¿Qué canciones suenan en Delirio, la nueva serie de Netflix?

Pablo Montero Cabrera
El pasado viernes se estrenó Delirio, la nueva serie de Netflix basada en la novela homónima de Laura Restrepo. La historia comienza cuando Fernando Aguilar regresa de un viaje y encuentra a su esposa, Agustina, consumida por la angustia y la locura. A lo largo de los ocho episodios, él —junto con el espectador— intentará descubrir qué la llevó al límite, entrelazando fragmentos de su pasado con Midas y los traumas de la familia Londoño.
En la playlist de Delirio encontramos desde composiciones originales, como Alas rotas, hasta clásicos interpretados por maestros como Tito Puente, como Oye cómo va. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber sobre cada tema y su significado en la historia.
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Entra la protagonista en escena
(Alerta de spoilers)
Elia y Elizabeth Fleta Mallol abren la serie con Soy una nube, una canción lanzada en 1972 dentro del álbum La Onda. Este tema de soft pop influenciado por el funk tropical presenta a la cantautora identificándose con una nube que desea volar lejos y llorar, aunque “más todavía no era tiempo”. Reír y soñar entre la tristeza y la felicidad.
La canción comienza justo cuando termina el flashback del pasado de Agustina y su versión adulta aparece en las manifestaciones de la universidad. Pocos minutos después, cruzará miradas con Fernando, su futuro esposo.
En esta escena aislada, la canción pasa desapercibida, pero adquiere mucha más relevancia en comparación con la otra ocasión en que suena. En el episodio cinco, Sofía, la tía de Agustina, la pone en la casa de los Londoño. Ella cuida del hogar mientras la familia está de viaje, hasta que es interrumpida por Carlos, el padre de Agustina. Hasta ese momento, su relación había sido distante pero respetuosa; sin embargo, ese día conectan de manera romántica.
No es casualidad que la canción suene justo antes de que dos personajes se enamoren, ni que aparezca en los momentos en que Agustina parece feliz: esos instantes en los que, aunque sumida en la tristeza, puede reír y soñar. Como una nube.
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Caliente, Caliente: la canción y la escena
La familia Londoño está reunida en la sala cuando, en la televisión, aparece Raffaella Carrà cantando Caliente, Caliente, un sencillo pop lanzado en 1981 en colaboración con el compositor Juan Carlos Calderón.
“El Bichi”, el hermano gay de Agustina, movido por la melodía, comienza a bailar en medio de la sala, contagiando de alegría a su hermana, su madre y su tía. Sin embargo, a su padre no le gustan sus movimientos “afeminados”, por lo que se levanta y le da una bofetada.
La escena se corta ahí, en el segundo episodio, pero continúa cuatro capítulos después. Enojado con su padre, “El Bichi” revela unas fotos comprometedoras que su padre había tomado a otras mujeres. Ante la situación, Eugenia, la matriarca de la casa, prefiere hacer la vista gorda y culpa al hijo mayor.
Caliente, Caliente comienza con Carrà cantando: “Hace tiempo que mi cuerpo anda loco, anda suelto y no lo puedo frenar”. Una línea muy apropiada tanto para la orientación sexual de “El Bichi”, reprimida por su familia, como para las aventuras extramatrimoniales de Carlos.
Un amor sabor a coco
Vicente Luis García Guillén inició su carrera musical como vocalista y compositor del grupo dominicano Calor Urbano, para luego debutar como solista con el álbum Melodrama en 2011. Sin embargo, su reconocimiento internacional llegó en 2016 con A la mar, álbum que incluye la canción Dulcito e’ coco.
Esta fusión caribeña, con influencias del son cubano y ritmos afroantillanos, acompaña el primer momento de intimidad entre Agustina y Fernando, y sigue sonando mientras los vemos como una pareja feliz, compartiendo desayunos, hobbies y besos. Sin embargo, esta imagen se desvanece rápidamente cuando la serie revela cómo la relación se ha deteriorado a lo largo de tres años.
La letra de la canción, aunque envuelta en una melodía alegre, expresa un profundo deseo de regreso: “Es que yo extraño el saborcito a coco que sé que hay en tu mirar”. Este verso anticipa la reconciliación entre Agustina y Fernando al final de la temporada. No una reconciliación física, sino de un amor perdido que recupera su sabor.
Delirio en una canción

La letra y la voz de Juan Pablo Vega cierran cada episodio con Alas rotas, una melodía melancólica pero llena de esperanza que parece relatar paso a paso la historia de Delirio.
La canción comienza con el cantautor encontrando a su amada mirando al sol, deseando aprender a ver el mundo como ella lo hace: “Si quieres coquetear con el desastre, aquí estaré”. Aunque la amante se pierda en ese desastre, él solo suplica que regrese a él.
A medida que avanza la letra, el cantautor comprende que su amada nunca podrá ser completamente suya: “Pero vuelve a ti. Pero vuelve a ti”. No es un reclamo egoísta, sino un profundo deseo de que vuelva a sí misma. Es una oda a una amante que vuela con alas rotas, de un cantautor que acepta que “no puedo repararlas” y que solo puede seguirla y reservarle un espacio feliz si ella decide regresar.
Aunque Delirio gira en torno a Agustina y sus problemas mentales, Alas rotas parece contar, más bien, la perspectiva de Fernando y sus esfuerzos por comprenderla.
Otras canciones para destacar
El legendario Ernesto Antonio “Tito” Puente aporta a Delirio la icónica canción Oye cómo va, un chachachá de los años 60 que acompaña la escena en la que Agustina y Fernando se casan. La estrofa repetida “bueno pa’ gozar” resalta el disfrute y la celebración, aunque en realidad, una relación debe funcionar para algo más que solo el placer de la vida.
Esta irónica imagen-música se puede encontrar también en el momento más íntimo entre Midas y Agustina, cuando él la lleva a su hogar. Sin poderte hablar, de Willie Colón, es una salsa romántica acerca del dolor de un amor que no puede comunicarse.
Aunque en la escena parece fuera de lugar, ya que Midas en realidad se está sincerando con Agustina, la canción funciona como una premonición de una relación que se irá rompiendo poco a poco por la falta de comunicación: “Un corazón agonizaba, y yo sin poderte hablar”.