“Al final voy a terminar haciendo algo de reguetón”, director de la Orquesta Filarmónica de Costa Rica

Una de las Orquestas Filarmónicas con más trayectoria del continente llega a Colombia con un concierto de música clásica y popular que busca conectar con las nuevas generaciones. En Diners conversamos con Marvin Araya, su fundador.
 
“Al final voy a terminar haciendo algo de reguetón”, director de la Orquesta Filarmónica de Costa Rica
Foto: Orquesta Filarmónica de Costa Rica
POR: 
Óscar Mena

Cuando la Orquesta Filarmónica de Costa Rica acompañó en escenario a Luciano Pavarotti, Armando Manzanero, Andrea Bocelli y Fonseca, empezaron a llamar la atención en todo el continente. Rápidamente Fito Páez, Natalia Lafourcade, Jarabe de Palo, Rey Ruíz, Ricky Martin y Elvis Crespo hicieron colaboraciones estelares para sorprender al público con conciertos de gran formato sin distinción de géneros musicales.

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Desde joven, Marvin Araya, un artista consagrado al clarinete desde los ocho años, había soñado con este gran logro. Además de ser fanático de la música clásica, inevitablemente fue seducido por el rock, el pop, el blues y la música que suena en la radio, y es así como logró ser un músico consagrado en la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica y a la par docente de cientos de músicos del país ‘tico’.

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Sin embargo, Araya no se limitó a las fronteras tradicionales. Desde su experiencia observó cómo los músicos clásicos despreciaban la música popular, por lo que decidió tomar cartas en el asunto y romper los prejuicios desde adentro. “Empecé a dignificar la música popular, demostrar que no era algo menor, sino un campo tan valioso como cualquier sinfonía de Beethoven”, afirma. Así, comenzó a tocar en bares y hoteles, explorando géneros como jazz, salsa y cumbia, experiencias que moldearon su enfoque inclusivo y experimental.

El nacimiento de la Orquesta Filarmónica de Costa Rica

En 2003, Araya decidió fundar la Orquesta Filarmónica de Costa Rica con una visión más amplia de la música para explorar diferentes estilos sin limitaciones. Lejos de competir con la Sinfónica Nacional, este director buscó retar a sus músicos para interpretar los himnos de Pink Floyd, Metallica y hasta Luis Miguel, en un formato que elevara su impacto artístico en el público adulto y contemporáneo.

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“La gente no solo escucha música; vive una experiencia,” explica Araya. En sus conciertos, el público disfruta de interpretaciones únicas, con arreglos exclusivos creados en Costa Rica, lo que ha llevado a la orquesta a conquistar el aplauso internacional, que se refleja en sus 11 álbumes de estudio -uno ganador de Grammy Latino- y conciertos anuales con más de 40 mil espectadores en todo el continente.

La conexión con el público lo es todo

“No toco para mí, sino para la gente. Me esfuerzo por descubrir qué quieren escuchar y cómo sorprenderlos”, dice Araya quien asegura que ese enfoque le permite contruir un repertorio tan diverso y pluricultural que el mismo público se sorprende que sea la misma Filarmónica. “Un día estamos tocando rancheras, al otro día glam rock y luego todos los éxitos de Taylor Swift”, explica el director, quien desde el año pasado ha incluido en su repertorio los clásicos de la banda británica Oasis, a propósito de la vuelta a los escenarios de los hermanos Gallagher.  

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Además de llenar teatros, Araya también se preocupa por formar audiencias. “Las orquestas enfrentan el desafío de renovar su público, y para eso hay que ofrecer algo fresco, que conecte con las nuevas generaciones.” Bajo esta premisa, la Filarmónica crea espectáculos con un equilibrio que llama la atención desde niños, jóvenes adolescentes, hasta adultos que empiezan a escuchar la música popular desde el virtuosismo musical de la Filarmónica de Costa Rica.

El encuentro con el público colombiano

Para nadie es un secreto que gran parte del público colombiano se decanta por los sonidos urbanos y del dembow, ante esto Araya confiesa que no es fanático del género, pero que justamente para acercar a los jóvenes está dispuesto a experimentar con este sonido. “Lo único que no hemos hecho es un reguetón porque a mí no me gusta, pero yo no sé, al final voy a terminar seguro haciendo reggaeton, porque se trata de innovar en este camino musical”, explica el director.

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De esta forma, Araya presenta a la Orquesta Filarmónica de Costa Rica en Colombia, donde tendrá una serie de conciertos para ver en vivo la versatilidad del director y su equipo de músicos. El miércoles 20 de noviembre, presentarán De Italia con Amor en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán de Bogotá, un homenaje a las grandes composiciones italianas. Luego, el viernes 22, llegarán a Pereira con Rock Filarmónico, espectáculo que también llegará  a Popayán y Cali los días 23 y 24, respectivamente.

“Llevar la Filarmónica a Colombia es un sueño hecho realidad. Queremos compartir nuestra visión y mostrar cómo la música puede derribar fronteras culturales,” comenta Araya. El público colombiano tendrá la oportunidad de presenciar arreglos inéditos, diseñados exclusivamente para esta gira, consolidando la reputación de la orquesta como pionera en su campo.

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El legado de un visionario

 A sus 62 años, Marvin Araya lidera con la misma pasión de sus inicios. Aunque se jubiló de la música clásica en 2022, dedica todo su tiempo a la Filarmónica, impulsando proyectos que desafían las normas. Entre ellos, destaca la grabación de discos con artistas internacionales y la exploración constante de nuevos géneros.

El impacto de Araya no solo se mide en los aplausos del público, sino también en el respeto de sus músicos. Su experiencia como intérprete y director le ha dado la autoridad para estar al frente de un equipo de músicos con empatía, ganándose la confianza de quienes trabajan a su lado. “Ellos saben que yo he estado en su lugar, y eso genera una conexión especial,” asegura.

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Con la visita de Araya en Colombia se confirma que el país es un epicentro musical y cultural en todo el continente, el director reconoce que tenemos una capacidad y talento único para fusionar géneros, así como seguir de cerca las tendencias del mundo. Por eso, Araya ve con buenos ojos que la Orquesta Filarmónica de Costa Rica se presente en el país, pues se trata de tender lazos culturales, para en un futuro cercano explorar nuevos proyectos y colaborar con más artistas colombianos. “Nuestro trabajo es hacer feliz a la gente a través de la música, porque este trabajo no tiene límites. Aquí estamos para atender las necesidades que tienen las personas. Y en eso, siempre seré un aprendiz”, concluye el director Marvin Araya, quien se considera un swiftie y rockero consagrado a mucho honor.

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noviembre
18 / 2024