“El amor no es como en las telenovelas”, Santiago Roncagliolo

Óscar y las mujeres es una novela atrevida y divertida del peruano Santiago Roncagliolo. Diners conversó con el escritor.
 
“El amor no es como en las telenovelas”, Santiago Roncagliolo
Foto: Cortesía Alfaguara/ Wikimedia Commons/ Obailly (CC BY-SA 4.0)
POR: 
Carolina Venegas K.

El amor no es como en las telenovelas. No hay guion. No hay fórmula. Incluso para quienes conocen los secretos de la ficción, sus giros dramáticos, nada está escrito. Y esto es un poco lo que pasa con el guionista de telenovela Óscar Colifatto -protagonista de Óscar y las mujeres, la novela del peruano Santiago Roncagliolo-, que es un incapaz para entender que las mujeres de su vida no son las mismas de sus ficciones.

Santiago Roncagliolo y el amor

Y es que la historia de este personaje, que vive en Miami a pesar despreciar la ciudad, que es una caricatura de sí mismo, que pierde a su novia Natalia y por esto tiene una crisis de creatividad, no es solo una excusa del autor para hablar del contraste entre la realidad y la ficción, sino de la masculinidad.

“Este es el siglo en que las mujeres entran a todos los espacios, y es lógico que lo hagan, y el hombre está arrinconado viendo como todo lo que era suyo se va yendo y no puede hacer nada. Y eso es un poco Óscar: un hombre que está anclado en los modelos femeninos de la vieja sociedad machista, que son los modelos que reproduce la telenovela, y sufre con la realidad de carne y hueso que tiene delante. Al fin y al cabo la telenovela es el reino de las mujeres, y los hombres ahí son unos papanatas”, dice.

El origen de este escritor peruano

Santiago Roncagliolo, que ha escrito libros de ficción histórica, ciencia ficción e incluso libros para niños, y que en el 2006 ganó el Premio de Novela Alfaguara con Abril Rojo, ha decidido escribir una novela en la que el fin es el humor mismo, con los matices de la tragedia amorosa clásica de la telenovela latinoamericana, de la que dice “es el único género inventado por los latinoamericanos”.

Según él, escribir sobre amor es menos cursi si se hace con humor y es claro que la literatura latinoamericana necesita algo de ligereza, algo que nos permita reírnos de nosotros mismos. “Cuando haces una comedia en el mundo hispano, siempre tienes que explicarte, casi que disculparte.

La literatura anglosajona, por ejemplo, tiene mejor relación con la imaginación, con lo ridículo. Philip Roth, Martin Amis. No es que no haya autores latinoamericanos que se preocupen por el humor, Bryce Echenique es uno de muchos, pero creo que la literatura anglo siempre ha sido más democrática.

Igual todos mis libros tienen humor, lo que pasa es que a los escritores nos toman terriblemente en serio, entonces la gente no se da cuenta de que hay humor. Esta vez quería algo que fuera claramente comedia, porque tengo la sensación de que si no es así, nadie se da cuenta”.

Giros dramáticos dados por el amor

Después de su novela anterior, Tan cerca de la vida, una historia oscura y fría situada en Tokio, protagonizada por un personaje que pareciera querer irse de este planeta, la aparición de Óscar, que en la búsqueda del amor -de su exnovia, de la vecina, de su hijo perdido- parece buscar pertenecer al mundo para reconciliarse con él, es casi una epifanía para el peruano:

“Mientras yo escribía la novela, descubrí que vivo similar a Óscar. Vivo obsesionado con escribir, obsesionado con mis historias, y paso mucho tiempo escribiendo. Las cosas iban bien y me la pasaba de viajes de promoción, de investigación para mi siguiente proyecto, y se me estaba olvidando que mi vida real estaba ahí, a mi alrededor, y quise recuperar el contacto con ella y escribir sobre eso”.

Fácil de leer y disfrutar

Y es cierto que como lectores agradecemos algo de ligereza de vez en cuando. Los personajes -entre estos Miami, que despierta las peores pasiones del protagonista, está perfectamente retratada con sus colores estridentes y su exagerado glamour latino- están muy bien definidos y son entrañables, incluso el espantoso Marco Aurelio Pesantes, jefe de Óscar, que vive y respira por el dinero y las mujeres.

Si bien la historia es tranquila, sin muchas pretensiones, bien vale la pena leerla y pasar el rato con las neurosis de Óscar, que como un personaje de Woody Allen, recuerda el absurdo de buscar la ficción en la vida. Un absurdo necesario. Y como bien dice Roncagliolo “si Woody Allen hubiese nacido en Miami, sería guionista de telenovela”.

El artículo “El amor no es como en las telenovelas”, Santiago Roncagliolo se publicó originalmente en Revista Diners de octubre de 2013

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abril
14 / 2021