¿Qué tan reales son los dinosaurios de Jurassic World? Le preguntamos a un experto

DANIEL ALEJANDRO PÁEZ
“Los dinosaurios no están extintos: viven en nuestra imaginación”. Con esta idea como punto de partida, el periodista argentino Federico Kukso ha construido una obra que cruza ciencia, historia y cultura popular. Autor de Dinosaurios del fin del mundo, Kukso lleva años investigando el legado fósil de estas criaturas que dominaron la Tierra durante millones de años, con especial atención a los hallazgos en Sudamérica, una región que en sus palabras, es clave para entender el pasado profundo del planeta tierra.
Aunque también ha escrito sobre temas tan diversos como la historia del olor o las frutas, su fascinación por los dinosaurios viene de la infancia, alimentada por libros, documentales y, por supuesto, películas. Ahora, con el estreno de la nueva entrega de Jurassic World: Renacer en las salas de cine, y el lanzamiento de la saga completa de películas ya disponible en la plataforma Universal+, esa pasión vuelve a cobrar fuerza.
En Diners hablamos con él sobre la fiebre paleontológica que vive América Latina, el impacto cultural de la saga creada por Spielberg y la necesidad de mantener viva la curiosidad en tiempos de sobreestimulación digital. Esto fue lo que nos contó.
Dinosaurios del fin del mundo es un libro que nos habla mucho de esos descubrimientos que hay en nuestra región, ¿Qué encontramos allí?

Federico: Fíjate que Sudamérica es una joya. Se han descubierto cada vez más especies de dinosaurios en casi todos los países. Se está viviendo un gran boom de la paleontología, y creo que en gran parte eso se debe al efecto Jurassic World. Se dice que estamos viviendo una edad de oro de la paleontología, y en gran medida es gracias a estas películas que despertaron el interés por estos antiguos animales e incentivaron el financiamiento en investigación. Muchos científicos actuales son parte de la generación Jurassic World.
Jurassic Park y Jurassic World son producciones con un legado cultural inmenso…
Federico: Totalmente. El gran fuerte de estas sagas es que funcionan como gimnasios para la imaginación. Te permiten visualizar cómo eran estos animales que vivieron y desaparecieron hace tantísimo tiempo. Esa es la magia del cine: la capacidad de emocionarte, asombrarte, despertar tu curiosidad. Incluso los científicos, que también son parte del público, sienten esa emoción. Es algo muy poderoso.
¿Por qué sigue siendo importante hablar de dinosaurios hoy?

Federico: Porque los dinosaurios nos enseñan mucho sobre nosotros. Pensá que los humanos llevamos apenas 300.000 años en la Tierra como especie, mientras que los dinosaurios dominaron el planeta durante 160 millones de años. Fueron especies que se adaptaron a todos los climas, a todas las regiones. Y, aun así, desaparecieron. Esa es una historia que podría resonarnos hoy, en medio de la crisis climática. Nos creemos los reyes de la Tierra, pero nuestros días también podrían estar contados.
Además, conocer la riqueza del pasado nos invita a preguntarnos de dónde venimos, quiénes somos… esas preguntas filosóficas que siguen vigentes. Y también hay algo más profundo, casi ancestral, en ese deseo de descubrir, de asombrarnos, de querer investigar. Es parte del ADN humano. No solo queremos saber qué hay más allá, en el espacio, sino también debajo de nuestros pies. ¿Qué es este fósil que encontré? Esa pregunta lo cambia todo.
Hay muchas preguntas por el camino, ¿Qué respuestas ha encontrado usted?
Federico: Lo que más me gusta de los dinosaurios es que nos obligan a ampliar el panorama. Nos ayudan a ver el tiempo de forma distinta. La Tierra tiene 4.600 millones de años y, sin embargo, muchas veces nos angustiamos por cosas mínimas. En paleontología, un año no es nada; se habla de millones. Eso te obliga a poner las cosas en perspectiva. A pensar que ciertos males que hoy parecen inmensos, van a desaparecer eventualmente.
Esa idea del “pasado profundo” que seguimos estudiando, de millones de años, te hace entender que quizás solo somos un episodio brevísimo en la historia del planeta.

A propósito de ese estudio constante ¿Qué opina de la forma en que el cine representa a los dinosaurios?
Federico: Es un tema súper interesante, porque en estas películas hay muchas licencias artísticas. Lo curioso es que suelen condensar el conocimiento disponible en la época en que se hacen. Casi todas tienen un asesor científico detrás.
Lo cierto es que nuestra imagen de los dinosaurios está en constante cambio. Si ves cómo se los representaba en 1905, es muy distinto a cómo se los veía en 1990, y a cómo se los ve hoy. Con cada nuevo descubrimiento -un fósil, un tejido, un pigmento- se amplía lo que sabemos y se transforma esa imagen.
Por eso creo que no deberíamos pensar que los dinosaurios “eran así” de forma definitiva. La imagen que tenemos de ellos está en permanente construcción. Incluso, muchos científicos creen que jamás llegaremos a conocer a todos los dinosaurios que existieron. Así que más que una imagen cerrada, lo que hay es un proceso abierto, y eso también es parte del encanto. De alguna forma se vuelven registros de lo que hemos ido aprendiendo y cómo eso se ha ido transformando.
¿Qué siente usted hoy cuando ve una película de dinosaurios?
Federico: Para mí, estas películas no son solo sobre dinosaurios. Son películas que te entrenan los músculos del asombro y la curiosidad. Y eso lo podés aplicar a cualquier aspecto de la vida. Vivimos en una época híper estimulada, llena de redes sociales, TikTok, cosas que no te dejan parar ni un segundo. Y a veces se nos olvida que uno también puede -y debe- asombrarse con cosas pequeñas, no solo con un dinosaurio.
El asombro y la curiosidad no son habilidades innatas, hay que entrenarlas, incentivarlas. Estas películas son como ir a un museo, ver una obra de arte. Te mueven por dentro, emocionalmente, y te invitan a hacerte preguntas. Preguntas como: ¿cómo era la Tierra hace 65 millones de años? ¿Cómo será dentro de otros 65 millones? Estudiar dinosaurios es una gran forma de mantener activa esa capacidad de asombro.