Esta es la escultura que está dando de qué hablar en el aeropuerto El Dorado de Bogotá

Revista Diners
En pleno corazón del aeropuerto El Dorado, donde los minutos se estiran en la fila en Migración, ha aparecido una figura que no pasa desapercibida. Se trata de un pájaro monumental, vestido con gafas Ray-Ban Aviator y botas Dr. Martens decoradas con los colores de la bandera nacional: amarillo en la mirada altiva, azul en el plumaje metálico, rojo en los pasos firmes. La criatura, que parece un vigilante intergaláctico más preocupado por su estilo que por los pasaportes, se planta con actitud de guardia de seguridad a punto de saltar sobre cualquiera que no le inspire confianza.
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La escultura mide poco más de dos metros de altura y tiene una base de ochenta centímetros por lado. Fue instalada en la zona de Migración Internacional, allí donde se levanta una frontera invisible. La obra, con su cuerpo robusto y sus formas rotundas, evoca la volumetría del arte precolombino y recoge la esencia visual de la cultura de San Agustín, como si los dioses tallados en piedra hubieran decidido ponerse al día con la moda y reaparecer, esta vez, en una sala de espera con aire acondicionado.
Detrás de esta criatura está Johnny López, el artista que bautizó su creación como El Imperio Neocolombino Contrataca, un título que suena a saga épica y no está lejos de serlo. La escultura invita a pensar en lo que fuimos, en lo que somos y en cómo esas dos nociones conviven cada vez que se cruza una frontera.
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Y no es cualquier cosa exhibir en el aeropuerto El Dorado, por donde pasan más de 110.000 viajeros al día, según datos oficiales de la Aeronáutica Civil. Este punto neurálgico del país se ha convertido en un espejo del presente y un espacio para contar historias sin palabras.
“La obra busca revitalizar la importancia de nuestras raíces culturales, que muchas veces son minimizadas o relegadas. En un espacio como este, que conecta a viajeros de todo el mundo, el arte se convierte en un puente que invita a reflexionar sobre quiénes somos y de dónde venimos”, explica López.
¿Por qué hay un pájaro en el aeropuerto El Dorado?

La aparición de esta obra coincide con la Semana de la Cultura y el Arte en Colombia y hace parte de una estrategia de Migración Colombia para incorporar expresiones culturales en espacios de alto tránsito, donde el arte aparece como un alto obligatorio para la mirada. Es parte de una política de presencia cultural en lugares donde la identidad tiende a diluirse entre maletas y sellos migratorios.
El Imperio Neocolombino Contrataca es una respuesta visual y simbólica. “Lo que hice fue transformar en arte los símbolos de nuestras culturas precolombinas. La escultura se convirtió en un ícono de unión entre lo ancestral y el mundo contemporáneo, en un recordatorio de que nuestro pasado tiene un papel fundamental en nuestro presente”, añade López.
Ubicada estratégicamente en el lobby de salidas internacionales, la obra busca consolidarse como un símbolo nacional en el mapa internacional. Es propiedad del Estado colombiano y entra a formar parte del patrimonio visible del país, en uno de los principales nodos de entrada y salida. Allí, donde los pasos se multiplican, la escultura dice que nuestras raíces son una fuerza en movimiento, lista para dialogar con el mundo.
¿Qué legado deja el Imperio Neocolombino Contrataca?
Esta escultura está hecha para incomodar al distraído, para tocar el ego del apurado. Está diseñada para que el viajero se pregunte qué deja atrás al salir de Colombia, qué se lleva consigo, qué representa en el extranjero. ¿Qué legado dejamos en el mundo? ¿Cuál es el valor real de nuestras tradiciones en medio de la globalización y el consumo? La escultura no da respuestas, pero hace las preguntas correctas.
El trabajo de Johnny López no es nuevo en estos experimentos. Su obra también ha sido expuesta en la Biblioteca Virgilio Barco, donde se realizó una muestra curada por Felipe Garavito Muñoz, experto en gestión cultural y curaduría de piezas con fuerte carga simbólica. Garavito, reconocido por su sensibilidad y rigor, ha sido clave en la puesta en valor del universo visual de López, cuyas piezas suelen ubicarse en ese borde donde la historia, la crítica social y el humor se tocan.
¿Quién es Johnny López?

Johnny López vive en Bogotá, pero su formación tiene acento italiano y sabor francés. Estudió artes en Florencia y trabajó como copista en el Museo del Louvre en París, donde afinó su mirada. Su obra mezcla culturas ancestrales de Colombia con formas y discursos contemporáneos. Influenciado por Murakami, Hirst y Koons, ha creado un lenguaje propio que llama Johnnyglifics: un sistema visual que mezcla símbolos, jeroglíficos y códigos ocultos con los que cuenta historias sobre el poder, la identidad y la pertenencia.
En 2024, López recibió varios reconocimientos por su aporte al arte colombiano. Su obra ha cruzado fronteras y su discurso ha sido incluido en iniciativas que buscan acercar el arte a públicos diversos. Pero quizá nada tan poderoso como esta escultura en El Dorado, un gesto monumental que le recuerda al mundo, en pleno tránsito, que Colombia no solo exporta café, flores y futbolistas, también exporta preguntas sobre el alma.