87 formas de volver a mirar a Botero en China

Revista Diners
Fernando Botero sigue vivo en sus obras. Esta vez, vemos el legado del colombiano en el sur de China, exactamente en la ciudad de Guangzhou. Allí entre dragones de papel, faroles y jóvenes que miran el arte a través de pantallas telefónicas está el antioqueño con, tal vez, una de las exposiciones más completas de un artista latinoamericano en Asia.
Vea también: Fernando Botero: “Nada me produce más placer que pintar”
Se trata de Botero in Guangzhou: Fernando Botero Art Exhibition, una muestra que celebra los 45 años de relaciones diplomáticas entre Colombia y China con 87 piezas que, como en sus mejores cuadros, combinan peso, volumen y memoria.
El Guangdong Museum of Art acoge la exposición curada y diseñada por la misma Fundación Fernando Botero. Más allá de celebrar las relaciones entre estos dos países, la obra del antioqueño propone una conversación para descubrir el humano que estaba detrás del artista. Es así como los chinos podrán ver lienzos, esculturas y retratos jamás puestos en conjunto que develan la relación del artista, sus miedos y su crecimiento mundial.
Un Botero de lujo
Varias de estas piezas son inéditas, y muchas otras, aunque conocidas por catálogos o menciones, no habían sido exhibidas nunca en territorio chino. Entre las obras más llamativas aparece Family with Pets, un óleo monumental de 2 metros por 1.74, donde la nostalgia por la Medellín de la infancia se traduce en figuras robustas que miran sin apuro, rodeadas de perros y gatos que parecen guardianes del recuerdo.
También estará Niños jugando al fútbol, una pintura que pocas veces ha salido del taller del antioqueño en Italia y que evoca esa mezcla de ternura y desorden que tanto le fascinaba a Botero.
Es el caso también de Naturaleza muerta con cafetera que rompe con las frutas habituales de su obra, las peras, las naranjas, los plátanos que alguna vez parecieron estandartes del trópico, para explorar otro tipo de objeto doméstico, uno más íntimo, casi ritual y muy colombiano.
Retratos por Botero
La exposición incluye una serie inédita de retratos de artistas admirados por Botero. Nunca se había mostrado juntos y aquí están, como parte de una misma constelación de familiares, personajes famosos e íconos de la cultura mundial.
A esta serie también se suman varias obras de la serie del Circo, jamás expuestas en Asia, y que encuentran en la cultura china una resonancia particular, con sus máscaras, sus acróbatas y su teatralidad ancestral.
La muestra no se queda solo en los lienzos. También hay esculturas. Figuras de perro, gato, caballo y pájaros que rinden homenaje al zodiaco chino, lo que consigue darle a China un diálogo inédito entre formas andinas y símbolos orientales, a través de estos monumentos de bronce, como los solía hacer Botero.
Las obras exhibidas cubren un período amplio de 1980 a 2020. Cuatro décadas de creación que permiten rastrear los cambios, las obsesiones, las pausas y las osadías que definieron su estilo. Es, en muchos sentidos, una retrospectiva, pero contada desde la intimidad.
Un Botero que no se había visto en China
Tras exitosas exposiciones en Beijing, Shanghái y Hong Kong, esta nueva parada en Guangzhou tiene un valor especial. Ninguna de las obras que se presentarán han sido vistas antes en China. Cada pieza representa una novedad. Eso la convierte en una propuesta exclusiva, irrepetible, hecha para sorprender incluso a quienes ya creían conocer la obra de Botero.
La muestra no se limita a mostrar las piezas más reconocidas. Va más allá. Recorre sus distintas etapas, sus enfoques temáticos, sus búsquedas formales. Permite ver al Botero del circo, del retrato, del bodegón, del volumen escultórico, del gesto político. Todo en un mismo recorrido.
“Esta exhibición es la continuación de un ciclo que comenzó en 2015 y que se extenderá, al menos, hasta el próximo año, con el propósito de fortalecer la presencia del maestro Botero en toda Asia. Es un honor continuar promoviendo su obra en este continente. Estamos muy complacidos por este logro y optimistas frente al impacto de esta gran exposición”, concluye Fernando Botero Zea, hijo y vocero de la Fundación Fernando Botero.