo aromas y quedando con ese toque ahumado que conquista hasta a los más escépticos.
3. La Comilona, creatividad sin traicionar la esencia
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En el barrio Villa del Prado de Bogotá, se encuentra este chicharrón carnudo tradicional ya es de culto: grueso y crujiente. La sorpresa está en sus versiones modernas, como el chicharrón con salsa trufada, que logra un juego de sabores sofisticado sin perder el alma criolla.
El restaurante tiene un aire relajado, sin lujos innecesarios, donde el protagonismo es del plato y la conversación. Las porciones son abundantes, ideales para compartir, y el precio justo invita a repetir sin mirar la cuenta. La Comilona demuestra que se puede innovar en la comida típica sin convertirla en un experimento extraño.
4. XL Gourmet, el fenómeno del chicharrón falso
Cuando XL Gourmet anunció su “chicharrón carnudo falso” durante el Burger Master 2025, las redes explotaron. ¿Cómo puede ser falso un chicharrón? La respuesta está en el proceso que logra textura y sabor sorprendentes, más ligeros, pero igual de adictivos.
La Cevicharrona, una hamburguesa con ceviche y este chicharrón alternativo, se convirtió en una locura viral que atrajo multitudes a sus locales en Modelia, Suba y Castilla. Aunque fue una edición limitada, la propuesta marcó tendencia y mostró que incluso los clásicos pueden reinventarse.
Por eso, conscientes de que los comensales siempre quieren probar algo diferente y contar la historia después, decidieron dejar ese chicharrón como entrada y a la fecha es la más vendida en todas sus sedes para recordar que con ingenio todo se puede.
5. La Casona del Fríjol, la nostalgia servida en plato hondo
En Cedritos se encuentra este restaurante que guarda la esencia del chicharrón de antaño. Aquí hay fríjoles, arroz blanco, arepitas recién hechas y un chicharrón carnudo dorado, con el punto exacto de crocancia.
En un mundo donde los restaurantes compiten por likes, La Casona del Fríjol gana por autenticidad y mantener viva una tradición que nunca pasará de moda.