Los secretos y curiosidades que revela la serie biográfica de Roberto Gómez Bolaños, creador de El Chavo del Ocho

Pablo Montero Cabrera
Los primeros episodios de Chespirito: Sin Querer Queriendo, inspirada en la autobiografía del mismo nombre, ya están disponibles en HBO Max. La serie, compuesta por ocho capítulos, narra los inicios de Roberto Gómez Bolaños en la industria del entretenimiento, sus primeros éxitos —como Los Supergenios de la Mesa Cuadrada— y el camino que lo llevó a crear a sus dos personajes más icónicos: El Chapulín Colorado y El Chavo del 8.
Aunque la temporada aún no ha concluido, su progresión —y la narración en paralelo sobre la grabación de El Chavo del 8 en Acapulco— ha llevado a muchos espectadores a creer que la serie terminará justo antes de que las tensiones entre los actores, y dentro de la familia de Bolaños, lleguen a su punto de quiebre.
Más allá de las polémicas, Chespirito: Sin Querer Queriendo ya ha revelado una variedad de secretos y datos curiosos que quizá no conocía. En Diners, le compartimos los más interesantes.
De la mente de Roberto Goméz Bolaños (Alerta de Spoilers)
El segundo episodio comienza en 1959, cuando Roberto Gómez Bolaños ya se desempeñaba como guionista de cine y televisión. En ese momento, se encontraba en las grabaciones de Dos locos en escena, una comedia protagonizada por Viruta y Capulina, con quienes ya había trabajado previamente.
Sin embargo, esta no fue la primera película que escribió para el dúo: unos meses antes había hecho Dos criados malcriados. Lo realmente interesante de esta secuencia es que revela el origen del famoso apodo “Chespirito”.
A mitad del rodaje, el director Agustín P. Delgado le comentó a Bolaños que su escritura era comparable a la de Shakespeare, pero debido a su baja estatura, lo rebautizó como “Shakespearito”. Con el tiempo, y gracias a la pronunciación mexicana, el apodo evolucionó hasta convertirse en “Chespirito”. Un apodo muy acertado, considerando que a Bolaños le gustaba nombrar a sus personajes con el sonido “ch”: Dr. Chapatín, El Chómpiras, El Chavo… y la lista continúa.
Más adelante, a Bolaños se le asignó un espacio televisivo de diez minutos, y fue entonces cuando creó Los Supergenios de la Mesa Cuadrada. Mientras buscaba actores para completar el elenco, recurrió a Ramón Valdés, quien más tarde se haría famoso por interpretar a Don Ramón.
En la serie —y en entrevistas como la que ofreció en 2009 a David Estrada para Conversaciones—, Bolaños declaró que Valdés era uno de sus actores favoritos, y que nadie lo hacía reír tanto como él, ni siquiera Cantinflas. La serie también revela que fue el propio Bolaños quien decidió cancelar Los Supergenios de la Mesa Cuadrada. La razón: no le gustaba que el programa se convirtiera en una plataforma para atacar a otros canales de televisión y actores.
No contaban con su astucia

En el episodio dedicado al Chapulín Colorado, se revela tanto el origen del nombre como la elección del color del personaje. Para el programa, Bolaños quiso aprovechar los efectos visuales y la pantalla verde al máximo, convirtiéndose en uno de los pioneros en el uso de estas herramientas en México, a pesar de que ya existían desde años atrás.
Este deseo descartó la posibilidad de que el supertraje fuera azul o verde, dejando al rojo como única opción viable. Fue precisamente este color el que llevó a cambiar el nombre original del personaje —El Chapulín Justiciero— por el definitivo: El Chapulín Colorado.
Como curiosidad extra, también se revela que Bolaños fue el autor y compositor parcial de la mayoría de las canciones de El Chavo del 8, incluida la icónica “¡Qué bonita vecindad!”.
Caras conocidas

La serie también incluye una colección de rostros familiares fáciles de pasar por alto, entre ellos, dos de los actores originales de El Chavo del 8.
Tanto María Antonieta de las Nieves (la Chilindrina) como Édgar Vivar (el Señor Barriga) hicieron breves cameos en Sin Querer Queriendo. De las Nieves apareció como la secretaria de Emilio Azcárraga Milmo, presidente del canal televisivo rival, mientras que Vivar interpretó al director Agustín P. Delgado, el mismo que le da a Bolaños su apodo.
Bolaños y Édgar Vivar tienen más en común de lo que muchos imaginan. Ambos estudiaron carreras ajenas a la actuación y lo hicieron en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Mientras que Bolaños cursó ingeniería —aunque no llegó a terminarla—, Vivar sí concluyó sus estudios y se licenció como médico clínico.
Un rostro menos conocido es el de Roberto Gómez Fernández, hijo mayor de Bolaños, quien aparece interpretando a su propio abuelo: Francisco Gómez Linares. Este fue un artista con todas las letras, trabajando en periódicos como Continental y El Universal. Falleció cuando Bolaños tenía apenas seis años.
Una venganza simbólica
Otro rostro fácil de pasar por alto es el de Macarena García, quien interpreta a la versión joven de Graciela Fernández, la primera esposa de Bolaños y madre de sus seis hijos. La conexión de Macarena con Chespirito va más allá de esta serie biográfica. Es nieta de Anabel Gutiérrez, recordada por su papel de Doña Espotaverderona en Chespirito y madre de la Chimoltrufia, personaje interpretado por Florinda Meza.
Es un secreto a voces que Gutiérrez y Meza tuvieron sus roces fuera de pantalla. Como cuenta la propia Gutiérrez en una entrevista con 24xSegundo, Meza llegó a decirle que era una buena actriz de cine, pero no de televisión. Por eso, algunos han interpretado la elección de Macarena para el papel como una posible “venganza simbólica” frente a la actitud que Meza tuvo hacia su abuela.
Un secreto a voces

Uno de los temas más comentados de la serie es la representación de Florinda Meza, interpretada por Bárbara López. Aunque en ciertos momentos se destaca su empatía hacia el grupo —como cuando reemplaza a Angelines Fernández en la escena donde La Bruja del 71 debía lanzarse a la piscina—, la mayoría de las secuencias la retratan como el principal punto de tensión dentro del elenco.
Uno de los conflictos más irónicos que involucran a Florinda Meza tiene que ver con Édgar Vivar y su salud. En varios episodios, Meza parece cuestionar —e incluso criticar— sus hábitos alimenticios. Curiosamente, a pesar de sus excesos, Vivar es uno de los pocos miembros del elenco original que aún sigue con vida.
La serie le recuerda a la audiencia que, además de su relación extramarital con Bolaños, Florinda Meza mantuvo vínculos sentimentales con Carlos Villagrán (Quico) y Enrique Segoviano, director de algunos de los programas más emblemáticos de Bolaños: Chespirito, El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado.
Esta última relación parece haber llegado a su punto álgido durante la grabación de los episodios de El Chavo del 8 en Acapulco. Aunque estos tres capítulos representan el mayor auge del programa, también marcaron un antes y un después. Fue la última vez que la vecindad estuvo completa, antes de la salida no solo de Villagrán, sino también de Segoviano.
Otras tensiones

La serie aborda la salida de Carlos Villagrán desde la última escena del primer episodio, donde se le muestra conversando con un venezolano. Cabe recordar que, tras su salida de El Chavo del 8, Villagrán protagonizó un programa en Radio Caracas Televisión interpretando a un personaje muy similar a Quico.
Aunque su representación en Sin Querer Queriendo puede parecer algo exagerada, contrasta fuertemente con la de Ramón Valdés y María Antonieta de las Nieves, quienes también abandonaron el programa con sus personajes.
De hecho, De las Nieves es la única del elenco que posee los derechos sobre su personaje, la Chilindrina. Esto se debe a que el hermano de Roberto Gómez Bolaños olvidó renovar los derechos, y ella, al darse cuenta, lo reclamó legalmente.
Aun así, en los programas que realizó posteriormente con el personaje, De las Nieves siempre reconoció que la Chilindrina fue una creación de la mente de Gómez Bolaños, algo que Villagrán nunca hizo.