¿Por qué Pedro Pascal es el daddy favorito de internet?

Pedro Pascal no solo es el actor del momento, también es un fenómeno cultural que trasciende la pantalla. En Diners le contamos el secreto detrás de su carisma y por qué hoy todos quieren un poco de él.
 
¿Por qué Pedro Pascal es el daddy favorito de internet?
Foto: Fred Duval / Shutterstock
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Revista Diners

En tiempos donde las superestrellas suelen mantenerse relevantes lo que dure un reel en redes sociales, Pedro Pascal ha logrado algo bastante complicado, y es convertirse en un fenómeno transversal, duradero y entrañable. Este actor chileno que creció en Estados Unidos se ha convertido en un rostro que a sus 50 años despierta admiración, deseo, y afecto en igual medida. Y lo más interesante es que no lo ha hecho a través del escándalo, sino desde la vulnerabilidad de su persona.

Desde que brilló en Game of Thrones con su papel de Oberyn, hasta sus papeles recientes en The Last of Us y The Mandalorian, Pascal ha capturado el cariño de generaciones enteras, de fanáticos del cine a usuarios de TikTok, de académicas a adolescentes, y que se mantienen vigente con proyectos esperadísimos como lo son Los cuatro fantásticos (Donde será Reed Richards) y Amores Materialistas (Harry Castillo). ¿Qué explica este magnetismo? Más allá del talento y el carisma, hay razones culturales, sociales y emocionales que permiten entender por qué es, sin exagerar, el actor del momento. Es por eso que si usted también se preguntaba de dónde salió el fenómeno Pascal, en Diners le contamos. 

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El nuevo ideal de masculinidad

Pedro pascal
Foto Joe Seer / Shutterstock.

Pedro Pascal no encarna al galán clásico, y eso es precisamente parte de su encanto. A diferencia del modelo masculino que estelarizó por décadas el cine de Hollywood, su atractivo está en una masculinidad más cercana, más humana, donde la vulnerabilidad no es una debilidad sino una virtud. 

Basta verlo al borde del llanto en entrevistas donde habla de la muerte de su personaje en The Last of Us, o reírse a carcajadas mientras cuenta una anécdota trivial para entender por qué conecta tan bien con el público. En su momento el medio Vanity Fair lo describió como “alguien que se enfrenta a las partes tristes, crudas y confusas de estar vivo”, y quizás ahí esté su mayor atractivo, pues no necesita actuar como una estrella de la industria para hacerse un lugar. Más bien se muestra natural, sincero, y eso lo hace alguien creíble.

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Además, su estilo personal tan característico es todo menos convencional. Ha ido a Cannes con una camisa sin mangas para mostrar bíceps, ha lucido trajes de flores, pantalones de cuero y chaquetas oversize con absoluto relajo. Incluso en una alfombra roja apareció en pantalones cortos y botas largas, desafiando con gracia cualquier código de vestuario y de etiqueta clásica. Todo esto sin que parezca un performance, lo que lo diferencia de otras figuras como Harry Stiles, quienes intentaron lo mismo y no terminaron de convencer. Pascal se muestra tal cual es, y esa autenticidad ha hecho que su imagen cruce géneros, edades y algoritmos.

Un actor con postura política clara

Fuera de la pantalla, Pedro Pascal ha demostrado que no está dispuesto a ser neutral cuando se trata de derechos humanos. Ha alzado la voz a favor de los migrantes, ha criticado políticas discriminatorias en los Estados Unidos y otras naciones, y se ha mostrado públicamente como aliado de la comunidad LGBTIQ+. Esto último desde una dimensión incluso personal, como cuando defendió con firmeza a su hermana Lux tras su transición de género. 

Esta es una postura que no aborda exclusivamente durante entrevistas. Sus redes sociales están llenas de mensajes en defensa de quienes suelen ser silenciados precisamente por su condición de minorías, y uno de los ejemplos más fuertes de ello es la pelea cazada que sostiene con la escritora J.K. Rowling, a quien ha calificado de tener actitud de “perdedora” por celebrar diversas campañas en contra de la comunidad trans en su país.

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Ese compromiso le ha sumado respeto y hoy le sigue dado peso a su figura pública. Si bien no es su responsabilidad, toma posición, se expone, y responde a la coyuntura. En un momento donde muchas figuras del entretenimiento prefieren no arriesgarse, él ha elegido estar del lado incómodo de la discusión si eso significa ser coherente con sus valores. Esa actitud, lejos de restarle popularidad, lo ha hecho aún más querido. Porque en tiempos de cinismo, ver a alguien con principios, y especialmente con corazón, marca la diferencia para muchos.

El protector que todos quisiéramos tener cerca

pedro pascal
Foto Joe Seer / Shutterstock.

Uno de los arquetipos más potentes que ha encarnado Pascal es el del protector silencioso, el hombre herido que encuentra sentido cuidando de otros y que da la vida por ellos. En The Mandalorian, su personaje arriesga todo por una criatura vulnerable como lo es Grogu. Mientras que en The Last of Us, se convierte en el improbable salvador de una adolescente en medio del apocalipsis zombie. 

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En ambos casos, no hay vínculo de sangre ni obligación más allá de lo estrictamente moral. En estos casos, lo que se muestra es un compromiso emocional profundo. Y esa forma de amor, desinteresada y radical, ha calado fuerte en la audiencia, especialmente en el público femenino.

El concepto de “daddy” que las redes han abrazado con humor tiene un trasfondo emocional más serio: Pascal proyecta una figura de cuidado que muchas personas nunca tuvieron o que desearían tener. Es fuerte pero no autoritario, protector pero no controlador. Representa una nueva forma de paternidad simbólica, una que acompaña sin imponer. Por eso no solo es deseado; también es querido. Porque, al final, su rostro cansado y su mirada honesta nos dicen algo simple pero poderoso, y es que pase lo que pase, él va a estar ahí.

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Un ícono viral, por accidente 

Para colmo de todo este asunto, Pascal también es, casi sin querer, uno de los mejores generadores de contenido de internet. Su rostro cansado tomando un café -el famoso pedido con seis shots de espresso-, sus gestos exagerados en entrevistas, su risa contagiosa y su complicidad con los fotógrafos en las alfombras rojas han alimentado miles de memes, stickers y edits virales. 

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Lo curioso del caso es que no parece tratarse de una estrategia de marketing. No, pareciera que es simplemente él siendo él, cómodo en su rareza. Del mismo modo, no se molesta con esos momentos graciosos que se popularizan, y como ejemplo está aquella escena de El peso del talento, donde aparece junto a Nicolas Cage riendo en un auto; una imagen que ya es parte de la cultura meme global, y que él mismo repostea cada tanto.

A eso se suma su facilidad para adaptarse a cualquier tendencia. Fue de los primeros en romper la solemnidad de las alfombras rojas, posando con humor y haciendo caras frente a los lentes, lo que acostumbró a los fotógrafos a que  cada aparición suya se convierte en una potencial mina de contenido para redes. Por otro lado, y he ahí el encanto, no parece estar haciendo ningún esfuerzo por lograrlo. De nuevo, es simplemente Pascal siendo él mismo. 

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julio
16 / 2025