Ríase e indígnese con la ‘Contra-política’, la nueva exposición de galería La Cometa

Esta exposición de la galería La Cometa reúne obras de los artistas Miguel Ángel Rojas, Camilo Restrepo, Jorge Julián Aristizábal y Carlos Castro, quienes exploran diversos estados de los problemas políticos y sociales de Colombia en ‘Contra-política’.
 
Ríase e indígnese con la ‘Contra-política’, la nueva exposición de galería La Cometa
Foto: Foto cortesía galería La Cometa / El bloc del narco (2019) Camilo Restrepo /
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Revista Diners

La democracia es un círculo vicioso, cuya circunferencia está trazada con cuchillos oxidados y viejos, de mangos tan artesanales como un simple cordón y presencias tan amenazantes que parecen herir con tan solo mirarlos. Este círculo de cuchillos –armas reales que fueron incautadas por la Policía de Bogotá–, una creación del artista Carlos Castro, es una de las obras que recibe a los visitantes de la exposición colectiva Contra-política, que se podrá ver hasta el próximo 18 de abril en la galería La Cometa. 

A las piezas de Castro se suman las de Miguel Ángel Rojas, Jorge Julián Aristizábal y Camilo Restrepo. Son artistas de diferentes generaciones, regiones y estéticas y esta muestra logra acoplar sus creaciones armónicamente para que el espectador recorra diferentes dimensiones del concepto central de la “contrapolítica”. Según este, la política se ha convertido prácticamente en un género de ficción, pues hace mucho que no responde a su espíritu original ni al pueblo, sino a otros intereses. 

Jorge Julian Aristizabal
Foto cortesía galería La Cometa / El incorruptible (2022) Jorge Julián Aristizábal

“Yo sentiría que la ‘contrapolítica’ nos permite dar una mirada a la realidad de un compromiso entre gobernante y pueblo que dejó de cumplirse y que se convirtió entre gobernante e intereses ocultos. Y el pueblo, nosotros, pasamos a un segundo plano”, explica Rafael Londoño, curador de esta exposición. 

Cada propuesta tiene, entonces, un funcionamiento preciso en el andamiaje que sostiene este argumento. El visitante recorre dos pisos en los que se encuentra con una visión metafórica o abstracta de los problemas sociales que ha atravesado Colombia en su historia. Y que, por supuesto, todavía atraviesa. 

La Contra-política en Colombia

Según Londoño, la intención no era representar una definición específica, sino buscar cuál era el efecto de vivir en una sociedad en la que la “contrapolítica” ha tenido una gran fuerza y también cómo ha afectado nuestras vidas. “Como colombianos, sí o sí, seamos de izquierda, de derecha, de centro, todos vivimos con el peso de esta sombra oscura que es parte de nuestra realidad. Nos interesaba mirar a través de los ojos y de los resultados plásticos de cuatro artistas que tienen en común haber generado su práctica bajo esta sombra”, añade el curador. 

Así se logró construir un viaje que, según Londoño, va desde el dolor o desde la base hasta la ironía. Esta fue una exposición que tomó los últimos treinta años en construirse, porque hay obras elaboradas dentro de ese lapso. El trabajo de curaduría se centró en una elección de obras dentro de la práctica de cada artista, que respondieran a esta temática.

“Fue un trabajo orgánico, un ejercicio muy lindo de escarbar, esculcar y meterse en las ideas, el pensamiento y los archivos de los artistas, fue una escogencia de unas obras que pudieran contarnos una historia. Es una narración a través de su práctica plástica”, argumenta Londoño.

Carlos Castro artista
Foto cortesía galería La Cometa / Paloma explotada (2011) Carlos Castro

La base a la que se refería el curador está elocuentemente representada en las piezas de Miguel Ángel Rojas, ubicadas en el primer piso, y en las que el artista va al origen de todo el conflicto a partir de elementos como la hoja de coca. Su famosa instalación El camino corto representa dos realidades para recorrer la vía fácil: la de quienes compran felicidad inmediata a través de las drogas (en la parte de arriba, a partir de pequeños círculos de hoja de coca están escritos los nombres de famosos consumidores de esta droga), y la de quienes quieren llegar rápidamente al poder (en la parte de abajo, los alias de narcotraficantes se dibujan con pequeños círculos de dólares). 

“Básicamente, estoy trabajando con billetes de dólares y con hojas de coca, que a la final vienen a ser el inicio material de esta situación tan extraña, de este momento en el que existe una doble economía mundial y una corrupción que ha promovido el narcotráfico. Es importante que se trabaje sobre un símbolo real y que se parta de un origen”, explica Rojas. 

La estadística y el establecimiento en Contra-política

El segundo piso se divide entre las propuestas de Camilo Restrepo y las de Jorge Julián Aristizábal. El primero juega con elementos como la estadística, que a pesar de su implícita dureza y exactitud, en esta propuesta alcanzan niveles poéticos. Una de las piezas de Restrepo ocupa casi toda la altura de una pared y está construida a partir de los recortes de los alias de narcotraficantes que se publicaron en notas de periódicos. 

“A partir de un dato estadístico construye una mirada sobre cómo la repetición de un hecho normaliza el hecho (…) Él está contabilizando esa ficción de este país de alias. Aquí todo el mundo tiene alias, aquí no hay una definición clara, y Camilo nos empieza a mostrar cómo vivir este manto de la contrapolítica es vivir un mundo irreal”, cuenta Londoño sobre esta propuesta. 

Aristizábal, por su parte, se enfoca en el establecimiento que ha permitido las degradaciones que denuncia la “contrapolítica”. El artista interviene la iconografía de referentes como los periódicos impresos, borrando los rasgos de los rostros de los protagonistas de la política colombiana. Además, en su obra El incorruptible distorsiona uno de los grandes símbolos de la fe nacional, el Sagrado Corazón de Jesús, cubriendo su rostro con una de las típicas máscaras negras de delincuentes. 

Fashion Police Camilo Restrepo
Foto cortesía galería La Cometa / Fashion Police (2022) Camilo Restrepo

“La magia de las obras que tenemos acá de Jorge Julián es que ya no resulta tan interesante el quién lo hizo de Camilo o el qué lo hizo de la hoja de coca de Miguel Ángel, sino quién empoderó, quién permitió que todo eso pasara: los políticos, los corruptos”, dice el curador.  

Castro lo pone el tono de humor negro a la “contrapolítica”. Además de su círculo de cuchillos, están expuestas piezas como la pequeña estatuilla de un libertador cabalgando un hipopótamo, con toda la carga simbólica que esto implica, y también unos gobelinos en los que se ve, por ejemplo, una nueva versión del mito del arca de Noé en la que en vez arca hay un avión y en vez de Noé, un Pablo Escobar. 

“Carlos toma estos patrones de estética europea, los gobelinos medievales de los palacios, que denotaban riqueza y burguesía, y los convierte en un elemento para contar la cotidianidad que vivimos dentro de la guerra y permitir reírnos de nosotros mismos”, explica Londoño sobre esta pieza.

En Contra-política, las obras y los artistas dialogan entre sí y llevan al espectador a ese recorrido vertiginoso que pasa por la indignación y llega a la risa, que es al fin de cuentas el viaje que ha vivido nuestro país.

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marzo
24 / 2023