Francesc Orella: “La filosofía incomoda al poder”

Diners conversó con Francesc Orella, el actor catalán que interpreta a un irreverente profesor de filosofía en la exitosa serie Merlí.
 
Francesc Orella: “La filosofía incomoda al poder”
Foto: Netflix
POR: 
Sandra Martínez

Un colegio público en Barcelona, un grupo de estudiantes y un profesor de filosofía que transforma sus vidas. En cada clase, un filósofo distinto, de Sócrates a Zygmunt Bauman, un problema para resolver y una lección, sin tono moralizante, para la existencia. A grandes rasgos, de esto se trata Merlí, una serie catalana estrenada en 2015, que saltó a la fama en Latinoamérica cuando Netflix compró los derechos para transmitirla.

Su protagonista, Merlí Bergeron, interpretado por Francesc Orella, es un profesor que enseña a sus alumnos, bautizados como ‘los peripatéticos’, a cuestionarse y reflexionar sobre su entorno con métodos poco ortodoxos. Merlí siempre dice lo que piensa, va contracorriente, y como todos, tiene sus contradicciones. A veces es manipulador y siempre es muy mujeriego.

Antes de comenzar la entrevista, llama la atención que el mensaje de whatsapp de Orella dice ‘Dejen de prohibir que ya no alcanzo a desobedecer’. Y la imagen que tiene en su perfil es una vaca al borde de un peñasco. Ambas parecen pertenecer más al personaje de ficción que a él. Interesante casualidad.

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Al otro lado de la línea, Orella, un actor con una trayectoria profesional de más de cuarenta años, habla con una voz firme e insiste en que tiene poco tiempo.

En un principio, una historia sobre un profesor de filosofía no suena tan atractiva para una serie de televisión. Pero ¿qué fue lo qué más le llamó la atención del guión de Héctor Lozano?
Sin duda, me llamo la atención el personaje y las situaciones que traía envueltas, básicamente, en dos mundos: el de los adolescentes y el de la enseñanza, concentradas en ese profesor de filosofía, que cuestiona absolutamente todo. Además, me gustó porque es una asignatura que incomoda al poder y por eso ahora se la quieren ‘cargar’ de los planes de estudios de los colegios.

Siempre ha dicho que Merlí es un personaje poliédrico porque tiene mucha empatía con los estudiantes, pero también es mentiroso y manipulador. ¿En eso radica su encanto?
Tiene virtudes y defectos, pero claramente también tiene una gran vocación de enseñar; se involucra mucho en la vida de los alumnos, y eso puede ser complicado y traerle algunos problemas. Creo que puede ser un poco torpe en el método, pero en el fondo sus objetivos siempre son buenos. Y bueno, el tío también tiene su encanto con las mujeres.

La serie trata temas habituales entre los adolescentes, pero también explora otros como la agorafobia o la inclusión desde un punto de vista más liberal y sin llegar a ser moralizante. ¿Cree que ese ha sido un factor para que se convierta en un éxito?
Trata muchos temas, como la homosexualidad, el bullying, la identidad sexual, las madres solteras y, exactamente como dices, sin un pincel moralizante; creo que muestra problemas reales, que reflejan a la sociedad actual, y no pretende sentar cátedra sino que muestra las situaciones y los personajes con todas sus contradicciones. Y eso le da valor.

Leía que tenía un grupo de whatsapp con los peripatéticos. ¿Suelen verse seguido?
Ahora no tanto, nos dispersamos un poco luego de vivir tres años intensamente, viéndonos todo el tiempo. Y esto pasa con esta profesión, se termina un proyecto y cada uno comienza con nuevas cosas. Claro, hay una amistad, pero los chicos se ven más seguido y yo de vez en cuando organizo cenas o salidas.

¿Cuál ha sido el Merlí en su vida?
A mi me ha interesado desde siempre la filosofía. A los 15 años la estudié por primera vez y para mi era una materia importante, me hacía sentir serio, adulto, el hecho de que tuviera que reflexionar sobre la vida, la muerte, y, en general, sobre las cosas. Me parecía que era mucho más interesante que las matemáticas o la geografía, la verdad. Mi profesor era un hombre muy agradable e inteligente, pero mucho más tranquilo que Merlí.

La serie ha tenido muchas repercusiones. Por ejemplo, en Cataluña aumentaron en un 30% las matrículas en la carrera de Filosofía y usted lo han llamado para apoyar a los profesores en países como Argentina. ¿Qué piensa al respecto?
Estamos muy satisfechos con la repercusión que ha tenido en Cataluña y ahora en Latinoamérica. Personalmente me han hecho decenas de propuestas de tipo filosófico y para dar charlas de educación. Pero Merlí es de ficción, es un personaje, no es real. Y esto simplemente son las consecuencias del poder que tiene la televisión.

¿Cómo reinvindicar el papel de la filosofía en la educación?
Luchando, con movilizaciones, haciendo presión con el Ministerio de Educación o en las entidades del gobierno para que no la retiren de los colegios. Es fundamental que los alumnos dejen ser pasivos y consumidores y se incite a la reflexión, que sean analíticos y críticos. Y, en general, las asignaturas que tienen que ver con humanidades, como las artes y la música, hay que potenciarlas. Hay 1.000 maneras para presionar.

Una de las críticas que se le hacía a la serie es que es muy machista y usted ha dicho que es masculinizante. ¿Qué quiere decir con esto?
No creo que sea una crítica muy fuerte. Y de hecho, no entiendo muy bien por qué lo dicen, es algo muy subjetivo. El guionista y yo hemos dicho que es masculinizante en el sentido de que hay más actores hombres que mujeres; que hay más peso de los hombres en las historias, pero en la tercera temporada esto cambia por completo- entra una profesora de historia, por ejemplo-. Y la verdad, te puedo decir que el propio Merlí es un feminista, y estaría de acuerdo con la gran mayoría de sus ideas. Lo que pasa es que es un inmaduro, que no lleva bien el tener pareja, pero no es un machista, en absoluto.

Recientemente se ha hablado de la posibilidad de hacer un spin off. ¿Qué tan cierto es?
No creo, son rumores o deseos, pero no tengo una noticia al respecto y no pienso que el guionista, por ahora, esté interesado en hacer un spin off, pero ya sabes, en la televisión nunca se sabe…

¿Ha estado en Colombia?
Estuve una sola vez en Bogotá en el Festival Iberoamericano de Teatro, que organizaba Fanny Mikey. Nos presentamos con dos obras de Shakespeare, dirigidas por Lluís Pasqual, pero no he vuelto más. Me encantaría ir de nuevo.

*Aviso de spoiler*

¿Estuvo de acuerdo con el final dramático que tuvo su personaje?
Tenía que acabar de una manera potente; claro, podía acabar bien, con Gina, dando clases en el instituto, pero eso hubiera sido un final anodino. El guionista y yo estuvimos de acuerdo con queríamos un cierre a la altura de la serie y de lo que ha significado. Y yo tampoco quería alargar el personaje, tres temporadas me parecieron más que suficientes, no quería eternizarlo ni estirarlo como un chicle. Y bueno, como me gusta provocar emociones en el espectador era un buen final, ya se había hablado de la muerte en varios capítulos, y mostrar la vida del grupo siete años después de la muerte de Merlí era algo importante también.

         

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junio
15 / 2018