Tres lecturas recomendadas para leer este fin de año por Isabel Reyes Calderón

Isabel Reyes Calderón
Un libro ilustrado sobre un robot que emprende una travesía para encontrar el brazo que le falta, una colección de cuentos que abarcan los vínculos familiares y el descubrimiento de los otros, una novela sobre el duelo y los recuerdos que sobreviven al paso del tiempo son las lecturas recomendadas de Isabel Reyes Calderón.
¿Puedes encontrar el brazo de mi robot?
Chihiro Takeuchi / Océano Travesía, 2024

Al comienzo, la página es como si fuera una pantalla enorme en un cine antiguo: fondo negro, todo vacío, y en el centro, un rectángulo pequeño de donde sale la luz. Protagónico y minimalista, un robot aparece justo ahí, en el único espacio blanco de la página, y te mira. Tiene un brazo, le falta el otro, y el texto que está en la página de al lado anuncia la premisa del libro: tú, el lector, estás ahí para ayudarle. Después, lo que era una viñeta enmarcada por el negro se transforma en un mundo: es como si la cámara se alejara, poco a poco. Primero se ve la casa, que ocupa un poco más de espacio en la página; luego aparece el vecindario, y cuando menos te das cuenta, estás buscando un brazo en parques de diversiones, en un bosque y en escenarios industriales grandísimos, que se toman el libro. Todas las ilustraciones se hicieron con la técnica japonesa del kirigami o recorte de papel, que consiste en troquelar meticulosamente figuras y patrones, sin retirar el papel que sobra. El resultado es alucinante porque todo está recortado, pero las formas están unidas (como en un mantel de encaje), y cuando lo ves en una ilustración llena de detalles no puedes menos que reflexionar sobre cómo están ensambladas las cosas, todas las cosas del mundo.
La vida por delante
Magalí Etchebarne / Páginas de Espuma, 2024

Cuatro cuentos hacen una colección. Ninguno se llama “La vida por delante”, como el libro, pero todos pelean contra los lugares comunes de la juventud y la madurez, el paso del tiempo y el valor de cada instante, y todas las otras frases hechas. A simple vista, la trama de cada uno es una relación, que a su vez engendra otras: la madre y la hija, el marido y la esposa, el hombre divorciado y la nueva novia (de la edad de su hija, o casi), la escritora exitosa y la empleada de la editorial que le publica los libros, la hermana mayor y la hermana menor (que no comparten mamá, solo papá), el director de teatro y la actriz, la mujer que cree que es un problema que le guste alguien diez años menor. En los cuatro, el misterio es el mismo, con ligeras variaciones: ¿quién es el otro? Y… ¿cómo hago para reconocerlo, para entenderlo, para acompañarlo o para distanciarme definitivamente? Son cuentos de la vida real y están anclados en las claridades en las que cada lector se puede identificar. Pero Etchebarne les deja a todos una válvula de escape, un vacío que renueva las conversaciones que las mujeres hemos tenido desde hace años, décadas, siglos.
Las despedidas
Jacobo Bergareche / Libros del Asteroide, 2024
“Las despedidas tienen que ser cortas”: la frase la dice un personaje de esta novela, justo en medio de un momento que lucha por alargarse. Ha llegado la hora de que se separen para siempre dos personas que se conocieron justo a tiempo para vivir algo íntimo, inolvidable y, sobre todo, fugaz. Años después, esas palabras reaparecen para hacerle la vida imposible al protagonista de esta historia, un banquero que tiene tres casas, tres hijos y esa personalidad, despreciable, de alguien a quien le importa demasiado la opinión de su círculo social. Los adioses son duelos y la idea de que pueden acortarse y ejecutarse con eficiencia es una mentira. La trama de Las despedidas se pone en marcha justo cuando conocemos a este hombre, aprendemos de su cobardía y de los temas que le importan (todos son irrelevantes, y así nos lo deja ver el narrador), y se encuentra, de repente, con la única persona que lo ha obligado a hablar de lo que realmente le afecta. Cualquier cosa que haga lo puede poner en otro lugar. ¿Querrá moverse de donde está?