Los libros se unen a la fiesta del arte en Medellín

Hasta este domingo 22 de septiembre estará en el jardín botánico de Medellín la VII Fiesta del libro y la cultura “La ciudad y los escritores”, que comparte espacio con creaciones del Salón Nacional de Artistas.
 
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POR: 
Claudia Arias

Los más puristas la han criticado porque, como su nombre lo indica, se trata de una fiesta, no solo de una feria, por eso los amantes acérrimos de los libros, sienten que hacen falta más ejemplares y menos actividades lúdicas, no obstante este año la oferta se ha ampliado y la aceptación del evento es creciente. Y es que lo que para algunos resulta molesto es, al mismo tiempo, uno de los grandes diferenciadores de este evento, inclusivo y diverso.

Una visita entre semana permite dimensionar el impacto social de la Fiesta del libro y la cultura de Medellín, pues escasamente se puede caminar entre los muchos grupos de estudiantes de colegio que la visitan –adolescentes en su mayoría–, que gracias a este evento gratuito salen de su rutina escolar, para entrar en contacto con las letras, en un entorno natural. En los espacios verdes del jardín botánico, se reparten carpas de cajas de compensación familiar, medios de comunicación y entidades públicas, donde se imparten permanentemente talleres lúdicos y de lectura.

Risas es lo que se siente en estas improvisadas aulas, que no contagian mucho a la instalación -escultura que el artista antioqueño Fredy Alzate hizo para el 43SNA, una montaña de llantas que se erige de forma abrupta en medio del verde del jardín botánico, y que por cuenta de las carpas de la fiesta del libro quedó un poco “estrujada”. Queda la duda de si los visitantes del lugar logran saber qué es esta estructura, o si, siguiendo el oxímoron que propone el Salón (Inter) Nacional de Artistas este año, desconocen completamente su función (si es que podemos asegurar que la tiene), o su atractivo (porque aunque remite a la desolación que dejan materiales como el caucho en medio de paisajes naturales, está construida con unas características estéticas que la hacen poderosa).

Al estar en el lago, las demás obras del 43SNA que hay en el jardín botánico, las casas de Germán Botero y Mateo López, no sufren los estragos de quedar atrapadas entre carpas, además están algo más “protegidas” del creciente número de visitantes, no obstante también podrían pasar desapercibidas, o más bien, dadas por hecho, en el sentido de que forman parte del paisaje. Pasa con el arte contemporáneo en la actualidad, mucho más cuando se sale de sus espacios tradicionales de exhibición –museos y galerías– y se “integra” a un entorno cada vez más estetizado.

         

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septiembre
26 / 2013