La nueva ley de cine: el optimismo cinematográfico

Con la firma de la nueva Ley del Cine el Gobierno Nacional espera convertir a Colombia en escenario de las mejores superproducciones hollywoodenses.
 
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Revistadiners.com.co

Cuando el señor y la señora Smith (Angelina Jolie y Brad Pitt) se enamoraron en una Bogotá calurosa, polvorienta y perdida en medio de la nada, treinta millones de colombianos pusimos el grito en el cielo. ¿Cómo era posible que Bogotá, una capital con más de 7 millones de habitantes, fría y en medio de las montañas apareciera registrada en el cine de esa forma? No era la primera vez y ciertamente no sería la última, como recordó el presidente Juan Manuel Santos en el acto de firma de la Ley de Cine, que busca, además de convertir a Colombia en un territorio donde sea rentable filmar cine extranjero, mostrar la verdadera Colombia en Hollywood.

La iniciativa, que está inspirada en leyes similares que funcionan en Hungría y la República Checa, busca que Colombia sea competitiva en el mercado internacional. El estímulo para los productores extranjeros será un retorno del 40 por ciento de la inversión inicial. Para este fin, el Gobierno dispuso un fondo de 25 mil millones de pesos.

La medida ha sido recibida con entusiasmo y optimismo por el gremio del cine. En un comunicado, el actor John Leguízamo, embajador de Colombia para la cinematografía, manifestó: “Se me llena el corazón de emoción” por la iniciativa que “seguramente traerá grandes cosas al país”.

Y es que inclusive para los cineastas colombianos la ley es atractiva. El director Jorge Navas aseguró a Revistadiners.com.co que “la ley es buena por donde se la mire, el reto es tener el profesionalismo y la infraestructura necesaria para poder responder a los interesados, en eso y, en muchas cosas aún, estamos por mejorar”, y agregó que “siempre van a necesitar colombianos (en las producciones) y eso va a hacer mucho más dinámico el sector profesional en todas las áreas y seguramente vendrán artistas y técnicos extranjeros con mucha experiencia, de la cual nuestros artistas y técnicos van a aprender mucho.”

El reto, por supuesto, es lograr que la ley dé frutos y el cine mundial se convierta en una fuente de ingresos para el país sin perjudicar la producción nacional. Vale la pena, sin embargo, resaltar este reconocimiento importantísimo que se hace a la cultura como una industria rentable y con capacidad de aportarle ingresos a un país donde poca atención se le ha dado históricamente al tema.

         

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julio
12 / 2012