POR: 
Óscar Mena

Es de madrugada y Jorge Landaeta se pone con su bata de médico, es gastroenterólogo. Está listo para atender una larga fila de pacientes en algún hospital de Caracas. Entre tanto, Juan Pirela hace lo mismo con sus guantes, gorra y tapabocas de cirujano. Ambos venezolanos están por encima de los 40 años, pero al terminar su turno, se vistieron con gafas de sol, aunque es de noche, sombrero, chaquetas de cuero y pantalones de colores.

Tomaron el primer avión para Bogotá. Aquí los recibió su mánager y empezaron una maratónica gira de medios antes de su gran presentación: un concierto exclusivo para pacientes con cáncer apoyados por la fundación Ellen Riegner de Casas.

Con una sonrisa de oreja a oreja Jorge y Juan saludan con amabilidad y gran entusiasmo, ocultando por completo sus pocas horas de sueño y en cambio, hablan emocionados de su proyecto, Bitoqueao.

“Empezamos hace muchos años con la música, luego vimos que podíamos hacer feliz a la gente de los hospitales y hogares de albergue. Hace 8 años empezamos a producir música, estudiar y practicar de forma profesional”, cuenta Pirela, cantante, arreglista, compositor, director de orquesta y productor de la banda.

Bajo ritmos de salsa, cumbia, bachata, samba, mambo, chachachá, merengue y reguetón este dúo se dedica a producir conciertos con un propósito social al que ahora otros médicos, empresas y fundaciones se están uniendo en su país y en el exterior.

“Estamos seguros de que la música y la medicina son el complemento perfecto, porque ambos tocan fibras importantes en el corazón. Es maravilloso ver a los pacientes mejorarse y cuando no es el caso, nos dejan notas que dicen: ‘gracias a Dios pude morir con música”, cuenta Landaeta.

El apoyo de familiares y empresas llevaron a Bitoqueao a convertirse en un dúo acompañado de 14 músicos profesionales, quienes además de ser médicos (algunos) tienen las mismas convicciones y pasiones en el servicio a los demás. “Todo se fue dando, no tuvimos que inventar nada de cero porque los pacientes son nuestra inspiración. El tema se multiplicó en alegría y en otras personas que quieren ser parte de este equipo”.

Así fue como los venezolanos lanzaron su álbum Llegamos (2018), no para sonar en las principales emisoras, ni para ganar un disco de oro, sino para ser una prueba viviente de que se pueden apoyar las causas más nobles con pasión.

“Ahora con nuestro segundo álbum ContraKorriente, queremos demostrarle al mundo que se puede hacer lo que se quiere. Míranos a nosotros, ya estamos grandes y estamos haciendo música, apoyamos causas sociales y seguimos trabajando como médicos”, cuenta Jorge.

Este reto solamente es recompensado con la sonrisa de los pacientes y las palabras de agradecimiento. “En cada presentación pierdo dos kilos por lo que salto y bailo, pero de resto todo son ganancias. Recuerdo ver a varios pacientes que estuvieron en cama de pie en nuestros conciertos y la empatía de sus familiares es impresionante. Eso no lo pagas con ninguna tarjeta de crédito”, cuenta Landaeta.

“De hecho, es de lo que estamos más orgullosos. Una vez llegamos a un hogar de paso y un chico cantaba Scooby Doo Pa Pa. Nosotros no la sabíamos así que tocamos nuestra música y luego se acercó y nos dijo: ‘ustedes suena fino, ¿será que yo también puedo ser músico y cantante? Eso nos llenó de felicidad, porque inspiramos a un joven a replicar la buena vibra”, añade Juan Pirela.

El dúo venezolano espera seguir motivando a sus pacientes y esperan replicar su mensaje en todas las fundaciones, hospitales y lugares donde los llamen para compartir este mensaje de optimismo y buena vibra.

         

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mayo
28 / 2019