Televisión al dente: los chefs se tomaron la pantalla chica

Por estos programas estamos llegando al final de la era del arroz con huevo frito y entrando al reinado del “arroz con omelette a las finas hierbas, curry y queso roquefort”. Bon appetit!
 
POR: 
Gabriela Sáenz Laverde

Aunque hoy estén en un momento estelar, los programas de cocina no son una novedad. Desde 1963, Julia Child, con su estilo desenfadado, su collar de perlas y su frase de cabecera “bon appetit” se convirtió en el referente de la cultura popular de los chefs, llevando la cocina francesa a las salas de todas las casas estadounidenses. En Colombia, para traer el tema a casa, es imposible olvidar a Saúl García y su programa Saúl en la olla, con el que seguramente miles de amas de casa aprendieron a cocinar en los años ochenta.

Los herederos de esos dos carismáticos personajes parecen haberse tomado la pantalla chica. Hoy, prácticamente todos los canales tienen en su programación al menos uno o dos espacios en los que los chefs son los protagonistas, y la cocina se ha convertido, entonces, en un lugar donde la vida transcurre por placer más que por necesidad.

Dentro de la amplísima gama de televisión gastronómica existen tres líneas que, aunque disímiles, producen las mismas pasiones en los televidentes. La primera, herencia directa de Child, es la del estilo de vida. Aquí encontramos espacios como Nigella, en el que la gourmet Nigella Lawson cocina desde su mansión londinense y nos llena de envidia y deseos de vivir como ella, o Jamie at home, donde Jamie Oliver cocina en el jardín de su casa recetas facilísimas y muy sanas.

En esta tendencia están también los chefs latinoamericanos de los canales Utilísima y Elgourmet.com como Sumito Estévez, Narda Lepes y el italiano Donato de Santis, quienes se han convertido en celebridades de la región. Por otro lado están los realities, más cercanos a concursos como American Idol, que tienden a repetir un esquema: un grupo de chefs talentosos pero conflictivos enfrentan retos mientras compiten por el premio de manejar su propia cocina. En esta categoría está la franquicia Top Chef (Top chef masters, Top chef Australia, Top chef kids, etc.), y sobresale como estrella el escocés Gordon Ramsay, quien con su personalidad tóxica ha alcanzado la fama a punta de insultar a futuros restauranteros. Él también conduce Hell’s Kitchen y Kitchen Nightmares, en los que con su estilo característico intenta “levantar” restaurantes que están al borde de la quiebra.

Y por último están los programas de viajes gastronómicos, quizás los favoritos del público, pues es en esta categoría donde se ubica Anthony Bourdain, el superhéroe de los celebrity chefs. Bourdain, un chef neoyorquino con toda la actitud que da haber nacido y crecido en Manhattan, viaja por el mundo recorriendo restaurantes callejeros y de manteles mientras conversa con los locales y se sumerge en la cultura. Junto a él, aunque nunca tan populares, están Andrew Zimmern, que recorre el mundo probando comidas exóticas como criadillas de toro, gusanos o tiburón, y Adam Richman, presentador de Man vs. Food, quien después de recorrer los lugares que visita se enfrenta a los platos más desproporcionadamente grandes que encuentra en cada uno de ellos.

Gracias a ese gran multiplicador que es la televisión, han aumentado las matrículas en las academias de cocina; las ollas y los limpiones se han convertido en objetos de diseño que alcanzan a costar miles de dólares, y se ha popularizado el deseo de experimentar en la cocina con ingredientes, especias y preparaciones. Y por estos programas estamos llegando al final de la era del arroz con huevo frito y entrando al reinado del “arroz con omelette a las finas hierbas, curry y queso roquefort”. Bon appetit!

         

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marzo
22 / 2013